viernes, 28 de septiembre de 2007

El hombre triste (que trata sobre una figura que me encuentro siempre en El Corte Inglés)

Ayer fue un día mucho mejor que anteayer. Aunque la mañana se había torcido siguiendo la línea de la noche anterior, se puede decir que todo acabó MUY bien. Empieza a dibujarse el espacio en la ampli, una vez montado el sofá y con las fundas puestas (kudos otra vez a Mònica ^_^). La satisfacción al extender la alfombra y vislumbrar por primera vez - más o menos - como está quedando el "salón" supera ampliamente el disfrute de asistir a un concierto (gracias por la doble invitación que recibí para ir a Police) o a cualquier otra actividad. La verdad es que irme reencontrando con algo parecido a un lugar habitable me encanta.

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Hoy sin embargo me gustaría hablar de un personaje tan singular como triste me resulta. Tras una rápida visita al Corte Inglés de Cornellà, después de dejar el coche en el aparcamiento del semisótano y dirigirme hacia las escaleras mecánicas observé sentado a un hombre justo enfrente de la "pastelería" y al lado de los quioscos de prensa. Alrededor de 60 años, mal peinado, americana a cuadros, zapatos relucientes pero mirada perdida y faz triste. Probablemente no le hubiera prestado atención si no fuera porque es la tercera vez que lo veo, siempre en la misma posición, siempre con la misma americana, siempre con los mismos zapatos impecables pero igualmente siempre con la misma cara de no tener nada mejor que hacer en la vida.

Mientras de forma automática mis pies me dirigían a la sección de deportes, mi mente no podía evitar darle vueltas a la figura de aquel hombre de mirada triste. No me pareció un mendigo, ni alguien que estaba esperando a una tercera persona. De hecho, me pareció que no esperaba absolutamente nada, simplemente el hecho de que pasaran las tardes una tras otra hasta que, eventualmente, ya no hubieran tardes que pasar.

Da igual el tiempo que yo pase dentro de la tienda, tal vez pueden ser tanto 20 minutos como una hora y media: cuando salgo siempre está allí, con la misma postura y su cara perdida.

Ayer tenía prisa pero me quedé con las ganas de pedirle permiso para sentarme a su lado y, si se tercia, invadir su intimidad preguntándole el por qué de su estancia allí y su tristeza. Tal vez así, de un modo absolutamente egoísta, pueda conseguir no tan sólo escucharle sino alguna pista que pueda ayudarme a evitar el jamás tener una mirada tan triste.

Quizá la próxima vez.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Astrología y luna llena (que trata sobre una breve reflexión acerca de los astros y la influencia en las personas)

Desde siempre he sido más fan de la astronomía que de la astrolgía. Sin embargo, uno de los regalos más desaprovechados de mi vida, y verdaderamente con gran dolor lo admito, es un telescopio refractor de 150mm de abertura que me regaló M en una navidad.

La primera vez que tuve el placer de obervar la Luna con un telescopio te das cuenta de muchas cosas; la primera, lo pequeño que eres. Los astros están lejos de cojones, pero están ahí y tú estás aquí, una pulga con una lupa. La segunda cosa, la velocidad a la que se mueve la Tierra. Evidentemente uno no es consciente de esta circunstancia hasta que te quedas contemplando un amanecer o atardecer, en los que físicamente ves como el Sol aparece o desaparece por el horizonte. Contemplar un astro mediante una lente aumenta esa sensación porque tienes que estar reajustando contínuamente la posición para no perder de vista el objeto observado.

La última de las cosas que verdaderamente impactan tiene relación con la primera: tener objetos de ese calibre tan cerca de nuestra especie necesariamente tiene que influenciarnos de algún modo. Por lo visto, y por haber nacido un 27 de Junio, el astro que me gobierna es la Luna. Muchísimas veces me he descubierto ensimismado mirándola, al caminar o al conducir, y los minutos pasan sin darme cuenta. Muy especialmente en su fase de luna llena.

Como antes dije, nunca he sentido demasiada fijación por la astrología, pero no es menos cierto que no puedo negar que las fases lunares afectan mi vida. No diría que mi destino, pero sí que se han producido demasiadas coincidencias como para pensar en la casualidad; y lo digo desde el punto de vista de mero observador, no como aquellos que se hacen venir las cosas para poder explicarse una teoría.

La luna llena en su punto culminante me tiene siempre ojo avizor, porque al final siempre acaba pasando algo. Ayer al final el día fue de mierda, desde muchos puntos de vista, pero especialmente cuando ya tocaba a su fin. Y el hecho de que el sofá fuera inmontable no contribuyó mucho, la verdad. Adivinen qué fase lunar había.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Mi casa, teléfono (que trata sobre cómo se relacionan sin querer distintos conceptos desde la infancia hasta la madurez)

Hacía tiempo que no tenía una sensación semejante. Para aquellos que pasamos una moderada cantidad de noches fuera de casa - en mi caso unas 12 semanas de lunes a viernes al año - siempre es agradable pensar que después de tener que forzosamente abandonar tu hogar, al final vuelves. Y eso es siempre lo mejor de los viajes de trabajo: el momento del regreso.

Siempre he tenido un concepto de "casa" como si fuera una sancta sanctorum, un lugar en el que estás a cubierto de todos los males del exterior. Puede derrumbarse el mundo ahí afuera, pero nada te puede pasar porque ya estas en casa. Recuerdo de pequeño cuando en las noches de verano que pasábamos en el camping empezaba a caer una de aquellas tormentas clásicas estivales y lo bien que te sentías al sentirte resguardado dentro de la caravana, o incluso cuando tenías 18 años y estabas con tu chica dentro del coche. Estabas en "casa". Nada te podía ocurrir. Eras invulnerable.

El binomio casa - seguridad se remonta por lo menos a mis primeros años de vida, donde es una frase habitual de los padres el prohibirte una cosa peligrosa y ofreciéndote a cambio el cobijo: "no vayas a la carretera, entra en casa". Pero es que incluso en el colegio, cuando el fútbol dejaba paso a escondites, "xarrancas", cromos y canicas, uno de los habituales juegos con los que se disfrutaba era el pilla - pilla o el tu-la-llevas, como también se le conocía. En ambos casos, un perseguidor empezaba la carrera en pos de conseguir alcanzar a los perseguidos, los cuales debían huir a toda costa; todo valía, a excepción de un lugar en el que, a pesar de ser alcanzados, no se les consideraba capturados: ese lugar se conocía como "casa!"

"Casa" es el premio por el duro día de trabajo, por correr más que tu perseguidor o el comodín que usas cuando el mundo te ataca y necesitas un respiro. Cuando esa "casa" la compartes además con alguien, es el paradigma de la vida. Porque, bajo mi humilde punto de vista, una "casa" está más completa cuando no estás solo en ella. De hecho, creo que una buena demostración de que una relación está acabada es cuando pierdes ese concepto de hogar y haces todo lo posible por llegar lo más tarde posible allí. Si ni tu caparazón ni su inquilino son motivo suficiente para volver, algo falla. Obviamente no digo que SIEMPRE tenga que ser así, pero "casa!" y ese alguien deberían siempre sumar y no restar.

Hoy, por primera vez en mucho tiempo, nadie me espera en mi regreso. Está bien, OK, no es una lamentación por mucho que pueda parecerlo; en realidad, no es una sensación realmente nueva. Lo que de verdad sí me aterra es que, empezando por mañana y tras muchos años sin ser así, pueda perder la sensación de tener una sancta sanctorum en la que cobijarme de la lluvia, y me da la impresión que me tocará correr un poco más mientras huyo de esos perseguidores que todos tenemos.

Por eso no comprendo por qué mucha gente no entiende la prisa que tengo por acabar la ampli ni lo importante que es para mí. Desde allí puedo repostar, rearmarme y, una vez reconstruida la base sobre la que poner mis pies en el suelo, empezar a poder proyectar sobre la realidad los sueños que - por ahora - solo han podido vagar por mi mente durante tantos años. Necesito una nueva "casa". Y ya.

martes, 25 de septiembre de 2007

A Madrid hemos de ir?(que trata sobre los clásicos viajes que sirven solamente para tocarte los cojones)

Viajar por trabajo por España - coññño - casi siempre es un palo. Aunque estoy abonado a los Ibis y al final te acabas sintiendo igual en Barakaldo, en Móstoles o en Murcia, es una puta mierda tener que irte una semana y pasar cada noche en un hotel distinto. Pero al final te acabas acostumbrando a las rutas: la del norte (Barcelona - Vigo y vuelta a Barcelona pasando por la zona cantábrica), la del litoral (Barcelona - Murcia o llegar hasta Sevilla y vuelta para atrás) o la del centro, en la que me estoy unos días en Madrid.

Pero los viajes que realmente tocan los cojones son los que no se hacen con fines comerciales, sino los que haces porque hay algún problema con un material que tienes. Este es el caso por el cual me desplazo hoy a la capital, y lo hago con el dueño de la empresa alemana que represento. Vuelvo mañana por la tarde.

Además el viaje es inoportuno, porque mis padres vuelven también el miércoles y, a pesar de la ayuda ayer a última hora de Mònica, el sofá todavía está por montar. Lo que sí es cierto es que se ha vaciado de cartones, se han puesto las cosas en sus sitio y aquello ya se parece más a algo habitable de lo que era anteayer, pero preferiría irme el jueves en lugar de hoy, con todo ya dispuesto.

Es lo que tiene, supongo.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Stordal y yo (que trata sobre una breve crónica del fin de semana, entre otras cosas)

Aunque estoy muy cansado, el dulce regusto del trabajo bien hecho es lo único que ocupa mi mente. Ha sido un fin de semana físicamente exigente, del que ahora y tras apenas 5 horas en la cama, mi cuerpo se resiente.

El mismo viernes, una temprana - y fácil - victoria a pádel con Gemma de pareja (de aquí a las Olimpiadas, lo que yo te diga), para que posteriormente le siguiera una tabla de quesos con buena compañía y mejor conversación, avisaban a mi mente de que previo a la tempestad siempre hay unos dulces momentos de calma.

La tormenta no tardaría en llegar y tenía nombre y apellidos: Pax Stordal. Por si alguien no está al corriente, Pax Stordal es el nombre que reciben el grupo de armarios de Ikea - Pax - junto con el sistema de puertas correderas, Stordal. En mi caso, opté por un grupo de cuatro pax divididos en dos módulos de 75 de ancho y dos más de 50. Juntos forman un ropero multiusos de 250 cm de anchura, 236 de altura y 60 de profundidad. A ello se le debe unir no el clásico sistema de cierre, sino dos puertas con cristales de vidrio templado que cubren la totalidad de la superficie. Ganas espacio, está claro, pero... ¿a qué precio?

En la vida suelen dividirse dos grandes grupos de personas: perdedores y ganadores, casuals y pR0s... la nueva distinción consiste en los que han montado un Pax Stordal y los que no lo han hecho. Puede que uno piense: "ah, pues yo he montado un par de estanterías de Ikea y tampoco es para tanto", o bien "psché, yo una vez monté una mesa del Ofiprix y bah...". Sí. Claro. Lo que quieras. Pero también puedes decir que has visto a los animales en el zoo o has estado en Kenya, que no es lo mismo jugar al paintball que no ir a Afganistán.

Y lo mejor de todo, lo hice yo solito. 21 horas de trabajo, pero aguanté. Solo conté con la colaboración de mis dos inseparables compañeros: Billy y Jimmy.


Billy y Jimmy, mis dos inseparables ayudantes

Este es el cuarto gran montaje de Ikea que hago (falta todavía un trillón de cosas por hacer). Como si la vida misma tratara de transmitirme un mensaje poco encriptado, para la primera vez fuimos hasta 4 personas trabajando; la segunda, un máximo de tres. La penúltima, en Sorbeira, éramos únicamente dos. Ayer, nadie más que yo. Creo que esta lección es más valiosa de lo que uno se pueda pensar.

Hice bien en rechazar todos los ofrecimientos de ayuda que recibí, tanto los sinceros - los menos - como los realizados por cortesía. Las múltiples horas de trabajo en el mayor de los silencios me rcordaban a los viejos tiempos, que no por viejos fueron mejores, y ni tan siquiera unas pocas - aunque agradables - horas de sueño de la noche del sábado al domingo ayudaron a paliar un cúmulo de sensaciones extrañas.

Cuando el domingo amenazaba con terminar, y gracias a esa capacidad innata mitad defecto y mitad virtud que tiene para desoír todo lo que digo, Mònica apareció en casa para acabar su maratoniana jornada de estudio y ayudarme en la única tarea que físicamente no podía realizar: colocar las puertas en sus correspondientes guías (eso sí, "por la derecha que con la izquierda no tengo fuerza"). Al final, quién más trabajo tenía fue quién tuvo que ayudarme, también como en los viejos tiempos - aunque estos no por viejos fueron peores - demostrando que se necesita algo más que una pelea para alejar a uno de lo que quiere hacer y es menester de hacer. Y de hecho así ha sido entre nosotros desde que en mi razón el Sol sale por las mañanas y se acuesta por las noches. Algún eclipsillo ha habido, cierto, pero lo importante es que a la hora de la verdad... ñaca, en el momento y lugar adecuados. Por lo tanto Mònica, una vez más, gracias por no escucharme y estar ahí para lo malo, que es lo que cuenta.

Acabado lo más difícil, ahora no admitiría ni la ayuda de toda una legión, puesto que mi habilidad solamente se ve superada por mis cohone. Aparte del mensaje que me llega de este finde, quedan claras algunas cosas: que un Stordal no me puede, que el temita es el temita y que no-se-sa-be, que un imperio no vale lo mismo que algo imperial y que al final, como yo ya sabía, Albert de Bankinter es el que más sabe. Y como me llamo Sergi que lo imitaré.

Una tortilla de patatas precocinada y unos minutos ante Blue Dragon finiquitaron dos jornadas extrañas, intensas, emocionalmente interesantes y muy fatigosas. Mañana más.

Buenos días y buena suerte.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Cumpleaños de M! (que trata... sobre eso)

Hoy es el cumpleaños de M. Ha recibido varias odas en este blog, y otras entradas que no lo son, pero como me solicitó no volver a hablar de ella en exceso, no lo voy a hacer. Se me hace raro no pasarlo con ella, tras los 5 anteriores, pero supongo que es lo que hay.

Espero que sea capaz de invertir la tendencia negativa de todos estos años pasados y recuperar la alegría por el hecho de cumplir años. En cualquier caso, muchas felicidades!!

viernes, 21 de septiembre de 2007

Fin de semana de infarto (que trata sobre cómo coño voy a montar las cosas este finde)

Ayer monté el mueble de la tele. No encajaba del todo bien, pero lo conseguí y eso que mide 2 metros de longitud. Lo que no sé es cómo coño voy a montar armario, cama y sofá.

Estoy MUY cansado. Me duele la parte lumbar y el hombro derecho. Mañana es el cumpleaños de Marta. Tengo que ir al notario. Necesito hacer dos cosas importantes hoy y no creo que vaya a tener tiempo. Me siento hiper perezoso. Estoy rallado por los putos muebles de Ikea. Aún no tengo tele. Mis padres vuelven el lunes o el martes.

Quiero echarme en la cama, dormir... y que los muebles se monten solos.

¿Alguien quiere venir a dormir conmigo?

jueves, 20 de septiembre de 2007

Viejos juegos (que trata sobre aquellas cosas a las que antes se jugaba y ya no)

Esta mañana, hablando con Meri, me ha dado la idea para la entrada. Tras un buen rato de buena conversación, quiero centrarme en la parte menos trascendental de ella (la otra parte me la reservo para mí).

Meri me contaba que ayer encontró una de esas gomas que generalmente dos niñas se ponían entre las piernas y se separaban 3 metros para que otra, al ritmo de una especie de canción o rima, iban saltando entre ellas liándolas entre las piernas.

La realidad es que era un juego bastante tonto, no nos vamos a engañar, pero también lo era la "xarranca" y todo el mundo la jugaba. Bueno, el caso es que hoy ya nadie la juega. En mi época de crío jugábamos mucho al fútbol y al baloncesto, qué duda cabe, pero había épocas en las que todo el mundo jugaba a las canicas, a volcar cromos con las palmas de las manos, al escondite puro y duro, a "pichi", a balón prisionero...

De estas actividades, las que creo más perdidas son con diferencia las canicas y los cromos. Yo era un hacha en las canicas y cuando las olvidaba en casa solamente necesitaba que alguien me dejara una para que le prometiera devolvérsela con intereses y aún así yo me iba del patio con algunas en el bolsillo. El chivas, rechivas, pota buena, tute y retute eran mi especialidad gracias a un sistema de lanzamiento que aprendí de mi padre, legendario maestro en el arte de las canicas, y a que era el único de todo el patio que podía utilizarlo.

Los cromos, que al igual que con las canicas había de dos tipos - normales y con purpurina - tenían truco pero los chicos con manos grandes gozábamos de cierta ventaja para volcarlos. Al final acabé con una caja de cromos que no se sabe, y eso que mi madre nunca me compró ninguno.

Ignoro a qué exactamente juegan los niños de hoy en día, pero me sabría muy mal que se hubieran perdido estos juegos de toda la vida. La emoción de lanzar la bola al guá debería perdurar para siempre.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Amaneceres con recuerdo (que trata sobre un breve sentimiento nostálgico de esta mañana)

Esta mañana, al bajar "flexamente" a la cocina de mis padres, se ha producido una situación curiosa. Cuando tenía alrededor de 15, 16 ó 17 años y vivía con mis padres, me levantaba pronto y bajaba a la cocina para ver amanecer por el horizonte. No solamente me gustaba el color rojizo del cielo sino que había un rumor característico que provenía de la ciudad, de Barcelona, que era como si lentamente se fuera desperezando tras su letargo nocturno.

Es un ruido característico, muy peculiar, como un ronroneo gatuno que suena a lo lejos. Hoy, al volver a escuchar ese sonido, me han venido recuerdos de la época que estudiaba bachillerato en el Abad Oliba, de levantarme a las 6 de la mañana para poder salir a las 7 y evitar el tráfico de la autopista y, sin importar si mis clases empezaban a las 8 o a las 9, llegar siempre a las 7:45 al cole.

Allí generalmente empezaban a llegar los que estaban igual de colgaos que yo y, en algunas ocasiones, Susana Bassols, que además se sentaba a mi lado en "letras mixtas" de 3º de BUP y COU. La primera línea de la derecha la formábamos Asenjo - Barrachina - Bassols - Blanch - Bofill, donde Steffi Bofill fue tal vez - y con 17 años - la primera mujer con auténtica clase que tuve ocasión de conocer.

Hoy se antoja un día extraño. Voy a ir al Ikea para acabar de comprar los muebles que necesito, en cuanto termine la reunión de la cual en estos momentos me estoy escaqueando.

martes, 18 de septiembre de 2007

Juventud y sexo (que trata sobre la edad a la que los niños empiezan a tener relaciones sexuales)

Antes que nada, ayer fuí al Ikea y compré cama, colchón, armario, sofá con estructura de sofá cama y listos. La furgoneta llena hasta arriba del todo y, una vez más, kudos a Juanmi por echarme más que una mano ayer en la recogida y carga de los muebles como hoy por la mañana en la descarga.

Ayer por la noche también fuí a ver la que me gustaría que fuera mi tele, si consigo la financiación al respecto... que está por ver. Kudos a Guille_Novaes por llevarme a la tienda esa.

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!Jóvenes y sexo! Mientras bajábamos al Paseo San Gervasio estuvimos hablando con Guille_Niebla_Novaes de mujeres, jóvenes y menos jóvenes, y de sexo. Básicamente llegábamos con la reflexión de que las adolescentes de hoy en día pierden la virginidad mucho antes de lo que lo hacían... pues pongamos hace entre 10 y 15 años. La mayoría de la gente femenina de mi alrededor perdió su virginidad alrededor de entre los 17 y los 18 años, con alguna excepción. Cepillarte a una tía - española - antes de los 16 años era de ser todo un figura, a menos que llevases saliendo con ella desde la guardería por lo menos o que fueses un afortunado.

Obviamente hay salvedades a esto, pero creo poder afirmar que era la norma general. Pues bien, no solamente esto ha cambiado bastante, sino que el giro que ha dado es radical. Es muy rara, por lo visto, la chica que a los 16 sigue siendo virgen y además está casi mal visto. De hecho me comentaba ayer Novaes que sabe de niñas - porque no pueden recibir otro nombre - que a los 13 años ya estaban practicando sexo anal. Eso sí, me gustaría conocer al listillo que se la estaba enchufando a una cría de 13 años - porque por la información que manejo mínimo le sacaba 7 primaveras - y le diría cuatro palabritas mientras le retuerzo los genitales con las tenazas del 13.

Yo perdí la virginidad mucho antes de la fecha "normal" para mi época, a los 14 años cumplidos recién, pero eso no fue en España (coñññño). Dejaré esta historia para otro día. Cuando volví aquí no me comí una rosca ni de lejos. Tanto era así que al año siguiente tuve que volver a irme fuera xD De hecho, la primera chica con la que "salí" (a los 16) ni tan siquiera le había dado un beso a un chico. Un poco mojigata, otk, pero es lo que había. Con la siguiente chica que salí tampoco hicimos feria (¿existe esta expresión en castellano, "fer fira"?) y la primera con la que salí y además tuve relaciones sexuales (había hecho mis pinitos por ahí fsh fsh) no fue hasta los 19 años.

Hoy empiezan directamente follando. 14, 15 años es lo normal. Nos liamos hoy un poquito, del estilo cuatro besos, nos metemos mano para hacer una ligera prospección del terreno y luego ya a destajo. Como las chicas de 15 suelen ir con tíos de 18, pues al coche. O a la playa. O a donde sea.

No es que esté en contra del avance de la edad sexual, porque ya me gustaría a mí haber tenido esas oportunidades a esa edad, pero lo que sí me parece exagerado el paso tan rápido y el posible descontrol por el hecho de que, aunque folles mucho con 16 años, sigues teniendo 16 años. Y de 16 a 18 va casi un 15% más de edad, por no hablar del 20% que hay de los 15 a los 18... por no hablar del 40% que va de los 13 a los 18. Un 15, 20, 40% más de experiencia no sexual sino de la vida en general, años en los que aprendes muchas cosas aparte de cómo les gusta a los tíos que se la chupen. Follar más o antes no te hace mujer antes. Por lo menos en esta sociedad de hoy.

Pienso que falta mucha, muchísima educación sexual entre la adolescencia hoy en día, porque las estadísticas dan mucho miedo. Tras consultar el INE, he visto que la media de edad de la primera relación ha bajado en picado en estos últimos años, y eso que la encuesta engloba grupos que van de los 18 - 29, 30 - 39 y 40 - 49, con lo que presumiblemente si confirma la tendencia hoy estaríamos hablando de algo menos de 17 años.

No se trata de poner puertas al campo ni de limitar libertad o libertinaje. Simplemente pienso que esto no es lo normal.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Colin, niños, parqué y poco más (que trata sobre varias cosas del fin de semana)

En primer lugar, este fin de semana se ha confirmado la muerte del ex-campeón del mundo de rallies, el escocés Colin McRae, de un fatal accidente de helicóptero (que pilotaba él mismo) en el que también viajaban su hijo de 5 años y dos personas más. A pesar de no jugar al fútbol - y por eso no ser un personaje importante (una reseña ayer en televisión y poco más, todos con la liga y la selección de baloncesto) - Colin sumó 25 victorias a su palmarés y 42 podios, junto a 3 subcampeonatos mundiales conseguidos posteriormente a su título mundial, alcanzado en 1995. Con 39 años de edad pero ya retirado desde hace 2 del mundo del motor, McRae deja un hueco en el corazón de todos los aficionados al motor.

Es curioso porque hace escasas semanas realicé el análisis del último videojuego de rallies que lleva su nombre: "Colin McRae DIRT".

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Hoy mientras iba a la oficina he observado algo que me ha llamado la atención de nuevo, porque desde hacía algún tiempo que lo venía viendo y tenía ganas de escribir al respecto. ¿Alguien se ha fijado en los niños que van al cole? Yo me refiero más concretamente a las carteras de los niños. Cuando yo iba al cole, mi cartera pesaba una tonelada. ¿Por qué? Porque como no tenía ni idea de las clases que tocaban, me llevaba SIEMPRE todos los libros. Claro, los niños aplicados solamente se llevaban los que tocaban para ese día, o dejaban en ese cajón de debajo de la mesa los que no se necesitaban.

En mi caso ese cajón era como un agujero negro cuya particularidad era la de tragarse los bolígrafos y lápices que dejabas, muy cuidadosamente, en la parte lateral. Simplemente volvías y ya no estaban. JAMÁS llegué a terminar un boli bic y había una tía en clase que guardaba los envases vacíos en su plumier... yo tenía que, semana sí y semana no, pedir material contínuamente o bien a mis compañeros: "¿Alguien tiene un boli azuuuuuuuul?" o bien a la propia escuela, que tenía un servicio para facilitar folios, bolis, lápices, gomas, etc a sus alumnos.

Claro que las guerras con los canutos, cuando ni tan siquiera nos imaginábamos el doble sentido de la palabra, mermaban de forma importante las existencias del almacén xD

A lo que iba: los niños de hoy no llevan esas carteras que pesan 583 kg, pobrecitos, porque en primer lugar ya no se hacen libros de tapa dura (el libro de "socis", un clásico que pesaba un huevo) y en segundo lugar porque sus carteras... son trollies! Qué pasada! Es un inventazo, la verdad, porque todos parecen pequeños ejecutivos que en lugar de ir al cole parece que vayan al aeropuerto a coger un avión. Hombre, quedaría raro un ejecutivo con un maletín de "Piratas del Caribe" o de "Spiderman", pero el caso es que ya no cargan con ellos: los arrastran. Menos mal que alguien ha pensado en ello.

¿Se continuarán haciendo guerras con canuto igual que antes o los venderán ya de serie con mira láser incorporada?

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El parquet en mi piso ya está puesto!! El viernes fue la odisea: del Ikea Hospitalet a Ikea Badalona, de allí al Leroy Merlín de al lado para acabar en el de Sant Boi. En uno no tenían todo el suelo, en otro faltaba el rodapié, en el otro decían que había pero no había y en el último el color no coincidía con lo que marcaba el stock. Me reconforta saber que mi empresa no es la única que tiene problemas con el control de stocks. Kudos a Juanmi por el apoyo logístico durante el viernes por la tarde.

El caso es que está todo listo, como Gem y Mònica pudieron comprobar el mismo sábado, solamente me falta una tira del rodapié ¬¬ y evitar que el lavabo pierda agua ¬¬.

Por cierto, creo que me cambiaré el nick a Bricomán, porque el viernes por la noche, martillo y cincel en mano, hice una regata que no-se-sa-be para llevar electricidad de una pared a otra. Soy un figura. Y punto.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Invitación formal (que trata sobre la futura re-inauguración de la ampli)

Estoy vendiendo la piel del oso antes de cazarlo, es cierto, pero estoy ligeramente emocionado.

Mañana finalmente se procederá a la instalación del parquet, lo que supone:

- Puedo montar muebles el próximo fin de semana (si alguien se aburre y quiere ayudar... xD)
- No necesito pasar ni una sola noche en casa de mis padres e, importante, no pierdo ni un día de intimidad
- No se demora todo una semana entera
- Tengo unas ganas que no se sabe
- Puedo jugar a las maquetas moviendo cosas de un lado para otro
- Cambiará COMPLETAMENTE el estilo de la ampli
- ¿Dije que tenía unas ganas que no se sabe?

Eso implica, si vamos con el planning previsto, que el fin de semana del 22-23 se acabaría de montar todos los muebles y que, al siguiente, estaría ya casi todo en su sitio. ¿Qué significa eso? Pues que se podría inaugurar para todo aquel que quisiera venir.

Eso implica que, ya que Raül-Konde_K estará en Barcelona (¿por qué no me dijiste que venías a Barcelona? ¬¬) junto a Battín y Diana, se podría aprovechar para que subieran a mis 55 metros cuadrados que, aún sin terminar, es una oportunidad única para que los conozcan. Y además quiero que o hagan.

A esta invitación formal me gustaría sumar a todos los que ya saben que están invitados: no hace falta nombrar vuestros nombres porque vosotros ya sabéis quienes sois. Por supuesto, y estrictamente por cuestiones de espacio, son necesarios dos turnos: los hombres tienen disponible la mañana y la tarde mientras que he reservado la noche a las mujeres. Ehem. Bueeeeeno, se pueden mezclar, pero todas las rubias de 1,75 y que estén bien buenas deben ceñirse al planning NECESARIAMENTE.

Otra cosa, yo pongo las copas pero no pago billetes de avión xD

jueves, 13 de septiembre de 2007

Aceleraciónnnnnnn! (que trata sobre como en apenas un par de horas se revolvió el tema de mi apartamento)

Ayer estaba en Leroy Merlin (recordemos, leruá merlèn) a punto de comprar el parqué cuando me acojoné. Había dos personas delante mío haciendo cola y ambos estaban discutiendo acaloradamente con sendos personajes de allí y no me llevé muy buena impresión. Uno decía que en el material que había comprado le faltaban piezas y otro, atención, que había encargado unos paquetes de parquet de un color X pero le faltaban 2 y el tío le decía que no había más de ese color y que por lo menos tardaría un mes o, atención al dato, que los pusiera de otro color (!!).

Rápidamente llamé a Ahmed, que es quién arregló todo los desastres que el tío que lo puso en La Palma nos hizo, pero ya con cierto atisbo de desesperación. No me cogió el teléfono. Mientras me estaba subiendo por las paredes y había dado 6 vueltas de campana alrededor de la tienda, volví a llamar y - atención - pude hablar con él. Total, que igual en una semana está resuelto, porque hoy voy a comprar todo el material.

También los del aluminio nuevos me hicieron un presupuesto aceptable - sigo queriendo ser aluminista, pero bueno - y me colocarían la mampara de la ducha y todo por le mismo precio que lo hacían los otros y, eso es lo bueno, lo podrían tener en un plazo de tiempo razonable.

Si en una semana me montaran el suelo sería la bomba porque me permitiría al siguiente fin de semana montar los muebles y dejar el piso listo para vivir. Como de financiación ando, ehem, algo escaso debido al descalabro que ya conté en su momento, he tenido que recurrir a vías alternativas y más caras a todos los niveles, pero creo que podré llegar a todo. Por lo menos eso espero.

Pero bueno, lo importante es que creo que va cogiendo forma y de hecho necesito que lo haga ya, de verdad. Tengo ganas de ir a comer con Gem y contarle las novedades.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Puntos de vista (que trata de la forma no solamente en la que se ven las cosas sino en la que se afrontan los problemas)

Esta es la penúltima entrada que haré en la que se toque a M y nuestro divorcio. Aunque no trata directamente del tema, sí lo utilizo como ejemplo para exponer mi visión sobre las cosas.

Está claro que todo el mundo ve las cosas como le da la gana. Las mayores diferencias y problemas entre las distintas sociedades y culturas generalmente se han debido a la incapacidad de aceptar los puntos de vista de los demás, y en muchas ocasiones eso es debido a un exceso de "particularismo" en las posiciones de las partes. Puede ser problema de que falte algo de empatía -en su visión más general - o verdaderamente es que no existe la capacidad de meterse en la piel del otro para comprender lo que pasa. En otras ocasiones todo se resume a que sencillamente la concepción de la realidad es tan radicalmente diferente que es casi imposible un acercamiento de posturas.

Hace escasísimos días, y lo utilizo como hiriente muestra de lo expuesto en el párrafo anterior (después explico el por qué me parece hiriente), M escribió lo siguiente: "Esta es la historia de un cuento que no tiene un final feliz, a diferencia de lo que le ocurrió a Dorothy, a mí me atacaron las brujas de los puntos cardinales y poco importó que llevara chapines rojos o que las baldosas fueran verdes o amarillas, de un soplido, como si de la casa de Los 3 Cerditos se tratara, todo se vino abajo....Sí, debía ser la casa de uno de los cerditos perezosos, porque no resistió el azote del viento."

A pesar de que puede parecer una forma de hablar, hay más de lo que el ojo ve a simple vista en ese párrafo. Son chocantes tres cosas, pero solo hablaré de la segunda y la tercera. En nuestro matrimonio, no hubo ataques de brujas de ningún punto cardinal. La única bruja que lo atacó fue M. Y el único brujo fui yo. Punto pelota. Y la casa ni estaba realizada por un cerdito perezoso ni se vino abajo de un soplido: fueron casi 5 los años que el lobo estuvo soplando y lo único que se hizo al respecto fue pensar "ya se cansará de soplar algún día u otro". Y claro, el material de la casa era duro pero no estaba hecha de adamantium.

¿Por qué escribo esto? Porque estoy - bastante - cansado de que se frivolicen los motivos por los cuales me separo o de que se insinúe que es un acto caprichoso. Y como esta vez se hace en un medio público y no en privado, tengo todavía más derecho a explotar que antes.

Se me puede acusar de muchas cosas y puedo ser un frívolo y un caprichoso, pero mi sentido de la responsabilidad me impide pensar que las causas de la ruptura de mi matrimonio son ajenas a mi persona y la de mi pareja, que son algo surgido de la nada y que igual podían llevar al divorcio... o no... o sí... o no. Pues no es así. Puede que mi punto de vista sea particular - qué coño, es el mío - pero desde luego no me gustaría vivir en un mundo de Yupi y estar contínuamente echando balones fuera rehuyendo responsabilidades acerca de lo que ha ocurrido. Es particular, sí, pero "realista". Me enerva, literalmente hablando, la falta de capacidad autocrítica de las personas. Me hace hervir la sangre. Y más cuando, de rebote, salpica a mi persona. Pues no me da la gana de que sea así.

Para prodigarme con el ejemplo, YO soy responsable de mi divorcio. O mejor dicho: yo también soy responsable de mi divorcio. Lo que se hizo se hizo lo mejor que se supo o que se quiso, no hay más historia ni hace falta recurrir a brujas de puntos cardinales, ni casas hechas con paja ni lobos sopladores. No vale utilizarlos ni tan siquiera como metáfora literaria si es que ésta tiene usos más allá de los simplemente estéticos, como es el caso. Que lo sé bien.

Al final todo se reduce a los puntos de vista, está claro, pero asusta cuando son visiones de una misma realidad tan diametralmente opuestas la una de la otra. Yo estoy bastante contento con la mía, porque el hecho de que mi conciencia me lo perdone todo no implica que no sepa lo que ha hecho mal. Y si sé lo que he hecho mal - o por lo menos si admito que algo he hecho mal - me permitirá intentar evitarlo en el futuro. Y en eso estamos.

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En otro orden de cosas, ayer fue el clásico ejemplo de día en el que se demuestra que no es necesario empezarlo bien por la mañana para que acabe siendo bastante redondo. Mi día bueno empezó a las 8 de la tarde y Sitges, la playa nocturna, una horrible tostada con pesto y una pizza bolognesa pueden hacer maravillas en el estado de ánimo de uno.

Y sin necesidad de follar, oigan.

martes, 11 de septiembre de 2007

La arruga es bella (que trata sobre la plancha, ese invento maldito)

En el siglo IV antes de Cristo, los griegos empezaron a utilizar de forma sorprendente una barra de hierro cilíndrica con la que alisaban la ropa haciéndola recorrer por toda su superfície. Aunque el tema del planchado no se populizaría hasta principios del siglo pasado, pienso que los griegos podrían haberse quedado inventando el yogour y basta, coño. Qué manera de tocar los cojones.

Creo que de todas las tareas domésticas que existen - insisto, todas - la única que verdaderamente se me atraviesa por propia ineptitud y/o incapacidad es el tema del planchado. Así como hay cosas que se adaptan bien a mis manos (fsh fsh) es indudable que una de ellas no es la plancha. Hoy me he levantado pronto y con energía he intentado con la plancha de mi madre atizarle a una camiseta de algodón. No la he quemado pero tampoco la he planchado, porque a medida que iba quitando arrugas le iba generando otras.

El otro día hablando con Raül_Konde_K me vino la revelación: ¿por qué la plancha? ¿Por qué esta necesidad de llevarlo todo perfectísimo? ¡Abajo la uniformidad! ¡Viva la arruga!

El problema no es tanto individualmente estético (me sudaría la polla ir arrugado a la oficina) como de imagen, ya que a la gente que voy a visitar SI le importa si voy bien vestido :-/ Además que existe un problema grave: me encanta ponerme los calzoncillos cuando están planchados, se acomodan mucho mejor a mis... a las... esteeee... a mis partes nobles. Y si está recién planchaditos, con ese calorcillo que desprende, es una sensación única.

Ignoro si existen "clases de plancha", pero estoy por apuntarme. No por el hecho de que vaya a hacerlo regularmente en mi vida - me niego, lo siento - sino porque me jode que haya algo que no sepa hacer. Es una cuestión de cultura lo que me mueve.

Si alguien se ofrece voluntario, o voluntaria, para impartirme unos consejos (no para darme repasos, ojo) lo aceptaría de buen grado.

lunes, 10 de septiembre de 2007

La clase en pie: ha llegado el maestro (que trata sobre tenis, por supuesto)

En la tarde de ayer (la madrugada de hora española), Roger Federer sumó su Major número 12 al ganar en tres sets (7/6-7/6-6/4) a Novak Djokovic en la final del US Open. El número 1 mundial consigue así superar en número de grandes ganados a Borg o Laver e igualar a Emerson, y por encima suyo sólo está la marca de Pete Sampras (14). Simultáneamente se embolsó un botín de cerca de 2 millones y medio de dólares, ya que al haber ganado uno de los torneos de la gira americana tenía el bonus de un milloncete que mira, nunca viene mal.

Fue un partido extraño el de ayer; en lugar de imponer su ley marcial como suele hacer en la inmensa mayoría de sus partidos - contra Roddick o Davydenko en este mismo torneo - la realidad es que el suizo se vio superado en la mayoría de aspectos por el joven jugador serbio, que tuvo en sus manos la posibilidad de ganar tanto el primer set como el segundo. Hasta 5 bolas de set tuvo Djokovic en la primera manga con su saque, que Federer levantó no con pocos apuros. Y a la primera oportunidad de break que tuvo, su rival hizo doble falta condenándolo al tie break. De 50 muerte súbitas disputadas, 40 de ellas han caído del lado del número uno y el primer set no fue una excepción: Novak cerraba de forma escandalosa (una nueva doble falta) unos primeros compases del partido que había dominado completamente, obligando a Roger a cometer más errores forzados en apenas 13 juegos que en la media de cada partido anterior.

Djokovic, que bajo mi humilde punto de vista y como comenté hace algunas semanas, está en disposición de ser el sucesor natural de la actual primera raqueta mundial (son jugadores del mismo corte y, muy importante, tiene armas para hacer daño a cualquier jugador en cualquier superficie), acusó tal vez el miedo escénico de las 23000 personas que llenaban el Arthur Ashe Stadium y el hecho de ser la primera final de un torneo grande que disputa. Y por supuesto el disputarla contra quien lo hacía.

La estadística se ponía del lado del jugador suizo, pues en las anteriores 14 finales del US Open ha ganado siempre el jugador que se ha adjudicado el primer set. Sin embargo, el desparpajo de Djokovic le llevó de nuevo a romper el servicio de Federer para ponerse 4-1, solamente para comprobar como éste se adjudicaba los 3 siguientes juegos cediendo solo un punto. Con 5-4 a favor del serbio y servicio de su rival, Novak dispondría de 2 pelotas más de set pero ocurrió lo que tenía que ocurrir: con 30-40, Federer mete su segundo servicio dentro y tras el resto hace un revés cortado que se queda algo corto. Djokovic ataca con su revés a dos manos pero la pelota se va larga... pide la revisión del punto mediante el "ojo de halcón" solamente para comprobar que la pelota se había ido de UN MILÍMETRO.

En el siguiente tie-break, de nuevo Federer y su gran capacidad de concentración no dieron oportunidad a su contrincante, que se vio arrollado sin remisión con 6 winners de los 7 puntos que se disputaron, incluyendo 4 aces. La estadística se ponía de nuevo en contra de Djokovic pues, de 137 partidos que Roger ha disputado a 5 sets, solamente en dos de ellos ha ido ganando 2 sets a 0 y después ha perdido.

Pero Novak siguió jugando fuerte y tuvo también sus opciones en el tercero (tres nuevas pelotas de break desperdiciadas), aunque el número uno mundial iba ganando momentum y ya se veía su victoria implacable. El joven serbio no sabía ya qué hacer: intentó varias dejadas, subió a la red con el resto... pero era muy poco bagaje para presentar ante la leyenda suiza que se limitó a ir haciendo los deberes mientras los puntos caían de su lado.

El resultado final tal vez sea injusto, porque por lo menos Djokovic mereció haberle ganado un set a Federer. Pero para jugar contra el mejor jugador de todos los tiempos no basta con tener oportunidades: hay que aprovecharlas. Ayer el tenista suizo no hizo su mejor partido ni de su vida ni en el torneo, pero supo mantener el temple necesario para aguantar la embestida de su rival y, como si de un cirujano se tratara, aplicar escisiones quirúrgicas tanto en la moral del contricante como en el ritmo del partido.

Una vez más, Roger Federer demostró el motivo por el cual lleva 189 semanas consecutivas como número uno mundial. Únicamente eso quitó brillo a la confirmación de Novak Djokovic como estrella emergente del tenis que, si no me equivoco, no tardará en explotar como una supernova y cegarnos a todos.

Pero la historia la escriben los ganadores y sólo un nombre se inscribió por cuarta vez consecutiva en el palmarés del abierto de Estados Unidos, el mismo que hace apenas dos meses inscribía su nombre por cuarta vez consecutiva también en la catedral del tenis: Wimbledon. Cierto es que estar en las últimas 10 finales de un grande debe ser agotador, y la realidad es que se empiezan a notar ciertos signos de agotamiento en la primera raqueta mundial. Pero eso no quita que ayer 23000 personas se levantaran de su asiento para aplaudir a la leyenda más importante de este deporte, al máximo responsable de haber llevado el tenis a otro nivel. El maestro llegó y venció. La clase se puso en pie para ovacionarlo.

Ave, Roger.

Roger Federer, CS nº 1, y Novak Djokovic, CS nº 3

viernes, 7 de septiembre de 2007

Addio, Luciano (que trata sobre la muerte de uno de los grandes de la lírica)

Ayer, al volver a casa tras mi rápida visita a Madrid, me enteré de la muerte de Luciano Pavarotti. Como había sido de madrugada, no lo recogían los periódicos (e incluso salí de casa ANTES de que el paperboy entregara el mío), no pude ver la televisión en todo el día y, a pesar de que estuvimos desayunando en un bar, nadie habló del tema porque evidentemente no estamos hablando de un futbolista de 22 años. Solamente ha muerto un hombre de 71, uno de los grandes populizadores de la lírica tanto en Italia como fuera de ella, alguien que deja un legado artístico equiparable solamente (dicen los que le conocen de verdad) a su legado humano, tras más de 40 años de profesión musical y otros muchos de embajador de paz de las Naciones Unidas.

Claro, no marcaba goles. Es normal que pase desapercibido en esta nuestra España (coññño).

Hermano de leche de Mirella Freni, otra gran soprano italiana, Pavarotti pasó por momentos muy duros en sus inicios en su ciudad natal de Módena, en los que parecía que su voz no progresaba demasiado. Sin embargo, ganar el Achille Peri le sirvió para debutar en 1961 con "La Bohème" de Puccini. Tras unos primeros años de incertidumbre, la gira con Joan Sutherland (esposa de un conocido director de orquesta) hizo que Luciano fuera más conocido - y valorado - en el extranjero que en la propia Italia. Su aterrizaje en la Scala, tras debutar en el Metropolitan de Nueva York, no fue tanto por su caché belcantista sino por el deseo expreso de Herbert von Karajan que lo exigió para una nueva Bohème, a la postre impresionante.

Con La fille du régiment (Donizetti), Pavarotti dejó claro el motivo por el cual sería acuñado como "El Rey del Do de pecho" (do4, do sobreagudo), obra en la que otros tenores rebajaban media nota para no encarar dichos agudos. Su amplio registro no lo limitaba a la etiqueta de tenor lírico - aunque lo era - ya que era capaz de la flexibilidad de un tenor ligero con el repertorio de uno mayor. Durante 30 años fue cogiendo obras de más envergadura (entre ellas, Aída, interpretando a Radamés, o Turandot), aunque siempre se le criticó un repertorio algo escaso, si bien de excelente gusto.

La unión con los Plácido Domingo y Josep Carreras, dos compañeros de profesión y amigos suyos, fue algo mediáticamente aceptable a pesar de las primeras reticencias, e incluso entró en el siglo XXI en activo. En el 2005, la Ópera de Berlín le despidió de los escenarios con una impresionante ovación tras su última Tosca.

Debo a mi padre y a su pasión por la ópera y el tenor italiano el haberlo conocido de muy pequeño. No eran pocas las veces que lo escuchaba de camino al cole y cuando me venía a recoger, con recopilatorios de sus grandes momentos que apenas se aglutinaban amontonados en unos pocos cds.

Para cualquier amante de la música, sea lírica o no, la muerte de Pavarotti supone un hueco inmenso en 40 años de bel canto. Probablemente, el reportaje de hoy en La Vanguardia será una de las pocas repercusiones mediáticas que recibirá antes o después de su entierro a las 3 de la tarde. Nadie hará camisetas con su nombre ni se paralizará el país, ni tampoco los telediarios le darán horas de cobertura al tema.

Por 40 años de ópera, por tu pasión por los niños, por ser embajador de paz, por tantos buenos momentos en el coche y en casa debido a tus grabaciones... gracias, Luciano. Si hubieras marcado un par de goles no sé hasta dónde hubieras podido llegar. Te tuviste que conformar con ser de los mejores en tu terreno.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Impossible is nothing (que trata, de forma ultrabreve, de... nada)

No me gusta utilizar eslóganes publicitarios manidos, pero realmente hoy me siento como la frase que proclamo. Si bien mi estado de ánimo es volátil como la vida misma - he pasado del cabreo inmenso para, al cabo de pocos minutos, estar profundamente durante 48 horas para luego irme "arrabiando" a fuego lento - en estos momentos me siento en plan Coloso y siento tener la piel de osmio. No la tranca de osmio, pero sí la piel.

Creo que está llegando el momento, duro también, de los agradecimientos por las atenciones prestadas por mucha gente no ya durante estas últimas semanas sino durante los años posteriores, así que hoy me siento en disposición de atenderlos a todos y muy sinceramente ponerme a sus pies.

Esto requerirá una serie de recursos por mi parte que no pienso escatimar y, en la medida en la que me sea posible, espero estar a la altura de las circunstancias. Al mismo tiempo, la pausa laboral que he tenido durante este último mes y medio, que no sé si decir "menos mal" o realmente no me fue nada bien, ha terminado. He vuelto a empezar a trabajar a destajo y eso implica volver a mi rueda de viajes una vez más. De hecho me toca levantarme hoy a las 4:30 de la madrugada para irme a Madrid. Esto se junta con el hecho de que no tengo todavía mi futuro apartamento acondicionado (de nuevo, Mònica, zenkius por el favor de hoy) y hay ciertas presiones externas que intentan acortar la distancia entre el cielo y la tierra de forma peligrosa.

Pero, en estos momentos, me siento fuerte para afrontarlo todo. No es que nunca pensara que no lo fuera a conseguir - eventualmente TODO se consigue con la suficiente tenacidad, que no me falta - pero ahora veo que lo voy a conseguir.

Tengo la impresión de que, exceptuando una faceta de mi vida en la que no quiero serlo, mi invulnerabilidad vuelve a estar cerca.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Desde William, con amor (que trata sobre el amor, aunque muy brevemente)

William of Baskerville a Adso, en "El nombre de la Rosa"

"How peaceful life would be without love, Adso. How safe, how tranquil... and how dull."

O tal vez: "Qué pacífica sería la vida sin amor, Adso. Qué segura, qué tranquila... y qué insulsa."

martes, 4 de septiembre de 2007

4 clicks y una llamada (que trata sobre como las acciones más simples pueden polarizar a las personas)

Ayer fue un día extraordinariamente triste del cual, a poco que me acecha la soledad y no tengo más remedio que pensar, me doy cuenta que voy a tardar mucho tiempo en recuperarme. De nuevo, no existe razón para hacer perder a nadie el tiempo más allá de consumir el mío propio, además de que cuando pongo las cosas por escrito parece que soy capaz de digerirlas mejor.

Ayer sufrí dos perjuicios. De uno de ellos hablé en mi entrada anterior, es el primero que sale a relucir y el que lo destapa todo. El segundo, el importante, es el que queda tras apartar la paja del primero, cuando realmente racionalizas lo que ha sucedido y te enteras de los motivos por los que realmente estás dolido. Es como la esencia remanente del perfume, una vez se han evaporado los más volátiles componentes. Y, por poco que se me conozca, nadie podría decir que son asuntos económicos los que me preocupan. Nunca lo han hecho.

Tal vez la causa de mi bajón emocional se deba a las grandes expectativas que había puesto en mi futura relación con M; ignoro a qué nivel exactamente, pero me sentía bien, con un buen feeling. Igual algo idealista, no lo niego, pero qué coño, si siempre he sido de esta forma no entiendo cómo no iba a serlo ahora también.

Cuando las relaciones se rompen, por la razón que sea pero en este caso sin que haya habido ningún hecho traumático, pueden existir dos tendencias: por un lado, puedes pretender intentar recomponerla. Por otro, el resultado puede ser bueno para tí y o bien no haces nada al respecto, o bien promueves la ruptura. Para resumirlo diré que las opciones son decir "Te quiero" o "No te quiero". En el caso mío y de ayer, la impresión que me queda no con las palabras sino tras los hechos acontecidos (y, claro está, en sentido figurado), es que no fue una suave voz aterciopelada la que me susurraba al oído pidiéndome que me fuera; fue una pancarta en la entrada del pueblo y anunciado con megáfono desde lo alto de la colina.

Es increíble comprobar como 4 simples clicks de ratón pueden clavarse en el corazón como 4 puñaladas. Poco sirve después, con el cadáver ya en el suelo, ponerle una tirita cada día para el resto de la vida. Ojalá consiguiera materializar mis sentimientos, darles un valor físico que pudiera compensarse con unos pocos ceros. Pero no es así. No funciono así. Ojalá.

Aunque siempre he sido poco fan del "ojos que no ven, corazón que no siente" ayer, durante un segundo, deseé no haber realizado los 4 clicks, retrasando un poco más lo inevitable a la espera de una simple llamada de teléfono que, de anticiparme una situación que se venía produciendo durante casi dos meses, hubiese hecho las veces de desfibrilador y todavía habría espacio para lo que ya casi no me queda: esperanza.

La situación es muy sencilla: si me cuantifico a partir de lo lleno que me siento por la gente que me rodea, hoy soy menos que ayer. Tal vez debería enfadarme pero lo lamento e insisto, no funciono de esta forma, no es el sentimiento que más predomina en mí ahora mismo...

He hecho los deberes: no tengo a nadie a quién deba perdonarle algo porque no hay nada que perdonar, no tengo ni un ápice de rencor en mi armario, no hay ni un gramo de rabia en mi corazón. Ya no me queda nada. Si acaso un gran agujero que no tengo ni idea de cómo voy a poder llenar. Y tristeza. Que de eso me sobra a capazos llenos.

Solamente quiero querer...

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Por segundo día consecutivo, el tenis me da igual. A ver si mañana me apetece escribir algo.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Hic et nunc (que trata sobre las distintas formas de ser que tenemos las personas)

Después de un fin de semana que había terminado bastante "Flex", he vuelto al trabajo y estoy que me subo por las paredes. Es injusto que descargue toda la ira y la rabia que ahora mismo tengo dentro con alguien más que no sea mi diario virtual. Y hoy haré temblar las paredes. O haré reir a carcajadas, depende.

Me fuí de casa, es decir, me separé el 12 de julio. Hace 7 semanas que me "separé", vamos. Ahora, así de sopetón, no parece tener nada que ver pero lo pongo para no olvidarme luego.

Desde siempre he tenido una máxima en mi vida, tal vez inspirada por mis padres: nunca estirar más el brazo que la manga. Ignoro si esta expresión es una catalanada o realmente existe en castellano. Me suda la polla.

El caso es que, a pesar de no habitar en el domicilio conyugal, lógicamente se han seguido afrontando conjuntamente los gastos: hipoteca, recibos varios, VISA. Aunque siempre he sido muy consciente de los gastos personales y de su repercusión en la economía familiar, cosa que ha originado más de una discusión de pareja importante, desde mi separación y dadas las circunstancias excepcionales que ello supone, mi política de semi-austeridad no ha variado un ápice. He comprado algunas cosas, no muchas la verdad, y he procurado auto-financiar mis "vacaciones", tanto los días que pasé en casa como los que pasé fuera de casa, siempre en tierra firme.

Lo que no he hecho es, como ya que en teoría al final del camino las cuentas se dividen en dos, abusar de esta circunstancia y adquirir objetos para utilizar en mi nuevo piso pagando M la mitad ni tampoco, importante, vivir por encima de mis posibilidades contando no solamente con la totalidad de mis ingresos sino también con los de ella. Me hubiera parecido muy injusto. Pero claro, en ese razonamiento no se valora un hecho muy importante, constante en mi vida de los últimos años, y que ME expongo aquí a modo de recordatorio para futuras entradas:

SOY GILIPOLLAS

No hay tu tía, es lo que hay. Al entrar hoy a revisar el estado de las cuentas (no sabía si poner "mis" o "nuestras", pongo un "las") casi me caigo del susto. Los detalles, cantidades y conceptos, son tan escabrosos y dolorosos para mí y me han generado tal terror psicológico que tengo unas terribles ganas de ponerme a llorar sobre el ordenador del que escribo estas líneas. Lo peor es que no es broma.

Tengo un tremendo nudo en el esternón por la dualidad que produce la dicotomía de, primero, la más profunda de las desazones contrapuesta a, segundo, el axioma que consta en negrita un poco más arriba. Y la indefensión. Y la incomprensión.

Si, amigo Sergi y viejo Motenai, eres gilipollas. Pero lo eres por creer. Porque eres un iluso. Citando una frase que me dijeron no hace mucho, qué ironía, Dios habló de hermanos pero no de primos. Qué mentira. Simplemente, soy un ingenuo. Con todo lo inteligente que soy y lo listo que me creo, en realidad soy un pardillo... otra vez. ¿Cuántas veces harán falta para que cambie? De los muchos males que tengo, ¿es endémica la cualidad de ser un gilipollas?

Yo estaba medianamente bien, estaba medianamente Flex. La vida es jodida pero la puedes sobrellevar; qué putada más grande que tengan que existir las personas.

Pero una cosa está clara, que las cosas a las que voy a tener que renunciar me sirvan como ejemplo, pues de algo tiene que servir todo esto: hic et nunc, aquí y ahora, todo terminó.

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Iba a poner el resumen del US Open. El tenis, hoy, se puede ir a tomar por el culo.