Uno más (que trata sobre los cumpleaños)

Hoy es mi cumpleaños.

Tal día como hoy pero de hace 29 años, nací en la clínica del Pilar de Barcelona. Esa misma jornada en la que yo vine al mundo (sin yo quererlo, ojo), estaría llena de un simbolismo que ha marcado mi vida. Dicen (varias fuentes) que en la nurserí estaba yo solo acompañado de más de una veintena de niñas (esas mismas fuentes cambian el número, pero casi siempre ronda esa cifra). Supongo que fue con mis patucos azules cuando inventé, rodeado de féminas, el entrar en estado de molación. Hice MmMm con apenas unas pocas horas de vida.

La letra "M", además, ha sido muy importante en mi existencia. Por orden estricto de aparición: María dels Àngels (mi madre), Mònica, Meri, Marta, María (mi suegra)... "Emes" de gran relevancia en mi vida, o incluso MeriStation, donde conocí algunos de mis mejores colegas o espíritus afines que tengo hoy. Sin ir más lejos, no olvidemos que los CCA provienen del canal de PS2 de la revista... Otras letras también han sido y son muy importantes, ojo, simplemente era para hacer el juego de palabras.

Cumplir años me da por culo, ya lo he dicho algunas veces. No es que tenga un problema con ello, o me sienta más mayor...no. Simplemente no me gusta. 29 años es una edad fea, además. No es que los 28 sea especialmente preciosa peeeeero... en cualquier caso que me hago mayor es una realidad. Sigo teniendo muchos proyectos por delante, y algunos de ellos supondrán un cambio radical en mi vida cuando los lleve a cabo, pero tengo simplemente un día menos que ayer para hacerlos. No un año menos, un día menos. Pero un día que pesa como un año, porque por culpa de las fechas señaladas te ves obligado a hacer balance.

Ayer Mònica me pedía por tlf que hiciera precisamente un recopilatorio de cosas buenas y malas que han sucedido en el último año y que las pusiera en una balanza. Una pregunta con trampa, claro. Se podría decir que este último año no han ido las cosas exactamente como me hubieran gustado, me he dejado muchas cosas por el camino y, lo peor de todo, descubrí que yo ya no era exactamente yo. Así como, en todos los sentidos, Marta ha evolucionado, yo he involucionado. Suerte que afortunadamente desde un tiempo a esta parte creo haber recuperado el norte, un objetivo y, por encima de todo, la ilusión.

Sin duda se avecina un año lleno de sorpresas (o no tan sorpresas). Y mejor que el anterior.