jueves, 31 de mayo de 2007

Publicidad emocional (que trata sobre los anuncios de Coca-Cola)

Siguiendo la línea de la entrada de Marta de ayer, he tirado de youtube para buscar los anuncios que más me gustaron de Coca-Cola. Y a pesar que la entrada de ayer con un video (buenísimo por cierto) no ha tenido mucho éxito, como me suda la polla voy a poner otra con más videos, a ver si bato algún reto negativo xD

Soy muy de anuncios, yo. Me encanta influenciarme por la publicidad, porque me gusta que sepan hacer bien su trabajo. Les presto más atención que a la mayoría de programas; no soporto el zapping "porque hacen anuncios". No señor, es mejor hacer zapping cuando hacen programas.

En el caso de los anuncios que no enseñan algo palpable es complicado. Al fin y al cabo, el detergente lava más blanco o no destiñe, y eso es un dato objetivo. La Coca-Cola si está buena o no es algo tremendamente subjetivo, y es por eso que recurren a las técnicas de generación de buen rollo para que asociemos una cosa a la otra. Pepsi recurre más a ser "cool" que no a tocarte el "corazoncito". Como Vander no tiene, por eso le gustan más los de Pepsi, en los que sale Biyonsé, Bekam y demás estrellados. Repasemos algunos:

Este anuncio me flipó en su día, me tuvo diciendo "la oscuridad se cierne sobre miiiii" y "me has hecho daño, tio" un montón de tiempo xD



No está mal, eh? Este otro es muy conocido, pero exije mucha creatividad publicitaria porque los elementos con los que trabajas son muy escasos (aunque muy definidos, eso en publicidad ayuda también). Hay varias versiones del mismo anuncio, esta es la que más me gusta:



Este otro es producto de una maravillosa técnica publicitaria que solo las grandes marcas ya establecidas pueden permitirse, porque en realidad ni enseña el producto apenas y juega con los silencios para que el espectador se quede mirando la pantalla. No estoy muy de acuerdo con el mensaje que transmite, pero el resultado es bueno. No deja indiferente, por lo menos.



Este es del estilo del anterior, pero es un espectáculo de creatividad que ataca dos sectores de mercado distintos, buscando lo que no es fácil: complacer a dos generaciones completamente distintas. Es ñoño, como diría Vander, pero es muy bueno.



Otro más ñoño, pero que también juega un montón con la publicidad emocional, en la línea del anterior. De hecho creo, por el estilo, que lo realizaron los mismos responsables. De nuevo, necesitas un inmenso peso de marca para poder permitirte esto.



Y como súmum de todo esto, tal vez el famoso anuncio de los padres y la reconciliación tras la mediación del hijo. Empieza fuerte y escasea un poco al final, pero no está mal, la verdad.



Después, Coca-Cola también ha hecho anuncios actuales con las campañas clásicas de Navidad, para un videojuego, para demostrar que beberla no es nocivo y se puede envejecer perfectamente, que la Light es buena para tu línea (es "la hora Coca-Cola light")... pero creo que queda demostrado que a nivel de publicidad emocional, son unos hachas. Yo soy de Pepsi, ahora, pero la verdad es que prefiero ser cualquiera de los chicos de los anuncios que Beckam, la verdad.

Ale, ahí queda, para los que se conforman con "mini-entradas" con un solo video :-P

miércoles, 30 de mayo de 2007

Un video para el fin de semana (que trata sobre el mejor video de todo youtube)

Últimamente he abusado de este video, utilizando las bromas que aparecen en él casi indiscriminadamente. Por lo menos tres de ellas. Y aunque no he ocultado nunca su procedencia, es hora de rendirle su debido homenaje. Tengo que dar kudos a Juantxi, además, porque fue quién me lo hizo descubrir.

Son, probablemente, 10 de los minutos más carcajeantes de todo Youtube. Vale la pena su visionado y el guardado en los favoritos de cada uno. Yo soy fan de Triumph, el perro descarado. Espero que el resto de la gente también.

martes, 29 de mayo de 2007

7 seconds away (que trata sobre la distancia, y no sobre el tiempo)

Hoy dejo una reflexión: ¿puede medirse la distancia en segundos o debe hacerse necesariamente en metros?

A veces tengo la sensación de que lo que une (o separa) a las personas no es tanto algo que pueda medirse en tres dimensiones, sino que forzosamente debe recurrirse a una medida temporal. Me ha venido con la canción, algo vieja ya, de Youssou N'Dour & Neneh Cherry - 7 seconds away.

A veces la gente está a kilómetros pero en la misma unidad de tiempo, y eso se nota. Es como cuando vas a escribir un SMS a alguien y ese alguien te está escribiendo en ese momento. En cambio, en otras ocasiones están a escasos centímetros o en el mismo lugar, pero con unos pocos segundos de diferencia.

En fin...

domingo, 27 de mayo de 2007

Valiente de corazón (que trata sobre la mayor valentía de todas)

La forma en la que la personalidad de cada uno se compone a partir de las experiencias, las enseñanzas y la propia genética es algo que siempre me ha entusiasmado. Me encanta la psicología pero no desde un punto de vista clínico o médico, sino porque me gusta saber cómo funcionan las personas. Especialmente las personas que me gustan. Me gustan muy pocas. Conozco a muy pocas. Y como diría Bilbo, conozco a la mitad de ellas la mitad de lo que debería y de esa mitad la mitad de lo que merecen.

Puede que hable en plural ahora, pero en realidad no me gustaría dar una sensación de que son docenas o centenares cuando digo que las conozco tímidas, listas, inteligentes o no tanto, fuertes y débiles, dóciles o inexpugnables. Bueno, en realidad de estas últimas no conozco a ninguna; no hay ninguna persona inexpugnable si le dedicas suficiente coraje y paciencia. Y casi seguro que vale la pena.

Pero de todos esos atributos, tan importantes muchos de ellos, el que más aprecio es la valentía. No la valentía en el sentido temerario, o la valentía en el sentido aventurero o irracional. La muestra mayor de valentía según mi parecer está en el corazón de cada uno. Bajo mi punto de vista, abrir tu corazón y mostrarlo a alguien es tal vez la empresa más valiente que puede emprender un hombre o una mujer. Abandonar la realtiva seguridad del caparazón propio para exponer el blando vientre exige algo que muchos considerarían una temeridad. Y para mí es irresistible.

El valor es algo de lo que muchos hacen bandera en su vida y con motivo: son personas que se juegan la vida por proteger algo, son personas que sacrifican (o invierten) los mejores años de su vida persiguiendo un objetivo de futuro (múltiples carreras, una oposición, etc.), personas que consiguen criar a sus hijos independientemente de lo que pasa ahí afuera. Distintas clases de valor, importantes todas ellas: de ninguna de ellas estoy hablando. Porque puedes ser más o menos reservado, contar más o menos cosas que te suceden en el día a día, y nada de ello tendrá que ver con lo que estoy hablando. Quiero dar énfasis a la auténtica valentía de corazón.

He procurado siempre ir con la verdad por delante con todas las personas con las que me he relacionado, sean hombres o mujeres. Con los hombres no suele ser necesario, porque entre los hombres hablamos menos. Con las mujeres suele ser peligroso, porque "aclarar" tus sentimientos con una puede tener un efecto contrario si no se hace con un control de los tiempos perfecto, algo que ni yo ni la mayoría disponemos. Y hacerlo aún conociendo bien ese problema, otorga más puntos de valentía. Te deja al descubierto, pero no sé hacerlo de otra manera. Sufrir es parte de la vida, sufrir por eso te agota pero demuestra que estás muy vivo.

Pero ahí es donde entra la segunda fase del coraje: la perseverancia. No basta con abrirte, aunque solo sea por un momento: hay que luchar por lo que se quiere. Porque si algo puedo demostrar en mi vida es que quien la sigue la consigue. Hay que tener valor para hablar claro, hay que tener valor para luchar por lo que se quiere. Porque nunca es tarde, porque siempre se está a tiempo y porque si se quiere, se obtiene el objetivo. Seguro. Porque el corazón es frágil pero a la vez es lo más fuerte que existe.

Siempre que puedas, sé valiente de corazón. En ambos sentidos. Atrévete a sentir, atrévete a decirlo y atrévete a pelear por ello. Yo siempre lo he hecho y siempre lo haré. Ese es mi compromiso.

viernes, 25 de mayo de 2007

El oso blanco (que trata sobre pensamientos involuntarios y otros juegos mentales)

Como suele pasar, no fue hasta que no salió por televisión cuando la gente empezó a conocer la historia. En este caso, a mí me fue contada cuando tenía 16 años en clase de filosofía y es tan real como fácilmente comprobable empíricamente:

Estaba Tolstoy con su hermano mayor cuando éste le dijo que para entrar en su club exclusivo recién fundado (cuentan) le dijo: "quédate en el rincón hasta que dejes de pensar en un oso blanco". Aunque la orden parecía relativamente sencilla de obedecer, el joven Tolstoy pasó horas sin poder evitar imaginarse contínuamente osos blancos. Eso demuestra que cuanto más queremos intentar alejar un pensamiento, más difícil nos resulta.

Este tipo de triquiñuelas mentales me encantan. Sucede lo mismo con aquellos movimientos involuntarios que suceden generalmente en la fase más temprana del sueño, los "espasmos mioclónicos". El cerebro trata de distinguir entre la muerte física y el sueño (disminuyen las pulsaciones, el ritmo respiratorio baja, etc.) y envía una sacudida tipo eléctrica para asegurarse de que, en realidad, su cuerpo no se le muere :-) Qué bueno.

Otra jugarreta sucia es el Déjà Vú, aquella terrible sensación de que una situación en aparente nueva para nosotros ya la hemos experimentado anteriormente. Existen numerosas teorías al respecto desde la más científica a la más teológica (e histriónica, muchas veces), pero yo soy de la creencia de que no es que sea un error de Matrix, sino que simplemente el cerebro se equivoca al guardar ese acontecimiento en el apartado "presente" y lo mete directamente en el cajón de "pasado", con lo cual nos da la impresión de que hemos vivido lo que no hemos vivido.

Son todas ellas experiencias apasionantes. Por lo pronto, un calambre acaba de impedir que duerma la siesta tras dos horas intentando evitar pensar en esta entrada; y conste que, al momento de postearla, sé que ya la había publicado en otro momento. Qué cosas, no?

A veces me siento como Tolstoi y su oso blanco, tal vez con la diferencia de que no puedo pero tampoco quiero dejar de pensar en él. Es mi oso, qué coño.

jueves, 24 de mayo de 2007

Fly me to the moon (que trata sobre música, en general)

Aunque soy fan de todos los estilos de música, en especial de la clásica, si existe algún género que me gustaría interpretar como solista sería sin duda alguna la del "crooner", el baladero por excelencia. Creo que de pequeño chupé demasiado big band, swing, jazz y blues, dixie, country... digamos que todo lo alternativo al rock, que es donde "nacieron" las grandes estrellas que después se popularizaron todavía más, y valga la redundancia, con el pop.

Existen muchas voces en el panorama actual que son las que me gustaría tener y aunque, lo confieso, cuando tenía 14 años quería la de Axl Rose (sic), hoy me "conformaría" con la elegancia, el porte, la suavidad, el temple, la garra y la fuerza de Frank Sinatra, Bing Crosby, Roger Miller, Bobby Darin, Tom Jones o... Michael Bublé. Incluso Luis Miguel, si se me apura.

De repente, hoy me he dado cuenta de que "Fly me to the moon" (tras verla cantar por Miguel Chiclé en Buenafuente el martes por la noche) es una de mis canciones favoritas, por mucho que Bublé diga que nunca la cantaría por ser una versión demasiado idealizada del amor. Y un cuerno, Michael, la canción te encaja como anillo al dedo y la acabarás cantando seguro.

Es casi mágico el ritmo que produce el swing, mucho mayor que cualquier exitazo que pueda sonar en las pistas de hoy en día. "Come fly with me", "Sway", "New York", "Baby, It's cold outside" (impresionante ese dueto Tom Jones y la pava de Catatonia) e infinidad de otras son ya palabras mayores, que utilizan la voz como un mero instrumento más que se funde entre el resto de la orquesta, algo que casi idearon los músicos de jazz hace montones de décadas. La voz de seda del "crooner" es inconfundible y nombres como Matt Dusk, Diana Krall o el mismo Bublé están afortunadamente dando un toque ligeramente actual a un género casi anclado hasta mediados de siglo pasado. Y oye, me encanta.

Fly me to the moon and let me play among the stars...Let me see what spring is like on Jupiter and Mars...

Hoy estoy contento :-) Me siento un crooner en toda regla.

martes, 22 de mayo de 2007

El Rey Brujo (que trata sobre premoniciones y no sobre ESDLA)

A veces ocurre, aunque antes sucedía con más frecuencia. También me sentía mejor conmigo mismo, con mi mente y con mi cuerpo, y me atrevía más. Tenía menos miedo a fallar... y por eso no fallaba.

Me refiero a acertar, como por casualidad, eventos que van a suceder en el futuro. Son como pequeñas visiones, tu cerebro produce un cortocircuito semejante al "deisha bu" pero al revés. Sientes que algo pasará, no sabes por qué. Como comenté, anteriormente me pasaba bastante a menudo; me despertaba por la noche como tras una pesadilla, pero teniendo muy claro que algo (y nada bueno) iba a suceder o acababa de suceder. Algunos de mis amigos han sido testigos de este hecho, incluso de llamadas a altas horas de la noche / madrugada para comprobar si todo seguía en su sitio, esperando haberme equivocado y preocupándome el hecho de que no cogieran el móvil. Que vamos, que si alguien me llama a las dos de la mañana para preguntarme si me ha pasado algo lo envío a tomar viento... ahora lo pienso, pero antes no lo veía así.

Estaba más en comunión con la vida y la naturaleza en general, me sentía más armonioso. Me dejaba guiar todavía más por mi instinto, al que llamo "instinto inteligente" (y que me ha llevado a desechar decenas de personas de mi lado, dicho sea de paso, pero a conseguir a alguna que otra que lo merece y conservar otras de importancia pareja), en base a la sensación que su "aura" me transmitía... su color. Sentía "perturbaciones en la Fuerza", para ser un cursi total pero poniendo un ejemplo que todo el mundo entiende.

Hoy la Fuerza ya no me golpea como antes, solamente me araña de vez en cuando. Mis "premoniciones" se reducen a adivinanzas de trilero del tres al cuarto, con respecto a temas incluso menos importantes que el trile, que ya es decir, como vaticinar que el Freelander de Marta (ahora hace tres años) no duraría hasta el mes de julio de 2007. Qué parida xD Pero en ese momento no se dijo por decir, lo vi. Qué gilipollez. Supongo que me falta meditación, me falta pasar más horas sin hacer nada más que sentirme uno con lo que me rodea, necesito fluir para volver a la sensación de ser algo distinto a un attachment de la vida.

No cabe duda de que mis preocupaciones han aumentado exponencialmente, el estrés, el trabajo... y todas esas excusas de mal perdedor. Que no por verdaderas son menos excusas.

Quiero volver a sentir, quiero volver a ver en colores, quiero fiarme más de mis instintos, quiero adivinar la única roja de las seis cartas como hacía Tamariz... pero sin truco. La última vez me salió bien y hoy, cosa rara, tengo una sensación similar.

lunes, 21 de mayo de 2007

Hoy no me puedo levantar (que trata sobre el musical de Madrid)

Este sábado pasado tuvimos la oportunidad de estar en Madrid y poder ir a ver al "highly anticipated" musical de Mecano en el Teatro Movistar de la Gran Vía, "Hoy no me puedo levantar". Sobre este evento giraba todo el fin de semana y para esto voló Marta desde Barcelona el viernes por la noche, aparte de para poder estar juntos el fin de semana. Pero quede claro que de no tener las entradas para el musical, probablemente no hubiese venido.

Como Marta es fan de Mecano tenía grandes expectativas puestas sobre la obra. Como a mí Mecano me repugna, tenía grandes prejuicios puestos sobre ella. Marta necesitaba mucho para cubrir su hype, yo con que fuera potable saldría más contento que unas Pascuas.

La decepción fue para ambos.

Si "Mecano" es Dios, "Hoy no me puedo levantar" es lo más cercano al Anticristo. Ni en el más espantoso de mis sueños cabía la imagen de cómo se puede hacer algo tan horrendo; para empezar, la acústica del teatro es mala. No pido el Liceo, pido que se entienda a los actores cuando hablen. El argumento sobre el que gira es forzado y se nota en todas y cada una de las canciones, con solo dos excepciones, que se intenta introducir esa canción por todos los medios sin importar el contenido de la misma. Un ejemplo: el protagonista, Mario, le pone los cuernos a María con otra tía y ella se entera. Para resarcirse de la situación, se produce una escena tipo Grease con un coche y los dos hablando mientras él le canta a ella "Cruz de navajas" en la que el relato de la canción... sucede al revés! Y así contínuamente.

Ni tan siquiera un público completamente entregado y participativo mejora la como mucho mediocridad del espectáculo, una obra que mejora de bodrio a mala en el segundo acto y que además dura 4 horas. 4 horas de tortura en las que los actores de tercera fila intentan defender un musical con sus pobres voces, sus pésimas cualidades interpretativas (a excepción, tal vez, del que hace de Colate) o la terrible puesta en escena de su director. Un musical en el que solo se salvan algunas coreografías y los auténticos pibones (tanto hombres como mujeres) que forman el cuerpo de baile. Como comedia es floja, como drama es escaso (sin contar el ataque de risa que me entró en el momento más emotivo, claro) y como concierto es descafeinado.

Y eso, incluso para Mecano, es demasiado poco. Ignoro qué clase de espectáculo vieron o de qué forma fueron recompensados los críticos que publican su opinión en los medios de repercusión de este país (no como este mísero blog de mierda), pero sin duda merecen una revisión a fondo de sus criterios a la par que cierta visita a un profesional de la mente que indague en su más oscuro pasado. Hoy no me puedo levantar, en definitiva, es un bodrio infumable que debería obligar a tanto organización, actores y público a una profunda reflexión introspectiva acerca de cómo crear un espectáculo, de si se ha escogido la profesión adecuada y de en qué escogemos gastar 70 euros que es lo que costó la entrada, respectivamente.

Sinceramente, abstención recomendada.

viernes, 18 de mayo de 2007

10 años de MeriStation (que trata sobre la fiesta de ayer y alguna cosa más)

La afonía y el cansancio de hoy son la particular resaca de la fiesta que, en honor y por cuenta de MeriStation, nos pegamos ayer en la sala Bash de Madrid. La revista para la que colaboro desde hace justo 5 años celebró ayer por todo lo alto su décimo aniversario petando a tope el aforo de la sala y congregando en un mismo espacio a jugadores, foreros, frikis multicolor, vecinitas, jugadores del Real Madrid (de segunda fila, pero bueno), personalidades y famosillos y, por supuesto, los colaboradores y redactores de la revista.

Un día raro el de ayer. Por lo pronto, y aprovechando que era fiesta en A Coruña, mi colega y amigo Juantxi pudo escaparse del trabajo y coger un avión para Madrid, y por supuesto que fuí a buscarlo al aeropuerto; un tipo excelente este Juan Porteiro, quede escrito. Posteriormente fuimos a comer a la comida de redacción, a la que llegamos tarde of course, y conocimos a gente que a pesar de los años no nos habíamos visto. Juan y yo somos de los veteranos, aunque Pepe Arcas y Nacho llevan ya 7 y 9 años respectivamente. Los colaboradores más recientes, sentados en un ala de la mesa, aún olían a nuevos.

Pasada la tarde y tras pasar a recoger por Torrebronx (ciudad sin ley) a Vander, tuvimos que prescindir de la invitación de la comunidad CCA a la cena que había programada, debido a que Elena, mi jefa en MeriStation, no tenía con quién ir a cenar y decidimos cambiar los planes para poder acompañarla. Es maja Elena. Nos caemos bien.

Entramos antes en la sala (la fiesta empezaba a las 23:00 en teoría) porque como somos los más chulos los redactores vamos sin entrada. Y allí pasamos una noche espectacular rajando con Vander y Juantxi de toooooodos los frikis de la fiesta (casi mil personas en total), aunque con sorpresa advertimos la gran cantidad de chicas que había también (algunas de O_o'). Poco después se añadieron los integrantes de los CCA: Boron, Konde, Berlusco, Leoncio, Siniestro (lol)... En definitiva, acabamos cuando tuvimos que acabar, porque un servidor a las 6:15 de la mañana tenía que estar operativo al 100%, Juan cogía un avión a las 8 de la mañana y a Vander hacía rato que le habían sonado los lunis (qué pena no haber hecho esa foto mientras dormía en el coche camino de vuelta a Torrebronx, ehhhh? xD).

Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien en una fiesta, y eso que lo que se dice de videojuegos (excepto dos über-frikis que acosaron a Juantxi) hablamos poco. Sólo eché de menos, claro, a Marta. Aunque supongo que no se lo habría pasado del todo bien, ya que el ambiente (humo, mucho ruído, etc.) no hubiera sido el óptimo para su estado actual de salud, así que no creo que ninguno de los dos lo hubiese podido disfrutar demasiado :-( Gracias a todos por darme una noche fantástica. De verdad.

miércoles, 16 de mayo de 2007

El valor real de las cosas (que trata sobre la importancia que damos a situaciones, personas, rutina, etc.)

Hace tiempo que quería escribir esta entrada, refleja muy bien mi forma de pensar y lo que es más importante, en lo que estoy trabajando para conseguir a niver personal.

Me vino súbitamente la inspiración, una vez más, mientras miraba la televisión y escuchaba los escalofriantes datos estadísticos que dan los fines de semana acerca del número de muertos en las carreteras catalanas y españolas. Digo catalanas porque mientras viajaba en coche a Madrid no puedes dejar de leer los carteles de las autopistas en Catalunya que eventualmente te ponen la cantidad de víctimas mortales acumulada hasta la fecha. Salimos a casi un muerto por día, y sólo en nuestra región. Obviamente cuando se traduce al resto de España, la cifra se multiplica.

Pero no se trata de hablar de seguridad vial ni nada por el estilo. Se trata de hablar de que prácticamente todos tenemos un amigo, un conocido, un familiar... que ayer estaba tan bien con nosotros, con el que salimos hace dos fines de semana, con el que coincidiste en aquella fiesta tras 4 meses sin verle.. y que hoy ya no está. Se fué. Un accidente de tráfico, una muerte repentina, una rápida enfermedad mortal. De todo a la nada, de 100 a 0 en un segundo. Y después, el silencio. Como si estuviéramos en un concierto con la música a tope y de repente se callara todo el mundo. La nada, el vacío. La muerte.

Yo mismo, que por ejemplo el año pasado hice 50000 kilómetros en coche, no es que se pueda decir que he mirado a la Muerte en la cara y haya sobrevivido pero sí que se han dado situaciones en las que bien por pericia (las menos) bien por fortuna, he esquivado un futuro fatal. No estuve, como sé de uno, en la planta baja del World Trade Center en el 11 S, pero sí he pasado por momentos en los que creí que no lo contaba. Y eso te hace reflexionar.

David Hume, filósofo inglés que actualizó las teorías de Berkeley y Locke en lo que se denominó "empirismo", decía (entre muchas otras cosas) que basamos toda nuestra existencia en meros convencionalismos creados a partir de la repetición de una misma cosa que, por el hecho de la propia costumbre, nos convencemos de que suceda continuamente. Por ejemplo, en ningún lugar está escrito que mañana vaya a salir el Sol o que si suelto el ordenador de mis manos caerá al suelo; sin embargo, a pesar de que no tenemos esa certeza, actuamos como si la tuviéramos porque nos apoyamos en la experiencia. Y dicha experiencia no es más que mecanismo artificial que nos ayuda a sobrevivir y se basa únicamente en la repetición de eventos.

Lo mismo sucede en nuestras relaciones personales, y ahí es donde voy. Hemos entrado en un convencionalismo "rutinario" en el que suponemos que todo va a seguir igual al día siguiente; tratamos a las personas, a la gente y a las situaciones de nuestra vida con: "hay más días que longanizas" y falacias similares. No sé si hay más días que longanizas, pero lo que tengo muy claro es que no sé cuántos días me quedan. Por supuesto, yo también creo que mañana va a salir el Sol (como cada día anteriormente), pero debo estar preparado para un día en que a lo mejor decide no salir. O simplemente, se acaba.

El empirismo de Hume, en cierto modo, nos aconseja actuar de forma algo caótica, similar al "Carpe Diem" en el sentido lujurioso de la palabra. "Actúa hoy porque no sabes que va a pasar mañana", diría Hume, como el refrán "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". El ser humano sólo comprende esta situación cuando se le lleva al límite, y ese límite suele estar en la muerte: "si hubiera sabido que se iba a morir...", "si hubiera tenido más tiempo...", "ojalá hubiera podido hacer esto o aquello con él/ella antes de que...". Son frases recurrentes propias de la frustración y del, por qué no, mal perdedor. ¿Harías esto con aquella persona? ¿Tal vez otro día? ¿Y si fuera ese su último día? Porque la respuesta a esta pregunta nadie la tiene.

Por eso, sin llegar al extremo estado cáotico de actuación que se podría extraer de la percepción de Hume aplicada a la vida real, sí quiero y pondré todo mi empeño en evitar poder ser un 'mal perdedor'. Quiero convertirme en alguien que no deje cosas para mañana si puede hacerlas hoy, quiero ser todavía más aquella persona que prefiere arrepentirse por haber hecho algo que no por no haberlo hecho y plantearme cada día y cada reto como el lujo de que tal vez sea el último. Y también lo aplicaré, o sobretodo lo aplicaré, a mis relaciones personales porque es lo más importante de mi vida con diferencia. Quiero, en la medida de mis posibilidades, vivir mis emociones a tope con los que me rodean y quiero que mis actuaciones se vayan correspondiendo cada vez más a la respuesta de: ¿Y si mañana ya no estuviera?

Hoy he hecho acopio de valor y he llamado a Cristian, a quién le debo una llamada (y una disculpa) desde hace demasiados meses. No estaba en casa y nome ha respondido al móvil, y siento el regusto amargo de como si llegara demasiado tarde. Y nunca más quiero tener esta sensación.

Quiero acabar mi vida, mirar atrás y pensar: "yo sí puedo decir que he vivido".

martes, 15 de mayo de 2007

Même: ¿Qué harías si...? (que trata sobre un même un poco castaña, pero bueno)

De Ginatonic he sacado este même. Nadie me lo lanza, pero menudo soy yo para robarlo.

Si fuera un mes: Junio. O diciembre (qué chorrada de pregunta).
Si fuera un día de la semana: Viernes.
Si fuera un planeta: La luna (no es un planeta, pero seguro que vale).
Si fuera una hora del día: 22:00 (que chorrada de pregunta).
Si fuera una bebida: MmMm... un combinado que me hicieron una vez en una disco. No recuerdo más.
Si fuera una fruta: El melocotón dulce. Yumie.
Si fuera un sabor: Boh, qué chorrez de pregunta. Sabor "dulce"?
Si fuera un postre: Mousse de limón?.
Si fuera una comida: Las patatas fritas de mi abuela, la costilla de mi suegra, la sopa de galets de mi madre, el pollo con salsa blanca de Marta.
Si fuera una parte del cuerpo: MmMm... el pecho femenino.
Si fuera un CD: Black Album - Metallica.
Si fuera una canción: Boh. Hoy Kiss from a Rose - Seal. O Flying without wings - Westlife.
Si fuera una asignatura: Filosofía.
Si fuera un deporte: Tenis, of course & forever..
Si fuera un número: 5.
Si fuera una edad: 18 till I die... 25 tp está mal.
Si fuera un color: Rojo, claro.
Si fuera una ciudad o estado: Bah, Barcelona.
Si fuera un invento: Internet.
Si fuera una película: Star Wars (cuántas veces he contestado la pregunta?)
Si fuera un actor/actriz: Scarlett Johansson, claro xD
Si fuera una carrera profesional: INEF :-(.
Si fuera un país: España, coñññooo.
Si fuera un sentimiento: La amistad.
Si fuera una virtud: La honestidad.
Si fuera un defecto: La falsedad.
Si fuera un artista/banda: Probablemente, Mozart.
Si fuera un libro: Las Mil y una Noches. Me encantaría tener tantas historias que contar.

Ahí va. Lo lanzo a los habituales.

Ibis powah (que trata sobre enamorarse de un hotel de 2 estrellas)

Hoy, tras unas pocas horas de coche, he llegado a mi hotel en Madrid, en el que me alojaré por lo menos hasta el miércoles de la semana próxima. El hotel es de la cadena Accor y es un Ibis; nunca había estado en este Ibis, pero la particularidad de la marca es que si has estado en uno ya has estado en todos. Este está cerquísima del aeropuerto (tengo vistas a la torre de control desde aquí) pero han tenido el detalle de insonorizarlo completamente y se puede decir que lo estreno yo porque apenas hace un mes que lo han abierto.


Soy súper-fan de los Ibis. La cadena Accor tiene 6 líneas de hoteles, de menor a mayor categoría: los Formula 1 (en francés "Foggmulá ôhn"), los Etap, los Ibis (en español Íbis, en francés Ibís), los Mercure (en francés "Meggkiugg"), los Novotel y los Sofitel, que son de 5 estrellas. Los ibis, a los que suelo ir, son de dos estrellas pero son muy correctos. Este del Madrid-Aeropuerto es probablemente el más nuevo y se nota, porque lo están haciendo parecer mucho a los Express by Holiday Inn: ya tienen tele TFT, parquet, etc.

Sobretodo los Ibis destacan por su corrección y lo que yo más les aprecio es la localización, ya que en Madrid casi nunca están en el centro y se sitúan cerca de mis clientes: en Fuenlabrada, en Coslada, en Getafe, en Leganés, etc. Cuestan todos alrededor de 60 euros y son tecnología WYSIWYG: What you see is what you get. Como además poseo la tarjeta de fidelidad de la cadena, me ahorro un 10% en la factura que pago y además me dan noches gratis en forma de vales que puedo canjear en cualquier hotel. Y además, muy importante para mí, me garantizan habitación aunque el hotel esté lleno siempre y cuando la pida con 3 días de antelación.

Obviamente prefiero los hoteles de más categoría, como todo el mundo. También me apetecería dormir siempre en el Hesperia de la Castellana, pero podría ser que depende de dónde tuviera que ir ni tan siquiera me compensara el hecho del 5 estrellas GL. Mañana tengo que coger un avión a las 7:55 de la mañana y anda que no va bien este hotelito funcional con el que casi puedo ir a pie al aeropuerto.

Para mí, que paso alrededor de 50 noches al año en hoteles Accor, la buena disposición de los Ibis es fundamental. Tienen el compromiso de satisfacción de 15 minutos (hoy les he pedido una silla extra, por ejemplo) y se comprometen a arreglarte cualquier cosa o te pagan la noche. Te invitan a algo en el bar por ser cliente habitual o te hacen algún regalito-chorrada (hoy una calculadora con boli xD) y sinceramente, me siento a gusto.

Seré un tío cutre pq me gusten estos hotelitos de 2 estrellas, pero hoy he llegado tarde, he aparcado en el párquing subterráneo del hotel (6 euros la noche), puedo cenar en el restaurante del que casi me conozco la carta de memoria, he montado mi chiringo con el portátil, la X360 también está conectada, estoy escribiendo esto conectado al wi-fi (de pago, pero he encontrado una tarjeta de una semana de telefónica en mi cartera lol) y me meteré en la camita prontito, que mañana toca madrugar para ir al aeropuerto. Tardaré 3 minutos en llegar; bueno, si hay tráfico igual son 5.

lunes, 14 de mayo de 2007

Acojone retroactivo (que trata de como se hacen fuertes los recuerdos sin motivo aparente)

Ayer se lo comentaba a Marta, algo que inexplicablemente me ha pasado en dos ocasiones a lo largo de la semana: veo ciertas imágenes por la televisión y me entra una especie de acojone, un escalofrío en el cuerpo cuando en realidad, por mi propia experiencia, no debería ser así. Intento explicarme.

Hace algunos meses intenté regalarle a Marta algo original, algo que se apartara de los clásicos bienes materiales que, debo añadir, nunca me han hecho mucha ilusión regalar. Así que, dado que en teoría tanto ella como yo somos submarinistas (Marta es, o era, Fedas de segundo nivel y yo me saqué el curso Padi en nuestra luna de miel, en *cof*Mauricio*cof*) pues podríamos hacer una inmersión juntos. Y como Marta ya había hecho la inmensa mayoría de salidas que se pueden hacer por los alrededores, decidí ir al Acuario de Barcelona y reservar la inmersión con los tiburones.

Aquella inmersión incluye todo un "tutorial" por la mañana de cómo hay que ver y tratar a los bichos (algo que por lo menos cualquier Padi ya sabe), aparte de un intensivo sobre los escualos. Al final de la mañana te metes finalmente en el acuario y durante una hora estás nadando con ellos y con el resto de especies que lo poblan (hay 5000 peces en total), incluidos los pesadísimos peces luna que se pegan a los submarinistas y te dan besitos en las gafas.

Marta al final se agobió y salió 10 minutos antes y yo no creo que olvide jamás aquella experiencia, porque no creo que vuelva a ver tan de cerca (y realmente estuve a pocos centímetros en más de una ocasión) a esos maravillosos tiburones, porque son animales que realmente imponen un respeto importante y sencillamente son maravillosamente perfectos.

Pero el miedo que no pasé dentro del acuario, lo paso ahora al ver imágenes de tiburones, aunque sean más pequeños que aquellos con los que nadamos. Ahora flipo de mí mismo al meterme en ese acuario y nadar con ellos, recuerdo perfectamente la imagen de girarme y encontrarme a uno de cara que simplemente se apartó ligeramente para no chocar conmigo. Ahora me entra un escalofrío cuando los veo por la tele; el otro día salió en las noticias que no se sabe como uno había ido a parar al río y murió debido al agua dulce, unos pescadores lo sacaron con su red. Y era pequeñito, se levantaba con las dos manos. Y me entró un escalofrío que no veas, pensando... ¿Cómo coño fuimos capaces de estar 1 hora allí dentro, en un tanque de 20 metros de diámetro y con 14 de estas fieras?

Al mismo tiempo que me acojono retroactivamente me sorprendo de la misma forma.

viernes, 11 de mayo de 2007

Por favor, tendría la cortesía de...? (que trata sobre relaciones, tratos y cortesías)

La gente quiere sentirse especial. Necesita sentirse especial. Estamos en un mundo en el que la masificación y la globalización de todo ha engrandecido nuestro mundo en sentido proporcional al que nos ha empequeñecido a nosotros. Cada vez cuesta más un factor diferencial que realmente nos distancie un poco de la muchedumbre y nos dé un toque de distinción, de individualización. Pero esto es demasiado abstracto para ser tratado de mañana, iré a algo más banal.

Sin embargo, en nuestra vida cotidiana hacemos un montón de cosas que tienen por objetivo elevarnos por encima de la media, o por lo menos distanciarnos de ella: el pase "exprés" de PortAventura, el carnet "VIP" de una discoteca, una tarjeta de fidelidad que da puntos... o un coche mayor, el "turrón más caro del mundo", etc.

Todo esto pierde su aliciente cuando conseguirlo ya no es síntoma de exclusividad: si lo puede tener todo el mundo, ¿para qué lo quiero yo? O todavía peor: si por el hecho de tener esto me van a tratar como al resto del mundo, ¿para qué lo quiero yo?

Esta pregunta me la he hecho a menudo desde que compré mi primer BMW, en el que deliberadamente estás pagando más por en teoría tener más. Es una falacia desde el minuto 1, porque ni tienes más ni te tratan distinto. Eso es algo de lo que, por ejemplo, se está diferenciando Lexus, cuya política de trato al cliente se acerca mucho a aquella que verdaderamente debería ser por el hecho de estar pagando "exclusividad".

Pero bueno, estamos hablando de grandes bienes. Ahora pasemos a la vida cotidiana, la relación que las grandes empresas tienen contigo: a cuando llamas a Telefónica porque no tienes línea y lo primero que te preguntan es: "¿tiene el servicio exprés de mantenimiento?" Estas multinacionales también tienen un sistema para hacerte sentir especial, porque para ellas sí que eres nada más que un número pero tu no debes sentirte así. Y el teléfono, o la luz (aunque hablar de la atención al cliente de las empresas eléctricas merece entrada aparte), el agua... esto son bienes fundamentales.

Recuerdo una vez que se me estropeó una tele e intenté hablar con "la casa", mientras estaba en garantía. Qué pérdida de tiempo. "Es normal", decían todos. Era normal. Pero hace relativamente poco tuve una experiencia con otra gran multinacional, Microsoft, debido a que mi consola Xbox 360 se estropeó y debía ser enviada a su reparación. Fuí atendido correctamente por teléfono, se han cumplido los plazos previstos y, además, me han devuelto una consola nueva cuando la había abierto, trapicheado y encima me había dejado un dvd pirata dentro. Me la han devuelto porque el motivo por el que se había estropeado no tenía nada que ver con el hecho de haber pirateado mi consola, aunque al abrirla en teoría ya se pierda la garantía. Han ejecutado su "garantía de cortesía" y hoy, pero no solamente por el hecho de ahorrarme 400 euros, Microsoft me ha hecho sentir especial.

jueves, 10 de mayo de 2007

Alguna vez has...? Episodio I (que trata sobre aquellas cosas raras que podrías hacer)

En línea a la popular campaña de una marca de automóviles, que pregunta al espectador acerca de si ha hecho cosas imposibles o ha estado en lugares extraños, he decidido poco a poco ir respondiendo a las preguntas que hacen e ir añadiendo a su vez otras.

Pero no sería demasiado original si además no incluyera el modo en que, en caso de contestar negativamente, poder hacerlas realidad. Va, aquí hay algunos ejemplos: ¿Has bailado el lago de los cisnes... en el lago de los cisnes? ¿Has inventado tu propia palabra? ¿Has ido en caballo por la playa?

El caso de hoy y con el que inauguro este apartado es este: ¿Has ido alguna vez a Teletubbielandia?

Respuesta: No, no he ido nunca a Teletubbielandia.

Peeeeero si quisiera ir alguna vez allí (o si alguno se muriera de ganas de ir alguna vez allí) debería hacer lo siguiente que expongo, espero que esté suficientemente detallado.

Para empezar, un secreto: Teletubbielandia, a pesar de tener ese aspecto de estar en otro planeta, en realidad es un set de televisión situado en la Sweet Knowle Farm, en Warwickshire (Inglaterra), cerca de Stratford upon Avon.

La mejor forma de ir a Teletubbielandia y conocer a los simpáticos Tinky Winky, Laa-Laa, Dipsy y Po, es coger un avión e ir a Londres. Desde Ryanair los vuelos salen bastante baratos, especialmente desde Gerona o también desde Madrid y con Easyjet están a 60 euros por trayecto. Una vez en la capital inglesa, desde allí se puede coger cualquiera de las líneas de tren (la central, la Virgin o la Chiltern) y bajarse en la parada de Warwick o de Stratford upon Avon. Está a aproximadamente 1 hora y media de camino, y el billete no llega a las 15 libras. Stratford es bien conocido por sus pubs, con lo que una paradita para hacer unas pintas puede estar bien, para aquellos a los que os guste la cerveza. Por cierto, para aquellos amigos de Argentina que ocasionalmente leen este blog, hay vuelos desde Buenos Aires, por ejemplo, pero son bastante caros, con lo que no os lo recomiendo si no sois MUY fans de los Teletubbies xD

Los Teletubbies: un éxito británico sin precedentes

El problema es que la Sweet Knowle Farm es un lugar al que no dejan fácil acceso y la mejor forma de fotografiarla es en helicóptero. En cualquier caso, desde el pueblo de Wimpstone, lo mejor es seguir las indicaciones de Avon Aquatics. En el cruce hay que girar a la izquierda y seguir durante un ratito más la carretera hasta que haces un giro bastante pronunciado y coges la pista de la izquierda de nuevo. No se tarda mucho en ver el "mundo" de los Teletubbies, pero el acceso está cerrado por los guardias de seguridad. Eventualmente, si pedimos permiso, pueden dejarnos pasar a hacer unas fotos.

A todos aquellos a los que los Teletubbies no les hagan mucha gracia, Warwickshire es también la tierra de Shakespeare (que se pronuncia sheikspir porque es un verbo irregular).

Espero haber sido de utilidad. En breve, más. También estoy abierto a sugerencias, por si a alguien se le ocurre alguna.

miércoles, 9 de mayo de 2007

Un poco francés (que trata sobre nosotros y nuestros vecinos)

¿Hablar de política es ser políticamente incorrecto? Bueno, da igual.

Siempre me han dado por culo los franceses. Hablan raro, no nos pueden ni ver, te ponen cincuenta mil accesorios en cada comida con tropecientas salsas, nos tiran los camiones de fruta en La Jonquera y siempre pasan de cuartos de final en los mundiales. Ni tan siquiera las francesas se salvan (con alguna que otra honrosa excepción *cof*Laetitia Casta*cof*).

Sin embargo, creo que intelectualmente y como conjunto nos pasan la mano por la cara. Son un país mucho más maduro culturalmente que el nuestro y con diferencia. No olvidemos que la Fancia la hacen los franceses y viendo las expresiones populares de los últimos años nos damos cuenta del abismo que nos separa. La última ha sido en las elecciones del pasado fin de semana, con una tasa de participación de más del 85%, y eso que el sistema de más de una ronda no favorece el que la gente vaya a votar, pues si ya da palo una vez aquí hay que ir dos. Y un 85% implica que muchos de aquellos que en la primera vuelta no votaron a ninguno de los dos candidatos que pasan a la segunda ronda, se movilizaron igualmente para elegir entre uno de los restantes, cuando aquí se pensaría "buah, yo paso de ir". Está claro que los franceses tienen más claro que la democracia es no tan sólo un derecho sino un deber el ejercerla. Eso me jode.

Laetitia, la gran excepción francesa

La otra vez que me causó admiración fue la movilización del país en protesta por la dificultad que tienen los jóvenes para encontrar trabajo. El país en masa salió a la calle, con gente de todos los colores y etnias por igual (otra GRAN diferencia con España-coñooo-), tanto jóvenes como mayores. Simultáneamente, en este nuestro país, la gente ocupaba las plazas y las vías reclamando otro derecho fundamental: el del botellón. Si yo bebiera, o si realmente me importara un comino el hecho de poder o no beber en la calle, no me hubiera manifestado por vergüenza. Vergüenza porque se demostró muy claramente en qué lugar situamos las prioridades de nuestra gente (¿qué coño importa si no encuentro trabajo fijo y decente mientras pueda beber mi cubalitro el viernes por la noche en la calle?) y damos razones a los que todavía piensan que la Europa "normal" acaba en los Pirineos y que más abajo no hay nada excepto folklore.

Es en estos momentos cuando, al ser español pero viviendo en Catalunya, deseo fervientemente que el Timbaler del Bruc aquel día en lugar de tocar el tambor podría haberse tocado los cojones.

martes, 8 de mayo de 2007

El resurgir de los musicales (que trata sobre High School Musical, entre otros)

No hace día de musicales hoy, no. Pero tenía este texto guardado en el borrador desde ayer, así que daba un poco igual cuando publicarlo.

Supongo que gracias a mi padre que descubrí los musicales; también le debo la ópera, el jazz o el blues. He visto las pelis de John Wayne, me encantaba de pequeño Yul Brinner (que la mayoría necesita googlearlo para saber quién es o qué películas ha hecho) y siempre llevo un disco de música clásica en el coche. Y me gustan las canciones de Louis Armstrong cuando toca la trompeta, no solo cuando canta "What a wonderful world".

Así que de muy pequeño, de las primeras películas que recuerdo haber visto (y admirado) fue "Siete novias para siete hermanos", la que se convirtió en el musical de referencia en mi vida (por encima de Gene Kelly o West Side Story) hasta que llegó para mi el máximo exponente de musical moderno: Grease.

Grease tiene todos los componentes que bajo mi punto de vista hacen básico un musical, que esencialmente es como una pieza de ópera pero en cine: tiene una historia simple que resulta fácil de seguir (muchas grandes óperas son así: La Flauta Mágica, Aída, El Holandés Errante, etc.), tiene canciones propias creadas para él (y no como en Moulin Rouge, el gran fraude de las "versiones") y llega en su momento y se convierte en atemporal. Grease es, desde el mismo inicio, la quintaesencia del musical moderno que te atrapa desde todos los ángulos y no te suelta...jamás.

Desde entonces no es que haya habido una proliferación exagerada de obras del género, si acaso el pseudo-producto antes mencionado de Moulin Rouge. Si acaso las películas de dibujos animados de Disney que, al final, acaban convirtiéndose en pequeños musicales. Pero no hace mucho descubrí uno auténtico, creado con muuuuuchas menos pretensiones que Grease (y desde luego que la "maravilla" de Ewan McGregor) y directamente para un canal de televisión: High School Musical.

Son numerosos los paralelismos entre Grease y High School Musical, demasiado numerosos como para tacharlos de meras coincidencias. Y desde luego que no tendrá el mismo éxito ni la misma repercusión; puede que ni sea la mitad de película. Pero ocurre lo mismo que pasó con Titanic y Full Monty, ambas lanzadas el mismo año, con presupuestos muy distintos y cada una en su campo con un éxito indiscutible.

High School Musical hace honor a su nombre; aquí no son cantantes treintañeros que interpretan a chicas de instituto, sino que son chicos de instituto que se interpretan a sí mismos en un filme que rebosa energía y buen rollo por los cuatro costados, que es tan simple y poco sutil que resulta gracioso y que no te deja que lo mires sin esbozar una sonrisa; es una peli que te da ganas de cantar y bailar. Cumple al 100% los requisitos fundamentales de un vehículo de entretenimiento y además con la suficiente ligereza de carga que te permite un revisionado con poco margen de tiempo (cosa que no permite 2001: Una Odisea en el Espacio, por ejemplo). Todos los protagonistas cumplen perfectamente su papel, las coreografías son más que decentes y el ritmo es pegadizo.

Estoy encantadísimo con este descubrimiento: tenemos la película original (en Disney-DVD), me he descargado el avi para tenerlo en el ordenador y ayer me bajé la banda sonora. Esta película de dibujos sin dibujos ha sido una de las mejores cosas que he disfrutado en la tele en los últimos tiempos. Lástima que, probablemente y al contrario de lo que ocurre con Grease, High School Musical no será atemporal y eventualmente (cuando a mi se me pase la fiebre, claro) caducará.

domingo, 6 de mayo de 2007

El día de la Madre (que trata, y cómo no, sobre las madres)

De nuevo, al igual que ya sucedió hace algunas semanas pero con los padres, hoy es el día de la madre. Sin embargo, al contrario que con el primero, el día de la madre no es fijo. Es el primer domingo de mayo, como si fuera un día cualquiera asignado por azar en el calendario porque tiene que haber uno. "Cuándo me entregas la máquina?" - "alrededor de la tercera semana de febrero" o tal vez "Y tus vacaciones?" - "La última quincena de julio". Así, aproximadamente.

Sin embargo, y aunque poco a poco volvemos paulatinamente a admitir nuestra naturaleza de sociedad matriarcal, pienso que es muy injusta esta forma en la que se trata a la madre. El otro día escuchaba por la radio una reflexión acerca de las palabras de un político que dijo que lo único que envidiaba de la mujer era que tenían el privilegio de ser madres, mientras que los hombres no lo tenían.

Esta versión tan limitada de la realidad, y tal vez por lo próxima a la fecha en cuestión, me dio que pensar. Como si tal vez la naturaleza de ser madre consistiera en el hecho de incubar a un bebé durante 9 meses para posteriormente traerlo al mundo; aún sin negar lo maravilloso que me resulta el milagro de la vida, no puedo estar más en desacuerdo con ello.

Tal vez porque el concepto de madre trasciende el mero hecho biológico, algo innegable, para llegar a las acepciones sociales sin las que hoy es imposible compreder el término. Ser madre es dar a luz a un bebé, no cabe duda. Y sin embargo también hay parejas que adoptan a niños pequeños y merecen el reconocimiento de ser llamados padres (y madres). Madre es criar a un niño, procurar darle cariño y que no le falte de nada, educarlo, crecerlo, procurarle las condiciones necesarias para que, tal y como sucede en la inmensa mayoría de especies animales, puedan emprender el viaje de la vida en las mejores condiciones posibles. Los humanos no somos distintos al resto de mamímefros, si acaso un poco más complicados.

En ese sentido, Mª Àngels Valls Capdevila, gracias por darme a luz, criarme, procurarme una educación que incluso yo creo ahora conveniente, crecerme y procurarme las condiciones necesarias para que emprendiera mi rpopio vuelo. No es el momento de juzgar si lo hicimos mejor o peor, pero el hecho de que yo esté aquí, con méritos de ambos, es símbolo de que por lo menos nos las apañamos bien. He llegado hasta aquí, donde estoy hoy, y desde luego que sin ti no lo hubiera conseguido. Hemos cometido muchos errores, ambos, pero por lo menos yo te perdono todos ellos. Porque a fin de cuentas me va bien, me va bastante bien, y no sería humano reprocharte nada. Gracias, de verdad.

Pero como dije antes, madres son tanto aquellas que dan a luz como las que adoptan. Yo fuí adoptado, igual un poco demasiado crecidito para lo que se acostumbra, pero adoptado a fin de cuentas hace alrededor de 5 años. Y en ese sentido, María Pérez, tú te ganaste el cielo por querer a alguien que te "quitaba" lo mejor de tu vida... ah, cuánto costó entender que en realidad no lo robaba, verdad? Incluso yo me lo creí, hasta que entendí no ya que tu habías ganado un hijo... sino que yo había ganado una madre.

Desde entonces ha habido grandes momentos, grandes broncas, buenas charlas y llantos sentidos. También contigo he cometido grandes errores, puede que los mismos que solo se comenten con las madres. El último hoy, puede, por no acompañarte al cine cuando me lo habías pedido.

Aunque suelo comparar mi vida con la de cualquier otro animal, debo considerarme de una especie altamente afortunada e inusual. Inusual porque es cierto que abandoné el nido de Mª Àngels en cuanto estuve listo para ello, pero no esperaba que mi corto vuelo de pato me condujera a otro nido, con otro pollo dentro, y que fuera tratado como un igual. Porque me hiciste creer que no por adoptado era menos hijo; y tu, no por adoptarme, eres menos madre.

viernes, 4 de mayo de 2007

Perros de presa y de pantano (que trata sobre una de mis pelis favoritas de todos los tiempos)

Hace unos cuantos años, creo que alrededor de 15 o así y mientras estaba en bachillerato, pude presenciar una de las películas que más me marcó en mi vida: Reservoir Dogs.

Steve Buscemi, Tim Roth, Harvey Keitel y Michel Madsen, junto con la aparición estelar de Quentin Tarantino, forman el reparto principal del debut en la dirección de éste, en lo que sería un telefilme que le daría reconocimiento internacional y que supondría el inicio del estilo propio que hoy es el estilo "tarantiniano". No tardaría en llegar Pulp Fiction, a mi gusto más grandiosa e igual de auténtica, pero que no se cerraba tan bien como la primera.

Cartel original de la peli

En Reservoir Dogs se explica la historia de un grupo de gángsters y de los acontecimientos que suceden tras el golpe fallido que dan, como se desenvuelve el argumento y de cómo hábilmente el director despliega su peculiar sentido de la narrativa alrededor de una serie de personajes con fuertes dosis de carisma (algo recurrente en toda la filmografía de Tarantino hasta Kill Bill, por lo menos) y como, mejor que nadie, hace girar toda una película acerca de un tío que se está desangrando de un disparo en el estómago.

Es sencillamente un telefilme genial, redondo de los pies a la cabeza, y en los que se demuestra como con un presupuesto realmente escaso se puede obtener un resultado magnífico. Es, bajo mi punto de vista, una peli al nivel de "El diablo sobre ruedas" (opera prima de Spielberg) o "American Grafitti" (opera prima de George Lucas), directores que al igual que Tarantino han podido después realizar trabajos con presupuestos mucho mayores.

Reservoir Dogs lleva descatalogada en España desde hace años. Ayer, sin embargo, recibí un cupón de descuento por valor de 10 dólares de dvdboxoffice.com , la web de venta online canadiense. Como resulta que nuestra PlayStation 3, al ser asiática, no corresponde a las zonas y regiones de DVD y de Blu-Ray europeas (que a su vez son distintas también entre sí), y solo podemos meterle las de la zona A... pues no pudimos resistir la tentación y quise que la primera película en blu-ray que se meta en nuestra casa sea precisamente la de Tarantino. Y por este motivo, por haber sido motivo de discusión sana entre mis amigos durante tanto tiempo, por ser una de mis pelis favoritas de siempre y porque a Marta es la única película de este director que le falta por ver, he decidido hacerle este pequeño homenaje.

De visionado obligatorio.

De todos los momentos a destacar, para no revelar nada del argumento por si alguno más no la ha visto, cito la escena inicial con las dos conversaciones "históricas" de la película: la discusión acerca de las propinas y, sobretodo, la explicación de por qué "Like a Virgin" de Madonna se llama así.

Gracias por todo, Quentin.

jueves, 3 de mayo de 2007

Ay, qué dolor (que trata sobre las muelas del juicio)

Hace una semana era una molestia; hace un par de días una incomodidad, ayer un dolor intermitente. Hoy estoy rabiando a ratos.

Resulta que he localizado la fuente: me está saliendo una muela del juicio, concretamente la de abajo a la derecha. Y como mi boca no se ha acostumbrado todavía a ello, me pellizca la mejilla por dentro y tengo que masticar con el otro lado. Es la primera de la derecha que me sale, en la izquierda gozo con la de arriba, que ya me hizo rabiar en su momento, y que todavía no ha acabado de salir del todo.

Auch!

Ignoro por completo el proceso de las muelas del juicio. No sé por qué salen tan tarde a tocar los cojones, desconozco su utilidad, no entiendo el motivo de que no salgan simultáneamente y no encuentro explicación a que se tomen tanto tiempo a salir.

Si alguien me lo puede explicar, por favor, será bienvenido.

miércoles, 2 de mayo de 2007

No es un trabajo cualquiera (que trata sobre la entrevista de ayer en la Sexta)

Ayer, en un inesperado giro de los acontecimientos, vinieron dos chicos de la Sexta a hacerme una entrevista en motivo del día del trabajador. En realidad lo que buscaban era a gente que tuviera un trabajo que fuera la envidia de los demás, y encontraron por ejemplo a Conrad Son (director y actor de pelis porno), una tía que trabajaba con los delfines y a mi que, en teoría, trabajo de analista de videojuegos.

Lo cierto es que debían ir bastante desconcertados porque arreglaron la entrevista el mismo lunes por la noche y el 1 estaban en casa a las 10:30 de la mañana. A pesar de que dejé claro que no era mi principal trabajo, con que realmente fuera algo remunerado ya les valía; esto me vino debido a que Pep Sánchez, director de la revista MeriStation, les dio mi número.

Así que vinieron a casa, hicieron unas cuantas tomas generales, cuatro preguntas y... listos. Total, para 20 segundos en antena; y me dejaron bastante friki además.

Total, un concurso de verdades a medias y medias verdades que movilizó a Marta desde primera hora de la mañana para que la gente viese, en los escasos sitios en los que se ve la Sexta, que soy un friki y que se crean además que vivo de los videojuegos. Tiene cojones.