jueves, 29 de marzo de 2007

Mujeres y canciones (que trata de cómo el cerebro asocia música y personas sin saber cómo)

Seguro que a todo el mundo le pasa. Suena X canción e inmediatamente recuerda a una persona, un lugar, un momento... En mi caso sucede exactamente lo mismo, hay melodías que estarán indisolublemente asociadas para siempre con alguien. Se dice que lo que en realidad hace nuestro cerebro es relacionar esa canción con las sensaciones del momento original en el que se escuchó por primera vez y, en una segunda asociación, con una persona AUNQUE no estuviera allí en el momento justo.

En ocasiones sucede que temas musicales adquieren de repente una nueva fuerza en nuestra mente al verse "reutilizados" en una situación particular, al estilo de cuando un disco de verdad de hace 30 años pega más fuerte hoy que en su momento.

En cualquier caso, las notas que conforman estas canciones llevan nombre y asociación propia:

Santana - Smooth (Marta): porque creo que, indiscutiblemente, es nuestra canción. Y además pienso que efectivamente su amor por mi simplemente mejora la vida o, en otras palabras, que la vida sería enormemente y verdaderamente más complicada y pesada si no me quisiera. Toma ya.

Extreme - More than Words (Gemma): no creo que olvide nunca aquella llamada de teléfono a casa (no existían los móviles, claro) en la que brevemente se me decía: "He descubierto la mejor canción del mundo. Tienes que venir". Y efectivamente, cuando llegué a casa de Gemma creo que la escuchamos... 50000 veces seguidas? Hoy sigue siendo algo que no creo que pueda (y no creo que quiera) disociar de ella.

Def Leppard - Two Steps Behind (Mónica): a pesar del "Right here waiting" de Richard Marx, que en su caso debería estar pegado a Sebastien de por vida, la canción que me recuerda a Mónica, por lo que ella ha supuesto, supone y supondrá en mi vida, es este temazo del álbum RetroActive y cuya letra es sencillamente espectacular.

Def Leppard - Miss you in a Heartbeat (Vanessa): Se hizo muy fuerte durante 1994-95, cuando Vanessa se fue a USA a estudiar el COU. Estuve muy unido a esa chica y estoy orgulloso tras estos años de seguir poniendo una sonrisa cada vez que la escucho.

America - Sister Golden Hair (Cris): Yo pienso que se debe a que fue una de las primeras veces que vi bailar a Cristina y fue con esta canción; bueno, fue con uno de esos remix que hacen en verano. Pero por H o por B hoy es un tema que me encanta y creo que siempre me recordará a ella.

No te aferres - Isabel Pantoja (Meri): Es imposible no vincular este folkloricazo a Meri, una de mis niñas, tras su interpretación en la oficina hace algunos años. Aparte de lo castizo del tema, es imposible juntar otro tipo de canción con ella. Diríamos que le pega todo :-)

martes, 27 de marzo de 2007

Sólo 300 (que trata sobre la película actualmente en cartelera)

En la línea que se abrió hace un tiempo con "Gladiator" o "Troy", se estrenó el pasado fin de semana "300", que trata sobre la Batalla de las Termópilas que históricamente enfrentó al Rey Leónidas de Esparta con el gran emperador persa Jerjes I.

La película está basada en adaptación de la novela gráfica de Frank Miller del mismo nombre; Miller se dio a conocer para el gran público con "Sin City", pero antes había trabajado tanto para Marvel como para DC.

Al igual que las películas citadas anteriormente, "300" tiene su origen en la historia real (hacia el 500 A.C.) y elucubra un poco dramatizando los sucesos. La mayor parte de las cosas son ciertas: 300 espartanos se enfrentaron contra un ejército de entre 250.000 y un millón de hombres, incluídos a la temible guardia personal persa, los "Inmortales". 300 espartanos y un grupo de casi 2000 hombres más (casi ninguno soldado profesional) hicieron frente a una tropa infinitamente mayor aprovechando el angosto paso de las Termópilas y anulando la superioridad numérica con sus considerablemente mayores dotes para el combate y su formación estrella: la falange.

Una tras otra, oleadas de enemigos se enfrentaron a la falange sin esta sufrir demasiadas bajas, ni incluso cuando Jerjes I les mandó a sus Inmortales, grupo guerrero de 10000 hombres llamados así porque cuando caía uno en combate siempre había uno que lo sustituía de inmediato.

La película utiliza la forma tan visual que tiene Miller de plasmar las imágenes, como si fuera un cómic, y se nutre de la información recogida por el historiador griego Heródoto, que es a partir de quién nos llegan las frases cumbre de la película; por ejemplo, cuando Leónidas fue informado de que sería atacado con tantas flechas que se oscurecería el sol, Dienekes responde: "tanto mejor, lucharemos a la sombra".

Alejandro de Esparta fue uno de los pocos que sobrevivió a esa batalla, que por ser historia pura y dura no puede considerarse esta información como un spoiler de la película, y los habitantes de Atenas al verle regresar pelearon tan motivados en las Llanuras de Platea (contra Persia de nuevo, meses más tarde) que no tuvieron problemas en reducir a un ejército mucho mayor en cuanto a efectivos.

La película nos proporciona algunas de las escenas más espectaculares vistas en un combate, que se vieron favorecidas por su proyección en la pantalla IMAX (por qué en Barcelona esto no se hace?). Fue una de esas de palomitas y disfrutar a destajo. Lástima que el final sea ya anunciado, pero en cualquier caso un espectáculo recomendable.

lunes, 26 de marzo de 2007

Nada que reivindicar (que trata sobre los homosexuales, las mujeres y otras "minorías")

Hacía ya tiempo que quería escribir una entrada de este tipo, porque no hay mejor sitio que un espacio personal para poner -en evidencia- claramente todos nuestros pensamientos al respecto.

Mientras mis montadores estaban instalando una máquina en Madrid, tuve la ocasión de leerme un libro que trataba sobre la homosexualidad, acerca de los cambios que ha sufrido el colectivo gay y hacía un análisis y reflexión bastante exhaustivo en cuanto a su situación actual en España y en el mundo. Aunque no al 100% de acuerdo con su contenido, sí que me encontré en demasiadas veces asintiendo con la cabeza a medida que recorría las páginas, aunque en su mayor parte era casi un compendio histórico dejando la opinión casi para el último capítulo.

Tras la lectura del texto me quedó la sensación, y es algo en lo que coincidía con el autor (que a mero título informativo diré que se "confiesa" homosexual), es que los gays tras las últimas consecuciones legislativas se han quedado sin nada que reivindicar. Han sido bastantes los años con demasiado miedo al armario, incluso larga la época en la que la desaprobación social (con tintes de represión según la zona y el período) han bastado como escarmiento para que alguien renuncie a su propia condición sexual y se sienta obligado no solo a esconder lo que es, sino incluso a confesarse algo que no es. Afortunadamente, creo, ese tiempo ha pasado ya.

Hoy en día no hay absolutamente nada que un homosexual no pueda hacer por el hecho de ser tal, a excepción de, tal vez, adoptar. Y eso es una verdad a medias, ya que dos homosexuales pueden adoptar siempre y cuando no digan que lo son, en una de esas paradojas legales que existen. No solamente tienen, y cómo no!, los mismos derechos que una persona heterosexual sino que además yo diría que hasta están favorablemente considerados socialmente.

Hablando hoy con Gemma, que defendía que esta minoría está lejos de ser equiparada socialmente con la de los heterosexuales (y cuyo mejor argumento para quitar validez a mi discurso era el hecho de que yo SOY heterosexual), creo que podemos decir que la sociedad española y mundial ha dejado de ser el mundo homófobo que era antes. Es cierto que todavía hay nociones de heterosexismo, que desde luego no es la misma cosa y que estoy de acuerdo en que es una fase que pronto se superará. Pero no hay diferencias, no hay represalias, no hay nada. Cuando alguien se manifiesta, por ejemplo en el día del trabajador, y se le pregunta el por qué de su manifestación necesariamente deberá (o debería) responder que para mejorar las condiciones laborales de su gremio y de todos los trabajadores por igual. Y generalmente el 99% de las reivindicaciones se reducen a "queremos trabajar menos, más seguros y ganar más dinero". Lo cual es perfectamente comprensible, la verdad. Yo también quiero trabajar menos, más seguro y ganar más dinero. Pero lo realmente importante es que detrás de la manifestación hay una reivindicación sólida y que se sostiene, porque realmente aspira a algo que hoy en día no existe. Si es viable o factible es otra cosa, pero tiene fundamento.

Hemos conseguido pasar de lo que antes era una discriminación exclusiva a la estandarización más pura y dura, de modo que en el cole podría haber tranquilamente el que lleva gafas (el cuatro-ojos), el que siempre saca buenas notas (el empollón), el que siempre está con la profe (el pelota), el que se tira pedos en clase (el pedorro), el más gordito (el piraña) o el más alto y delgado (el insecto-palo)... y añadirle al chico que le gustan los chicos (el gay). Eso, se quiera ver desde donde se quiera ver, se llama normalización. Y es un logro.

El problema de la reivindicación gay, del movimiento del arcoiris, es que no tiene razón de ser. Casi nadie se acuerda de que hasta 1983 ser homosexual era un delito que constaba en el código penal y podía incurrir en hasta 3 años de cárcel. Hoy ya no hay nada más que pedir, no hay nada más que equiparar. Todos somos iguales ante todos los estamentos. No cortes la Gran Vía para decirme únicamente que eres gay y para que yo llegue tarde al teatro porque yo, amigo homosexual, nunca cortaría la calle para explicarte mi condición sexual ni te haría llegar tarde al teatro por ello. Porque, incluso siendo un integrante de la facción dominante (soy heterosexual, uauh), me da igual mi condición sexual... y la tuya. Espero que llegue el día en que a tí realmente te dé igual que yo NO sea gay.

Hoy, que afortunadamente y gracias a los cielos por fin estamos equiparados, no consigas que por el hecho de querer hacerte notar (reivindicando algo que no necesitas porque ya lo tienes) te coja manía. Sé que paradójicamente es más cómodo vivir "oprimido" que en igualdad de condiciones, no tengas miedo a perder los privilegios de trato que hoy tienes. Pero creo que ha llegado la hora de que te líes la manta a la cabeza y empieces a actuar como lo que eres y te considero: una persona normal.

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Algo muy similar sucede con otra gran minoría: las mujeres. Por cierto, lanzo una pregunta al aire: ¿puede considerarse minoría un grupo en el que la suma de sus integrantes es superior al resto? O bien, ¿es la mujer una minoría "cualitativa" con respecto al hombre? Sinceramente, opino todo lo contrario. Será que yo tengo mejor opinión de las mujeres que ellas mismas. Lo digo para dejar de referirme a las mujeres en esos términos.

El caso es que la mujer, que durante tantos años ha estado en un segundo plano a todos los niveles, renace de sus cenizas cual Ave Fénix. Hoy en día se dice que por fin las mujeres están recuperando el protagonismo que se merecen, que por fin se ve la luz al final del túnel. Qué falacia tan grande, la mayor de los últimos tiempos.

Hoy vivimos en un estado matriarcal, en todos y cada uno de los estamentos (legislativo, social, etc.). Si la mujer no ejerce su poder para dar un bandazo y posicionarse como ella quiera es, o bien porque el hombre es verdaderamente el ser más inteligente que existe, o sencillamente porque a la mujer no le da la gana. El día en el que la mujer, al igual como le pasó a HAL en 2001: Odisea en el espacio, tome conciencia de sí misma y de su poder, el hombre nada tendrá que hacer.

El problema principal que hoy en día tiene el colectivo femenino, y no solamente la minoría femenina homosexual que copa los puestos del Instituto de la Mujer, es que han creído que lo más de lo más de la evolución, lo máximo a lo que puede aspirar como tal es a ser un hombre. No sé qué inteligentísima mente masculina inoculó esa idea en la mente femenina, pero ha sido precisamente ese pensamiento la que ha bloqueado su progresión (por lo menos su progresión hacia arriba). Qué sería del hombre, si la mujer se diera cuenta de que la máxima expresión de su condición no es "trabajar en los mismos puestos del hombre, cobrar lo mismo que un hombre, ser igual considerada igual que un hombre en los mismos lugares". Qué terrible decepción que la mujer, sin lugar a dudas el animal más inteligente de este planeta, se haya creído esa mentira.

La máxima aspiración de la mujer como tal, y en ese sentido comprendo el "sentimiento de inferioridad" del que hablaba Gemma, debería ser en progresar hasta su tope INDEPENDIENTEMENTE de lo que haga el hombre. Somos animales iguales, pero de géneros distintos y que, por lo tanto, no necesariamente tenemos que emprender los mismos roles. De hecho somos la única especie de mamífero en el que intentamos que ambos, hombre y mujer, solapen sus funciones y luchemos por ver quién lo hace mejor en lugar de combinar nuestros esfuerzos y avanzar juntos como equipo.

Con eso no digo que las mujeres deban ir a la cocina y a cuidar a los niños, pero lo diría si realmente esa fuera la función que desempeñan mejor. El problema de los hombres es que, siendo honestos, hoy en día no hacemos nada deslumbrantemente bien. Tal vez jugamos mucho mejor al béisbol y poco más. Y a lo mejor hay hombres que son mucho más capaces en las tareas de cuidar niños que la mayoría de las mujeres: pues adelante! Pero por el hecho de ser mujer no implica que "tengas que trabajar" para sentirte independiente y para honrar tu género, como muchas hacen.

El colmo de este punto de vista se demuestra, cómo no, cuando se lleva a los extremos; por eso Serena Williams no comprende el por qué hay dos circuitos de tenis: masculino y femenino. Y tiene que entrar a jugar contra el número 250 del mundo (y recibir una paliza impresionante) para darse cuenta de que no hay ninguna necesidad de equipararnos, que la verdadera riqueza de la humanidad está en la pluralidad que como hombres y mujeres, iguales pero muy distintos, podemos aportar al mundo y a la especie cada uno desde donde podemos o nos corresponde.

No olvidemos lo gratuito que resulta hacer demagogia (y barata!) argumentando la violencia de género para demostrar que no existe igualdad social en España. Y de hecho, aún a miedo de que se me tire encima medio mundo y sin quitar importancia al hecho de que la violencia doméstica debiera erradicarse de todas todas, "sólo" 91 personas (de entre 44 millones) murieron por violencia de género en 2006, lo que no es escalofriante desde un punto de vista estadístico. Son 91 personas, está claro, y no me gustaría que se me acusara de falta de sensibilidad. Pero 6300 personas murieron el año pasado debido a ser fumadores pasivos y aún veo a mucha gente, hombres y mujeres por igual, sosteniendo el cigarrillo delante de otras personas y tampoco se acaba el mundo. Hombres y mujeres que no dudan en romper lanzas contra la violencia de género que, eso sí, es una lucha que "vende" más. Con eso intento decir que la mayoría que intenta defender causas como la desigualdad utilizando la demagogia como arma arrojadiza sale casi siempre escaldado y personalmente me parece un error. Las minorías deben protegerse, está claro, pues protejamos primero (o por lo menos con el mismo ahínco) las que más bajas sufren al año, ¿no? Igual solo las protegemos cuando nos interesa, cuando formamos parte de esa "minoría". Y eso está mal, es hipócrita.

Al contrario que mucha gente soy partidario de que realmente se ha avanzado mucho en los últimos 30 años, con la valentía al decirlo de alguien que no llega a los 30 años. Pero creo que realmente, haciendo un análisis no demasiado profundo de la sociedad de hoy en día, estamos en un punto en el que afortunadamente hemos recorrido la mayor parte del camino que nos aleja de la homofobia y el machismo y opino sinceramente que si no somos capaces de recorrer los últimos metros sin necesidad de manifestarnos o reivindicar violentamente, es que no abremos alcanzado la madurez suficiente y tal vez no seamos merecedores de tales privilegios.

Hoy, mi mundo personal (y por ende el mundo en el que vivo, faltaría más) es ligeramente heterosexista y masculinista (que no machista), pues en este último caso sí creo que objetivamente, y en especial a nivel legislativo, el hombre tiene que luchar ante la desigualdad en que le sitúan las leyes aprobadas por el Partido Socialista Obrero Español, que consideró que como la mujer había estado oprimida durante demasiado tiempo ahora había que "compensar" hacia el otro lado. Del mismo modo que el árbitro que pita un penalty (y se equivoca) pita otro en campo contrario para compensar (y la compensación significa equivocarse dos veces).

Pero en términos generales la reivindicación, por lo menos en cuanto a los temas que he expuesto es, cuanto menos y afortundamente, anacrónica.

Fallo en la estadística (que trata sobre la mujer española en general y la vasca en particular)

Esta semana pasada la he pasado enteramente en el País Vasco, instalando una de mis máquinas con un montador italiano. Las sesiones eran de 8:30 a 20:00 (dos turnos), por lo que he terminado bastante cansado.

Empezó mal el viaje, pues me pilló un temporal de viento, lluvia y nieve que me causó bastantes dolores de cabeza ya en la ida (carretera nevada, etc.), y después vi granizar como no había visto en mi vida durante lunes, martes y miércoles. Afortunadamente Marta llegó el viernes por la noche y se hizo la luz.

Ha sido un viaje extraño porque me he dado cuenta de una cosa, que ya sabía en realidad pero sobre la que he podido reflexionar. Sobra decir que el País Vasco es una zona increíble, con un paisaje acojonante y que cuenta con alguna de las ciudades y pueblos más bellos de toda España con diferencia. No es el caso de Bilbao o Barakaldo, donde estuve y que son feos de cojones, pero sí el caso de Donosti o Zarautz.

Lo que realmente me llevó a profundas cavilaciones fue el hecho de que mujeres bonitas, lo que se dice la mujer bonita española, en el País Vasco no hay. No existe. Existe otro tipo de mujer, por norma general, que no es que sea fea... es que simplemente no encaja en mis cánones de belleza. Coñe, yo voy caminando por Córdoba, Sevilla, Madrid, Barcelona, Alicante, Murcia... coñe, hasta Fabero.... y me encuentro con mujeres que me hacen girarme y bendecir la madre que las parió (en Fabero hay unA médico que cura las enfermedades solamente con su presencia, doy fe). Pues en Bilbao o Barakaldo, esta mujer no existe. Y si existe, se esconde muy bien.

La prueba de ello es que, caminando con Marta, no vimos ninguna de estas mujeres durante todo el rato que estuvimos en Bilbao. Miento, es cierto, pues había 3 que se salvaban de la quema y que Marta me señaló. "Son extranjeras", dije y no sin cierta ironía. El problema es que DE VERDAD que eran extranjeras xD Yo creo que cuando Anne Igartiburu se fue del País Vasco, la media local bajó un montón de enteros.

No atino a encontrar las razones de esta diferencia tan abismal de nivel entre un lugar y otro (o por lo menos, no atino a encontrar razones por la no existencia de mujeres que se ajusten a mis cánones de belleza), probablemente sea debido a que históricamente la zona ha estado apartada y encerrada sobre sí misma durante demasiado tiempo (¿cómo se explica sino la existencia del euskera como idioma?) favorecida con total seguridad por la cantidad y variedad de la orografía que rodea el País y que, por otro lado, con tanta bondad incide sobre el paisaje.

En fin, insto a cualquiera que pueda deconstruir esta teoría que POR FAVOR me lo haga ver así. A ti, mujer vasca que estás buena de los pies a la cabeza, te pido disculpas. Y de paso, mándame tu foto :-)

martes, 20 de marzo de 2007

Padres míos que estáis en la tierra.

Era natural, el día del Padre - un post sobre el Padre.

A tí, Padre, que por tu inteligencia yo salí inteligente.
A tí, Padre, que por tu compasión yo salí compasivo.
A tí, Padre, que por tu sentido del humor siempre veo la vida con una sonrisa.
A tí, Padre, por legarme tu incapacidad a estar enfadado demasiado tiempo.
A tí, Padre, por haber permitido que siempre tuviera capacidad de elección en todo momento.
A tí, Padre, por permanecer a mi lado peleando el día a día cuando más que mereces el descanso desde hace años.
A tí, Padre, por poner tu experiencia a mi disposición y no imponérmela.
A tí, Padre, por inculcarme valores en el sentido de la bondad y de la maldad.
A tí, Padre, que por tu afición a la música descubrí a los clásicos.
A tí, Padre, que por tu flexibilidad ante la vida me enseñaste a no caducar.

Gracias, Padre.

Pero también, Padre, que por tu desconfianza yo salí desconfiado; que por tu silencio emocional yo salí tartamudo; que porque no estuviste cuando era pequeño y te necesité te eché mucho de menos y aún lo hago hoy; y porque en lugar de criar a un hijo criaste a un amigo.

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Y Gracias a tí, Gregorio, que sin comerlo ni beberlo me adoptaste como a un hijo sin pedir nada a cambio. Gracias por ser mi fan incondicional tanto a nivel personal como a nivel profesional: no me cabe duda de que eres la persona, por encima de todas las demás, que más confía en mis posibilidades. Gracias por no tener nunca una palabra más alta que otra conmigo, gracias por escucharme incluso en tus malos momentos, gracias por valorar mi opinión de forma que, sin saberlo, me haces sentir importante.

Gracias por estar ahí y por ponerte en ese lugar sin que nadie te lo pidiera. Gracias por regalarme esas miradas de aprecio cuando llego y cuando me voy. Gracias por hacerme sentir bien.

Gracias por darme más de lo que seguramente la mayoría del mundo me dará jamás. Y gracias, muchas gracias, por dármelo gratis.

viernes, 16 de marzo de 2007

Mortadelo y Filemón (que trata sobre cómo aprender a tener sentido del humor)


Ayer fue el cumpleaños de Francisco Ibáñez, ese genio tartamudo de la quinta de mi padre (1936) creador de los populares personajes Mortadelo y Filemón.

Aunque Ibáñez sigue vivo a sus 71 años, me gustaría rendirle un pequeño homenaje al hombre que, junto a mi padre, construyó lo que hoy es mi sentido del humor. Que puede gustar más o puede gustar menos, no me cabe duda, pero es una honra decir que fueron a través de sus simpáticas aventuras, de sus desmedidos gags, gracias (o por culpa) de la lectura de innumerables viñetas de los entrañables agentes de la T.I.A. que se dio tono y filo al que hoy es mi forma de entender el mundo.

El año próximo será el aniversario número 50 del momento en el que Ibáñez deja su puesto en el Banco Español de Crédito y se hace "dibujante profesional". 50 años de Mortadelo y Filemón. Y desde entonces se han vendido más de 150 millones de álbumes de sus aventuras; he podido vivir, en primera persona, las más disparatadas situaciones gracias a sus colecciones, sus Super Humor, sus Magos del Humor, sus historietas individuales... He reído a carcajada limpia mientras, alumbrado con una linterna, leía y releía a escondidas de mi madre por las noches las Olimpiadas del Humor o El Sulfato Atómico.

A tí, Ibáñez, genial barcelonés de impredecible creatividad, muchas gracias. Porque una parte de mi mente está hecha con tu molde y, por tanto, vivirá (espero) en mi persona más allá del fin de tus días, que espero que lleguen tarde.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Aquellas pequeñas cosas irritantes (y 2)

Ayer me olvidé de comentar una cosa VERDADERAMENTE irritante y que me molesta hasta el punto de tener que controlarme para no tener que repartir "hondonadas de hostias", que diría Pazos.

La tos en el teatro y en el cine: vamos a ver, ¿nadie lo ha notado? Marta y yo somos una pareja que vamos generosamente al teatro, incluso hay temporadas que asistimos más que al cine. Generalmente al Romea, que es un teatro pequeño, con los asientos hechos incómodos aposta (como los del cole, que son incómodos para que no te duermas en clase) pero que se estrenan una docena de obras al año y hay mucho teatro "de culto". Como acostumbra a pasar, llegamos 15 minutos antes de la obra y sentados existe ese murmullo tan habitual de la gente que departe amistosamente de lo divino y lo mundano. Sin más, una conversación normal y corriente. Y de repente... las luces se apagan... la función está a punto de empezar y... LA TOS. La gente, generalmente aunque no de forma exlusiva, los inadaptados que no pisan un teatro a menos que les hayan regalado las entradas o les hayan salido en el bote de Dixan tamaño familiar, les entra una irremediable tos que resulta, cuando menos, sospechosa y terriblemente molesta.

Vamos a ver: la oscuridad da tos? O es el silencio el que da tos? Las pastillas Juanola son anti-silencio o anti-oscuridad? Qué clase de estúpido sentido de la necesidad de notoriedad te hace toser por el simple hecho, imagino, de... que te oigan? Porque lo siento, no me creo que estuvieras perfectamente y de repente, por el simple hecho de que todos callen, empieces a toser.

En una lectura en la que estuvimos, en el Romea, de una serie de textos que leían Vargas Llosa y Aitana Sánchez Gijón, la gente tosió tanto que incluso salió en el periódico al día siguiente. Y encima era una sesión VIP. Pues esta gente, la del cine y la del teatro que tosen sin motivo, que me faltan al respeto con sus espectoraciones fuera del lugar, se les deberíaretorcer el pescuezo como se retuerce una bayeta mojada. Deberían morir al instante. Por notas. Y por tontos.

martes, 13 de marzo de 2007

Aquellas pequeñas cosas irritantes (que trata sobre la irascibilidad que hay en cada uno)

He procurado escribir esta entrada un par de veces, guardándola en un .txt y editándola, siempre con el miedo de que no pareciera carne de cañón para un diálogo del club de la comedia. Lo digo porque a la práctica totalidad de lectores de mi blog (o sea, 3 ó 4) les hizo mucha gracia mi anterior texto y no quisiera convertir este blog en un espacio de humor. Pero bueno, lo que tenga que ser será.

El caso es que el otro día a raíz de cuando nos golpeó el autobús aquel hace algunas semanas, pero de hecho lo pienso muy a menudo, estaba dándole vueltas al tema de cómo la adrenalina y el estrés y un sinfín de cosas más hacen estragos en nuestra bien organizada cabecita. Es curioso como, y lo dicen los expertos, cualquiera puede transformarse del Dr. Banner a Hulk (o de Jeckyll a Hyde, para los amantes de las novelas clásicas) en una fracción de segundo. Hay ciertos detalles que irritan a cada uno, cosas insignificantes que nos pueden hacer subir por las paredes y, también, una inmensa cantidad de operaciones nimias que nos dan verdadero fastidio. Un fastidio irracional, pero un fastidio. Como no son exactamente lo mismo, hoy quiero hablar de las cosas que dan por culo más que de aquellas que nos hacen cabrear (aunque a menudo van de la mano), de aquellas situaciones que aún míseras me sacan de mis casillas. Empiezo.

Poner gasolina: Es probablemente una de las cosas que más me fastidian del universo, el momento de ir a poner gasolina. Cuando uno es -genuinamente- insociable, el hecho de que te fuercen a tener relaciones sociales es lo que más da por culo. Y el poner gasolina es una puta imposición de los fabricantes de coches que han decidido que en tu depósito solamente caben 60 litros, que solo puedes hacer 1000 kilómetros antes de llegar a esos absurdos almacenes de combustible en los que además cada vez menos te atienden personalmente. "Sírvase usted mismo". "Pues a su santa esposa también me la voy a servir yo mismo, si le parece bien." Y como un idiota haces cola, vas a la manguera, ves que está en prepago, vas a la tienda y pides que te abran el contador, vuelves a la manguera, te tiras varios minutos llenando (porque hay gasolineras en las que yo meando llenaría más rápido el depósito), vuelves a la tienda a pagar y, por fin, te montas en tu coche y te vas.

A mi es que cuando veo que se me acaba la gasolina ya me da un por culo tremendo pensar en que tengo que ir a llenar y, además, poner buena cara y responder a las 3 preguntas de rigor: "Lo llenaré. Me abre (el surtidor)?" - "Lo llenará?" - "(coñe, no te lo acabo de decir?) Sí, lo llenaré". Después: "Son 57 con cincuenta, verdad?" - "(yo qué coño sé, si no lo sabes tú como coño lo voy a saber yo. Cóbrame y olvídame, imbécil) Emmm... Sí." - "Muy bien, desea algo más?" - "Emmm... No, gracias. Adiós muy buenas (porque si deseara algo más te lo hubiera pedido, no?).

Esta última pregunta es la que más gracia me hace. Es como si vas a ligar con una tía y te dice: "Oye, aparte de manosearme el culo te apetece tocarme las tetas?" Es absurdo. Tranqui, tía, que si me apetece tocarte las tetas SEGURO que soy yo el que da el primer paso, no? ¿Existe alguna mujer en el mundo que le haya pedido a un tío que POR FAVOR le meta mano? Pues igual de absurda es la cosa.

Por lo pronto, con esto de poner gasolina es con lo único que "abuso" un poco de jefe y no son pocas las veces que va Juan a ponerme gasolina al coche, aunque en mi defensa tengo que decir que se ofrece voluntariamente. Es uno de los inusitados placeres de la vida, llegar al coche y ver que tu depósito está lleno. Ahhhh... qué gusto...

El tráfico: El tráfico es el clásico recurso habitual de los que desean hablar de algo y necesitan forzosamente que se les confirme en algo a nivel psicológico. "Vaya mierda de tráfico, eh?" Claro, no hay nadie que diga: "Oiga, pues me encanta chuparme 6 horas de caravana todos los días. Usted qué se piensa?". Hablar del tráfico es recurso fácil y, como me jode igual que a todo el mundo, no le encuentro aliciente.

Lo que sí quiero hacer hincapié es en una situación que se da en mi caso y que no es que sean imaginaciones mías, sucede en realidad. Si alguien ha visto "El Show de Truman", se trata de recordar aquella escena en la que Truman intenta tomar una carretera pero todos, en su afán por evitar que salga de la isla, le bloquean contínuamente el tráfico creando un atasco. Pues ESTO MISMO me pasa cada vez que tengo prisa. Que si jaja, que si ley de murphy... No, en serio. Por ejemplo, ¿cuánto se tarda en dar una vuelta a Plaza Catalunya? Depende, si tienes prisa se tarda 40 minutos. Si no, 10. Me exaspera hasta el punto de gritar y quedarme afónico el tráfico no ya por accidente, sino el que no tiene motivo ninguno. Para joderme. El tráfico está ahí para joderme cuando precisamente menos necesito que me joda. Para ponerme nervioso. Y eso es verdad porque yo lo digo.
Los cambios de planes: La última cosa de la que quiero hablar es de la exasperación e infinita irritación que me producen los cambios de planes, aún por la más pequeña de las diferencias, de última hora. Si la gente fuera capaz de saber a cuántos llegaría a matar cuando se me cambia un plan, seguro que no lo haría. No es que yo no sea capaz de ir "sin planes", ningún problema con eso. Pero cuando se establece un curso de acción, permito que los -escasos- recursos de mi mente se empleen en montones de otras cosas; esas cosas puede que no sean tan importantes como el hecho de cambiar los planes, pero es que ese trabajo ya estaba hecho y me jode desconectar mi procesador principal y tener que volver a rehacer el mismo trabajo 2 veces. Me jode enormemente. Pero es que incluso la cosa más tonta me saca de mis casillas, de forma que tengo que hacer un ejercicio titánico de autocontrol -y muchas veces no lo consigo- para no enviar a tomar por culo a mi interlocutor, que en muchas ocasiones es mi propia esposa. "Cariño, te importa que antes de irnos paremos un momento en casa de mis padres?" ... ... .... - Gññññññññññññ- "No, claro que no me importa". Pero como no puedo disimular... SABE que me importa xD

Lo jodido es que me importa, ESE es el problema. El hecho de desviarnos un milímetro y tener que volver a recalcular el curso de acción me jode, pero no por el hecho de hacerlo sino porque interrumpe cualquier cosa en la que ya estaba pensando. Y no me gusta que me interrumpan. No me gusta nada. Porque si enfoco mis esfuerzos en "ir pensando sobre la marcha", ya sé que eso es lo que voy a tener que hacer y me programo para eso. Pero mi cerebro es egoistamente inflexible y, a estas alturas, me da palo cambiarlo. Más que nada porque tendría que interrumpir lo que estoy pensando ahora mismo.

lunes, 5 de marzo de 2007

Soy fan de Isidro (que trata sobre los vecinos)

Lo reconozco, soy fan.

Isidro es nuestro vecino de portería; vive en el 7º A y nosotros vivimos en el B, y es un tipo muy particular. Antes de hablar de Isidro, no obstante, quiero aclarar que me CAGA profundamente vivir en una comunidad de vecinos, me CAGA tener vecinos y me CAGA todo lo que rodea al hecho de vivir en un bloque con más gente, en lugar de tener mi propia casa con mi propio jardín que es lo que he tenido durante toda mi vida. Qué le vamos a hacer, soy así.

Pero Isidro hace de la vida en comunidad algo mucho más agradable. Curiosamente, todo lo que a otro le jodería de él a mi me encanta.

Isidro canta. Canta mucho y a todas horas. Canta solo, con Miriam, por la mañana y por la noche, en la cama y en la ducha. No le hace ascos al pop español, puede tranquilamente arrancarse por bulerías, se atreve con alguna canción en inglés... lo mismo te está "amando locamente" que se siente "como un burro amarrado en la puerta del baile". Su última especialidad, y una de mis favoritas, es Marc Anthony. A dúo con su mujer, bordan el "Estúpido - ilógico" los sábados y los domingos por la mañana. Eso sí que es amortizar un CD, apuesto 1000 € a que lo tienen original. Fijo que si fuera bajado del emule no lo pondrían tanto.

Isidro y Miriam tienen perro. Un perro encantador, creo que un bulldog francés, que es incapaz de hacer ningún tipo de ruido. Pero sabemos del perro porque no es bueno; se porta mal, el pobre (o la pobre? no sé). "QUÉ HAS HECHO CON EL COJÍN? EHH?" o tal vez "TE HE DICHO MIL VECES QUE ESO NO SE HACE!!" retumba en nuestra cocina mientras hacemos la cena. Está claro que el perro echó mano al cojín equivocado y que hay algo que le han repetido 1000 veces que no debería haber hecho... ahhh, lo que yo daría por saber qué es ese algo...

La madrugada del viernes a sábado, además, tuvimos sesión de Isidro + Miriam. Sesión X, claro. Pero como pagamos poco, solo tenemos derecho a la audición, no al visionado. También es muy atrevido decir Isidro Y Miriam porque a ella no se la oye, con lo que podría ser él jugando un 5 contra 1, claro. Pero el caso es que el hecho de que no se la oiga da absolutamente lo mismo, porque a él se le oye por los dos. Qué gozo. Qué gritos. Qué placer. Es impresionante. Dan ganas de, a la mañana siguiente, parar a Miriam por la calle y decirle: "Ooooole." Tú si que sabes, coño. Joder, en realidad soy fan de Miriam.

El caso... cómo se puede gritar tanto? Es que es casi físicamente imposible, de verdad. Es com si se fuera a romper, como si lo hiciera aposta. Hombre, de vez en cuando uno pues refrena menos su pasión pero coñe, es que la debe dejar sorda a cada momentazo. Nunca hemos escuchado una repetición de la jugada pero es que oyendo como queda el pobre Isidro ya es milagroso que amanezca vivo a la mañana siguiente.

La última de Isidro es la batería que se ha comprado. Es ruidoso y toca mal, pero está aprendiendo, coñe. Hay que darle un poco de tiempo. Dentro de poco, cada uno desde nuestro piso, podré unirme con mi guitarra eléctrica y ya veréis la que montamos.

Hace poco me lo encontré por la calle y le dije que Marc Anthony no me gustaba, pero que ya le había encontrado el punto. Que su Estúpido-Ilógico era bueno. Se quedó así con una cara de decir: "Cómo lo sabe...?". Al fin de semana siguiente no sonó tanto. Eso sí, su intensidad sexual no ha bajado ningún entero.

Y es que Isidro será muchas cosas, pero es un crack.