miércoles, 18 de marzo de 2009

A palo seco (que trata sobre el proceso de Bolonia, desde el punto de vista policial)

Todos los que cursan - cursamos - algo en la universidad, estamos al corriente de los cambios que se avecinan en el sistema debido a la adaptación progresiva de las titulaciones (diplomaturas y licenciaturas) al espacio de enseñanza europeo en lo que se conoce como "Proceso de Bolonia". Esto va a cambiar radicalmente el panorama educacional facilitando algunas cosas pero, al mismo tiempo, dificultando el acceso a los postgrados a los alumnos más humildes.

Durante la jornada del miércoles pero en realidad desde principios de semana, ha habido concentraciones silenciosas en las universidades catalanas (que ya tienen un ambiente enrarecido desde hace muchos meses, con pancartas, movilizaciones y demás) y una manifestación que pretendía acabar en la Plaça Sant Jaume, sede del ayuntamiento y la Generalitat. El clima en la UB, por lo visto, había degenerado en algo más hostil y violento de los estudiantes contra el profesorado (que ya me dirás qué coño tienen que ver en todo esto) y el rector mandó desalojar el campus. Mal asunto, porque se armó la que se armó.

Imagino que en esos momentos ser un mosso d'esquadra no debe ser fácil, o por lo menos para mí no sería muy fácil. Porque con los estudiantes se mezclan toda una serie de indeseables especialistas en armar follón que simplemente aprovechan cualquier oportunidad para romper algo o cargar contra el sistema. Sin ningún argumento, simplemente por puro vandalismo. Y cuando un policía, un antidisturbios, tiene que realizar una carga... primero golpea y pregunta muuuuucho más tarde. Es lo que tiene que ser, porque las técnicas policiales de control están ahí y siempre son menos los policías que los manifestantes. Que alguien que no había hecho nada se lleve un palo es lamentable, pero razonablemente comprensible. Eso sí es daño colateral.

Lo que NO es tolerable es lo que sucedió poco después. Cuando la manifestación, que había avanzado por Via Laietana y andaba ya por Colón, se topó con una cuadrilla de mossos que subían en dirección contraria, éstos les mandaron disolverse. No se puede disolver lo que no está formado, pues simplemente eran gente que se dirigían a las paradas de autobús y metro que existen en la plaza. Tampoco había marcha atrás, puesto que un cordón policial se había instalado más arriba de la propia Via Laietana. Y, en esa encerrona, los mossos, enrabietados supongo porque son seres humanos "creciditos" con una placa y calentitos porque recibir también reciben lo suyo, pillaron a dos fuegos a un grupo de estudiantes (no de alborotadores) y les dieron a base de bien. Pero a base de bien. Y ahí sí que fueron sin miramientos: hombres, mujeres, niños, prensa, animales y lo que se les pusiera por delante. Hasta a JesuCristo en persona si hubiese estado allí.

Esto no es más que un síntoma de lo mal que funciona la policía autonómica catalana desde la parte más alta de la pirámide, empezando por el Sr. Saura, que ha demostrado en sobradas ocasiones su desconfianza con el cuerpo. Razones no le faltan, ojo, porque día sí y día también se conocen casos de miembros de los mossos condenados por detenciones ilegales, palizas a gente, abusos de la autoridad, etc, etc. Pero es que entre malos que son unos (la mayoría, insisto, niñatos con pistola que se creen que son algo) y que su "jefe" no inspira mucha confianza, parecen un rebaño perdido que vaga sin rumbo dando bandazos a diestro y siniestro. Pero con armas, cuidado, que no van con tirachinas.

Los mossos d'esquadra, como estamento, han conseguido dos cosas que a priori todo el mundo hacía imposibles. Uno, conseguir que la guardia civil (o el recuerdo de la guardia civil) en Catalunya parezca "buena". Y dos, ser la vergüenza de un país como Catalunya que parece que ha creado un cuerpo de control que es incapaz ni siquiera de controlarse a sí mismo.

Por lo visto y por lo que dice la gente que asistió allí ayer, catalana de pura cepa, la actuación del cuerpo autonómico asemejaba por su arbitrariedad y violencia, a las actitudes de la afortunadamente casi olvidada policía franquista (los "grises"). Qué pena que Catalunya, en sus intentos por conseguir una identidad propia que la distinga de España, lo esté haciendo tan mal. Porque yo prefieriría seguir siendo español que no ser catalán pasando vergüenza ajena, si ser catalán supone que me identifiquen con gentuza como esta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pienso que los mossos no son un caso aislado y son el reflejo de un gobierno catalan prepotente y nervioso, no es que me guste la guardia civil pero el comportamiento de los mossos es mas deshumanizado y lo digo por algun otro problema que he tenido en carretera y la ayuda ha sido inexistente.

Sldos. Jordi.

GENocideFJS dijo...

Un poco tarde pero en fin.
Esos tipos con "licencia para pegar hostias" no solo existen en territorio catalán. Aunque reconozco que me escandalizó lo que escuché en las noticias. Familas que paseabvan fueron agredidos, incluso niños pequeños.
Niños pequeños,¿Hasta qué punto hay que ser hijo de puta?.

Esos aprobaban a la primera las oposiciones a centurión. Sin necesidad de exámenes, vaya.