lunes, 14 de julio de 2008

Calzonazos gatil (que trata sobre una reflexión masculina en clave felina)

Que los hombres son (somos) unos calzonazos es una evidencia que va más allá de cualquier discusión. No hay hombres que no sean unos calzonazos; hay hombres que todavía piensan que no son unos calzonazos. Todo llega y, generalmente, siempre hay mujeres de por medio en la ecuación.

Esta vez no. Es decir, me descubro de nuevo siendo un calzonazos, pero esta vez no hay ninguna mujer implicada. Eso sí, casualidades del destino, también es una hembra.

Mientras en otros blogs se pelean efusivamente con sus problemas médicos, muy graciosos todos ellos, yo me peleo conmigo mismo por mi falta absoluta de firmeza para con una vieja inquilina de mi jardín: una gata. Hoy es la segunda vez que le compro comida a una felina que ni tan siquiera es mía (ni vive conmigo), que es moderadamente borde - aunque debo admitir que también ella se ha ablandado un poco, probablemente por necesidad - y que se dedica a romperme el corazón cuando salgo de casa mirándome con la cara tipo Puss in Boots de Shrek. Una cara que, todo sea dicho, parece que equipan de serie.

Resulta que la gata está embarazada. Otra vez. La tercera, vamos. Y claro, pobrecita, como se dedica exclusivamente a follar (sin protección, obviamente) pues normal que se quede preñada. Lo que no es tan normal es que se le tenga que cocinar pescadito para la pobrecita gatita embarazadita que tiene hambrecito. Que hay que tener cojones. Además, esto es buenísimo: hasta el día de hoy pensaba que en esta vida mayormente o follas o comes. Es decir, que si te cocinan mucho follas poco. Y si follas mucho, te cocinan poco. Pues NO! Basta ser gato para que se altere el logaritmo: follan mucho y además, te cocinan y te ponen la comida en el platito. Pescadito calentito. Ojo, si tengo que escoger entre una opción y la otra, prefiero 500000 veces tener que ir a un restaurante xD

Yo le he comprado comida normal porque EVIDENTEMENTE no me voy a poner a cocinar para la gata que, además, ni tan siquiera se acerca cuando vas con buenas intenciones. Tienen que alinearse 14 planetas y la radiación solar estar por debajo de los límites razonables para que la gata, en un alarde de cariño sin precedentes, se te acerque a ronronearte. Que la segunda vez que tuvo crías AL IGUAL me dejaba acercarme a ellas, y eso que recaté a una saltando por encima de los coches, colgándome de una de las lianas del jardín y matando a la anaconda que se la quería comer. Se la devolví, dejándola en el suelo cuidadosamente con mis trabajadas manos curtidas por el fragor de mil batallas... y encima me bufa. Tuve que irme para no fulminarla con una mirada de mi necrovisión.

Y además que la gata es fea de cojones, que tiene delito y todo. Que dices, coñe, si es como uno de los gatitos blancos de Yanín, pues ole. Pero esta es atigrada, pero un atigrado FEO. Eso sí, las dos veces que ha dado gatitos, cuatro por vez, han tenido su encanto: uno blanco completamente, uno negro completamente, uno atigrado y feo como la madre y otro marrón claro. Que dices, coñe, como puede ser que haya esa mezcla, no? Yo pienso que como se la han follado tantos gatos distintos, ahí dentro ni los espermatozoides se aclaran.

En fin, que ahí la tengo, dormida en una silla encima de una de MIS toallas de playa - puesta al sol para que se secara, ahora puesta allí para que la gata esté más cómoda - y esperando a que un servidor le sirva su comidita en su platito. Que claro, se acerca la hora de la cena y hace hambre.

Tendrá cojones.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Formais casi un viejo matrimonio solo que con algunos papeles cambiados, jejeje, no follais, bueno ella si lo hace pero no contigo y luego vas y le haces la cena, jejejeje.

Sldos. Jordi.

Anabel dijo...

OOOHHHH queé corazoncito!!! pues que sepas que te va a volver a parir en tu jardín y encima te vas a tener que hacer cargo de velar por la seguridad de la camada. Si le das "calor" y comida...la acabas de adoptar. Ya sabes, al veterinario, la esterilizas (se acabó el sexo desenfrenado y embarazos no deseados)y la haces tu compañera de piso. qué tienrno...me acabas de conmover....snif snif calzonacillos!

Motenai dijo...

Soy un tío majo.

Si quisiera compañera de piso gatuna escogería un gato BONITO, no ese adefesio borde que co-habita en mi porche (de medio metro cuadrado).

Jordi, muy gracioso xD Al final siempre acabas pringando: pescadito, ensaladita...

Anabel dijo...

La belleza es muy subjetiva...cuelga una foto de la gata y ya veremos si es tan fea o no...además, esto es como todo, las feas son más agradecidas.

Un petonet

Motenai dijo...

Me da igual que sea más agradecida. Sinceramente, no me apetece que la gata me haga una felación. Esa lengua rasposa me da un no-se-qué...

A ver si mañana cuelgo una foto de la gata.

Anabel dijo...

Eres un bestia...me refiero a que una siamesa con pedigrí o una gata de angora de alta alcurnia además de más estirada es más delicada...ahora bien...cada uno allá con sus fantasias! xD

Motenai dijo...

No, coñe, lo decía por aquello de que las feas son más agradecidas. Que lo dudo, vamos.

Ya lo dice el refrán:

"Una mujer guapa es un peligro. Una mujer fea es un peligro... y una desgracia"

Anabel dijo...

"no hay mujeres feas si no copas de menos", "no desprecies a las 12 por lo que a las 3 matarías y a las 6 pagarías"...en fin, qué saber popular más rico hay en españa!

Motenai dijo...

Con tu primera afirmación estoy casi de acuerdo. No beber es una putada, porque te altera menos el criterio a lo largo de la noche. Es decir, que me podría liar con la fea igualmente a las 6 de la mañana, pero nunca dejaría de pensar que es la fea - contrariamente a lo que ocurre si vas bebiendo progresivamente.