lunes, 21 de julio de 2008

El que diferencia los niños de los hombres (que trata sobre un partido más que sin embargo sí quiero recordar)

Lo primero, las cosas claras: un partido de un campeonato de mierda en un club de mierda en el que somos cuatro gatos y mal contados. Lo anticipo porque a lo mejor, releyéndome en el futuro, pienso que he ganado el US Open o algo.

Ayer jugué un partido interesante y hacía mucho tiempo que no tenía tan buenas sensaciones en mi raqueta. Hacía mucho tiempo que no jugaba bien. Y ayer jugué bien. Para ganar la final del social lo peor que podía suceder es que me tocara ese rival por algunas razones subyacentes que no vienen al caso pero, por encima de todo, porque está varios peldaños por encima mío en cuanto al nivel. Tiene más tenis, esa es la realidad.

Lógicamente, nadie daba un duro por mí. Edo vaticinaba que no pasaría de primera ronda, JL recordaba el 6-0 / 6-0 que había sufrido un año antes a sus manos y ni incluso los más optimistas como Manel me daban demasiada cancha. "Está verdaderamente difícil", le dijo a mi padre entre risas la tarde anterior en relación al partido de la mañana siguiente, cuando fue a visitarlo el sábado al hospital. Ni tan siquiera yo mismo me daba crédito: incluso había pensado en escribir dos tipos de entrada, una jugando bien y con un resultado adverso ajustado y otra jugando mal y con un resultado adverso fácil. Vamos, 6-4 / 6-4 ó 6-1 / 6-2. Pero siempre perdiendo.

La ventaja de todo esto es que sales a la pista sin ningún tipo de presión. No eres favorito. No tienes nada que perder. Estás relajado, contrariamente a lo que me pasó en la anterior ronda, y las cosas empiezan a fluir. Pegas bien a la bola, restas bien los servicios (y cuando alguien te los saca a 200 km/h de forma consistente es un buen mérito) y estás cumpliendo con los tuyos. Hice un primer set de escándalo y tenía 5-0 y saque para al final acabar ganando 6-1. No hacía calor y las bolas corrían todo lo que debían. Mi rival fallaba bolas y, cosa muy extraña en mí, yo estaba extraordinariamente consistente. Cuando no cometes errores no forzados te conviertes en un rival complicado.

En el segundo set, volví a ser yo mismo. También empezaba a acusar el cansancio (mi estado de forma actual me permite jugar... 45 minutos óptimos de tenis para empezar a bajar el nivel) y empecé a fallar bolas. Con 3-3 tuve varias bolas para ponerme por delante y cedí el juego, viniéndome abajo para acabar perdiendo el set 6-3.

Al principio del tercer set, estaba empezando a radiar demasiado lo que pasaba, especialmente porque tenía la sensación que no se lo estaba haciendo ganar sino que se lo estaba regalando. Sucede cuando piensas, por primera vez, que puedes ganar. En ese momento, la serenidad de Manel en la pista fue providencial, al conminarme interiorizar estos pensamientos para favorecer la concentración. El sistema no falló. En el momento crucial, de nuevo con 3-3, conseguí ponerme por delante y ganar mi saque posteriormente, para ponerme luego con 5-4 y servicio.

En este momento, en el juego que diferencia a los niños de los hombres, estaba tranquilo. No me temblaba la raqueta como en otras ocasiones. Estaba tarareando "Dance" de Jamiroquai y mi servicio volvía a entrar: dos puntos de saque, un Ace y un peloteo corto me hicieron ganar el partido.

Ciertas son muchas cosas: que yo jugué muy bien, indiscutible. Que mi rival no jugó muy bien, indiscutible. Que ninguno estaba en la plenitud de sus facultades, bien porque uno estaba enfermo y yo que había dormido 7 horas en dos noches (la primera me quedé en el hospital, dormí 0). Que la trascendencia de este partido es - 817324. O sea, nada. Pero sin embargo, tuve muy buenas sensaciones en la pista; recordé vivamente el por qué me gusta tanto el tenis y como debe enfocarse un partido difícil, que no es poco. Y que hay que jugarlos todos, por si acaso.

Hoy, sencillamente, juego mejor al tenis que ayer. Y eso debe celebrarse. Digo yo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por tu triunfo, joder, que serio te pones, la frase que más me ha gustado ha sido la siguiente: en el juego que diferencia a los niños de los hombres.

Veo que esta victoria te ha sentado bien y eso es bueno siempre.

Sldos. Jordi.

Anónimo dijo...

Una victoria es siempre una victoria!!! Además piensa que ese "enemigo de la pista" no tendrá todas con él en caso de repetir enfrentamiento.

Hay un miedo que se respira. . .

P.D. Ahora tienes que bautizar uno de tus golpes p. ejem. la culebrilla de Nadal, etc. . .

Carme dijo...

jajajajaja Sergi, potser si que tenia raó aquell "jove" que et va dir de vostè un dia, recordes?. Que t'estàs fent gran xaval!!!!!! mal te pese... "en el juego que diferencia a los niños de los hombres", sí només et faltava dir "de pelo en pecho", jajajjaaj. En fin, felicitats per haver guanyat al "pimpollo" en cuestión.

En definitiva, que juegas mejor al tenis que ayer, pero menos que mañana (recorda una mica un anunci de tus tiempos, jajjajajaja, me parto!)

Anónimo dijo...

¿Y cual es esa supuesta diferencia entre niños y hombres? xD

De todos modos, enhorabuena por ganar, como dicen, si vuelves a jugar contra el mismo muchacho en un futuro seguro que tendrá bien presente esta derrota. Al fin y al cabo no hay nada mas jodido que la presión psicológica XD.

Motenai dijo...

A ver, no entiendo por qué no se me ha publicado el anterior comentario de esta mañana.

Primero, el baautizo: el revés de la ponzoña.

Después, la diferencia. Cuando vas ganando en el set definitivo por 5-4 y tienes tu servicio para ganar el partido, a los más inexpertos les suele temblar el brazo fruto de la presión que se siente al verte ganador. El saque no entra y es frecuente una doble falta inoportuna, una derecha fácil a la red, etc. Por eso, en estos juegos, el punto más importante es siempre el primero, que te permite ir con mucha más confianza a los siguientes si lo ganas. A fin de cuentas, el adversario también tiene presión porque o gana ese juego o se va a casa.

Pero hay que ganarlo y, como decía, en los niños suele ocurrir que pecan de "no saber rematar los partidos". Yo gané el juego que diferencia a los niños de los hombres xD

Ese "chaval" tiene 31 años xD y soy una de las pocas personas que tiene ratio positivo contra él: 3-1. Claro que la última vez que jugamos oficialmente fue en el 96 xD