martes, 30 de octubre de 2007

El martillo y el yunque (que trata sobre el funcionamiento de las relaciones así como una breve curiosidad cronológica de mi vida)

Las relaciones personales funcionan en base a un simple concepto, con pocos matices: el yunque y el martillo. Hay casi siempre un enamorado y uno que enamora y, sin necesidad de que sean la misma persona, uno que arrastra y otro que es arrastrado, al tiempo que uno golpea y otro es golpeado. Sin dramatizar este último ejemplo, diríamos que hay uno que es martillo y el otro que es yunque. Sin el primero, el otro no sirve de nada: no hay alumnos sin maestro pero tampoco hay maestro sin alumnos.

Vale, perogrulladas aparte. Desde mayo de 1995, todas y cada una de las mujeres que emocionalmente han pasado por mi vida han sufrido, y en algunos casos mucho. Sin excepciones. Sin embargo - y en ningún caso debe entenderse esta frase como si tuviera un mínimo ápice de justificación - soy tan torpe, o tan ineficaz con el martillo, que siempre me pillo el dedo con tal fuerza que el dolor que me causo suele ser tan o más intenso que el que sufre el receptor. Qué desgracia la mía. Ni fastidiar lo consigo hacer bien del todo.

Sobra decir que no me enorgullezco de esta circunstancia, al tiempo que verdaderamente me sorprendí a mí mismo realizando esta reflexión y la conclusión que presentaba. Bueno, en realidad conclusión ninguna, porque entiendo que en ningún caso ha sido mi empresa el hacer daño a alguien gratis. Puede que en ocasiones no haya hecho todo lo posible por evitarlo, correcto, pero jamás he ido a mala fe.

En realidad podría haberlo hecho, dada mi excelente relación con mi conciencia, pero no me ha salido así. Y sin embargo, los hechos hablan por si mismos.

Hace un rato me vino a la mente la posible causa de este hecho y aunque se aleje de la propuesta original de la entrada, me quiero anotar. Podría ser que, entre algunas escasas mujeres, levantara unas expectativas que después no fuera capaz de mantener porque, simplemente, yo no soy así. Igual transmito un mensaje equivocado e idealista de un servidor y luego, ante la azotadora mirada de la decepción en los ojos de ellas, provoque una reacción en cadena que no tendrá buen fin por mi parte.

Caben y admito muchas otras opciones en las que no soy el culpable de todo, ojo. Tal vez lo anterior nunca haya sucedido ni vaya a suceder jamás.

Pero, por si acaso, aviso a navegantes. Creo que conmigo es preferible tirar a la baja mejor que a la alza. Lo que se ve es lo que hay, si acaso un poco más que no necesariamente tiene que ser mejor que lo ya se ha visto. La peor de todas las sensaciones es la duda, pero la más terrible de las emociones es la decepción. Si tienes la necesidad de apuntar a lo más alto - y es así como debería ser - estate preparado para que yo no esté allí, y tal vez porque nunca lo estuve. En definitiva, ten cuidado con las expectativas que creas sobre mí, porque si resulto no estar a la altura de tus previsiones, no será un martillo cualquiera sino Mjolnir el que caerá sobre tí. Y dolerá. Mucho. Asegúrate de que te vale la pena.

Hoy me siento raro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Sergi, creo que el autoanalisis es bueno pero bajo mi modesta opinión no veo bueno hacerse autocríticas tan repetidas veces sobre un tema que tiene que irse de tu cabeza poco a poco.
Declararse culpable de una situación (sea buena o mala) no creo que sea la via para sacar la cabeza a flote porque en problemas de pareja siempre hay dos culpables.
Piensa en positivo y borron y cuenta nueva.
Sldos. Jordi.

Vander dijo...

A mí me parece una entrada cojonuda.

Ojalá se me hubiese ocurrido a mí hace unas semanas. Me habría ahorrado bastantes tonterías.

Anabel dijo...

Bonita entrada.

Hacerse expectativas es algo absolutamente humano, te puedes ilusionar hasta el punto de idealizar a alguien y luego viene la gran desilusión...lo que creo que es importante es que cada uno se muestre tal y como es, es una buena manera de prevenir este tema.

Por lo demás, no hace daño quién quiere si no quién puede, y es fatal hacerle daño a alguien que quieres...¿torpeza? ¿siempre ocurre? ya va siendo hora de ir empezando a aprender qué cosas se deben evitar en materia de relaciones.

buenos días y buena suerte

Motenai dijo...

Como dije, es el problema de las relaciones personales. Que al final siempre acaba sufriendo alguien,no?

Anabel dijo...

Creo Sergi, que eso es inevitable...siempre que hay cariño...somos más frágiles...y uno o los dos acaban tocados...yo aprendí que cuando alguien te dice que te va a hacer daño...realmente te lo acaba haciendo...y joder, oir eso ya duele!

¿qué tal estás?