miércoles, 19 de noviembre de 2008

Cuestión de interés (que trata sobre voluntades, no sobre bancos o dinero)

Hoy día con dinero puedes conseguirlo prácticamente todo. Incluso aquello más exclusivo antaño reservado a unos pocos, seleccionados arbitrariamente en función de factores asimismo extravagantes, también es posible. Todo es posible. Puedes comprarte un monitor más grande, puedes acostarte con la más espectacular de las mujeres (y de los hombres), puedes jugar en la pista central del US Open en el día de la final, puedes dar la vuelta al mundo o viajar por el espacio. Puedes ser presidente de los Estados Unidos de América.

Pero lo que no puedes comprar es el interés. Dicen que tampoco puedes comprar el amor, y me lo creo, pero entenderé aquí amor como interés amoroso. Interés, al fin y al cabo.

Conseguir que alguien ponga interés en algo resulta mucho más lejano que darle todas las oportunidades y facilidades, abrirle las puertas de par en par o instar por activa y por pasiva a algo. Reflexiono: a lo mejor alguien no se comería algo pero si ofrezco dinero por ello, probablemente lo haga. Sí, pero no compras el interés porque ese personaje coma lo que tú quieres, porque lo que el quiere es tu dinero. No has conseguido que quiera comer algo, has conseguido que se resigne por dinero. No es lo mismo.

Lo mismo sucede con los trabajos - o en los trabajos - y también en las relaciones personales, por supuesto, porque esto va desde lo más banal y superficial a lo más profundo. ¿Cuál debe ser la fórmula mágica que activa el interés de las personas? ¿Existe? Creo que dentro de muchos años, cuando el mapa genético y cerebral humano esté plenamente expuesto, no habrá problema en neurológicamente activar los centros transmisores del interés: los niños aprenderán porque querrán en el colegio, la gente trabajará voluntariosamente y las personas lo mismo.

Mientras tanto, no deja de ser triste (sin peyoratividad en esta palabra, triste de tristeza) tener todas las posibilidades y no hacer las cosas por desidia, por desinterés. Y esto requiere un punto de inflexión.

6 comentarios:

La tienda de vidas dijo...

Punset hablaba este fin de semana de algo parecido...o sea, que cada vez eres más sabio...

Anabel dijo...

Nada que se tenga que hacer o sea percibido como que se hace por obligación...jamás causará interés de manera natural...acabemos con las imposiciones y el sistema para que entonces nos interese!

Motenai dijo...

Exacto, el deber por el deber kantiano está muy bien, pero hay cosas en las que no puede aplicar.

Las cosas hay que hacerlas porque se quieren hacer y si se pueden hacer y no se hacen es que no se quieren hacer. Y punto.

Anabel FTW!

Anabel dijo...

FTW? no he llegado a esa lección en mi clase de inglés así que no sé si enviarte un guiño y un besito o enviarte al cuerno....;-)

Motenai dijo...

For The Win!

Anabel dijo...

Uffff pensaba que tenía que ver con la libertad de ballenas y me he asustao!!!!petonets