miércoles, 23 de julio de 2008

Risto, que te den! (que trata sobre OT y el "todo vale" televisivo, presentadores populistas y demás)

Ayer, afortunadamente parece que por última vez en unos meses, emitieron Operación Triunfo. La "gran final". Operación Triunfo es, en teoría, un concurso de intérpretes musicales en el que una serie de concursantes compiten entre sí para averiguar, trámite nominaciones del jurado y tras el veredicto de la audiencia, quien es el mejor de todos ellos. Durante un número determinado de días, los componentes del elenco conviven en una academia creada para tal ocasión donde reciben formación a todos los niveles: musical, técnica, física, coreográfica, teatral...

El programa, convertido por Telecinco en un pseudo-reality con los que ya tiene experiencia, lo conduce Jesús Vázquez, destacado icono del movimiento de liberación homosexual (por lo que ha recibido grandes e importantes premios) y ex-presentador del también magazine musical "La quinta marcha".

Semana a semana, gala tras gala, los aprendices de cantante han ido interpretando una serie de temas a veces por imposición de la propia dirección del concurso y otras por selección propia. Tras terminar sus actuaciones, un jurado compuesto por 4 miembros (Javier Llano de Cadena Cien, Noemí Galera de Gestmusic, Cocó Comín y Risto Mejide) ejercía una valoración al principio vinculante y al final simbólica al respecto de lo que les había parecido el espectáculo. De ahí salían una serie de "nominados", cuatro por vez, de los cuales uno era salvado por los profesores y otro por los compañeros. El duelo final entre los dos restantes era decisión soberana de la audiencia.

Y hasta ahí acaba la teoría.

Tras seguir forzosamente el concurso todas estas semanas, poca de esa teoría se ajusta a la realidad de lo que se ha visto en pantalla. Para empezar y desde luego lo más importante, a pesar de que a muchos se les llena la boca con la expresión de la "soberanía de la audiencia", la realidad es que el ganador de esta edición ha sido la peor, con diferencia, de todos los intérpretes que llegaron no solamente a la final sino del elenco entero. Había un concursante muy destacado del resto, que ha ofrecido 16 temazos sin NINGÚN error en todas las semanas, que se ha esforzado a tope y que ha interpretado sus canciones maravillosamente que ayer quedó tercero. Pero incluso el que quedó segundo, el favorito de las niñas por su supuesta sensibilidad como intérprete y su calidad vocal (sans intention comique, o sea, SIC), era infinitamente superior a Virginia, a la postre ganadora del certamen.

Esta chica a punto estuvo de ser expulsada de la academia por el pobre espectáculo y las constantes desafinadas vocales que exhibía en la gala, nominada vez tras otra y salvada por la audiencia en repetidas ocasiones mientras otros concursantes de indudable mayor talento iban cayendo eliminados. El hecho de que fuese ella la que ganara, desde mi punto de vista, ya quita el último resquicio de verosimilitud a OT, por mucho que la decisión, por soberana, siga siendo legítima.

Curiosamente, esta chica ha vivido una relación extraña con el personaje más popular y a la vez impopular y que, al final, se ha convertido en una importante atracción del show: el publicista Risto Mejide. Risto, supongo que en un alarde de ironía, desarrolló una campaña de mercadotecnia alrededor del peor de los concursantes, tal vez como burla hacia al concurso, que a la postre le ha salido bien. Argumentó varias veces que "el karaoke más grande del mundo" era una farsa y, por ende, por qué no que ganara el peor de todos. Los tímidos aplausos ayer del público, el nulo entusiasmo por parte de los profesores de la academia y la frialdad con la que se tomaron la noticia el resto de compañeros de Virginia al escuchar su nombre como ganadora (por otro lado, una niña victimista e insoportable) ya dicen mucho de lo acorde que se encontraban con la cacareada soberanía de la audiencia.

Justo antes de abrir el sobre que la proclamaría como tal, pero, ese pedazo de presentador arcoiris hizo una pausa para airear una nueva desavenencia entre él mismo y Risto Mejide. Risto, o el personaje que interpreta si es que es así (cosa que todos dan por supuesto y yo, por lo menos, pongo en duda), se ha caracterizado por mantener unos modales impropios de un galán de telenovela, al dirigirse demasiadas veces en tonos y contenidos despectivos hacia todo lo que le rodeaba: concursantes, canciones e incluso el jurado mismo o el programa en sí. Nada estaba a salvo de sus comentarios, antaño con más gracia y miga que en estas últimas entregas, que le han enfrentado con obviamente los principales objetos de sus críticas - esos magníficos ejemplos de la juventud más ilustrada y modesta que son los concursantes - y que han dividido a los espectadores entre los que consideran que "se pasa" y, por otro lado, los que creen ver la verdad más pura y dura entre la paja de su verborrea.

Como decía, no son pocas las puyitas que Jesús Vázquez, el presentador más populista de los últimos tiempos, le ha lanzado en directo y tampoco son escasas las veces que Risto se ha defendido. Pero ayer, nadie sabe el motivo, a la hora de entregar el veredicto que nombraba flamante y legítima vencedora a Virginia, Risto no estaba. Había dejado el micro y se había ido, según parece nadie sabe por qué o, por lo que me temo, nadie quiere decir el por qué. En el chat, una de las chicas confirmó que ellos no sabían nada. Igual le entró descomposición intestinal y se estaba cagando por las patas abajo, igual se estaba muriendo su madre o igual, simplemente, quiso irse. Pero no estaba, ese es el caso.

En ese momento, cuando no podía defenderse, valientemente salió el paladín a escena. El hombre que acapara portadas en los orgullosos desfiles por el madrileño barrio de Chueca, aprovechó la ocasión brindada que había estado esperando y lo anunció, en un alarde de caballerosidad que le honra: "Lo voy a decir, escuchadme todos, que lo voy a decir! (mirando a cámara). Risto, que te den!", para luego añadir, ya de espaldas a ésta pero intercambiando cómplices miradas con los concursantes - especialmente con Iván Santosnosénisentarmeenunsillón, por algo será - que "después de tanta tontería, anda hombre, que se vaya ya a...". Pobre Jesusín, cuánto y cuán duro ha tenido que aguantar este hombre que necesitaba, lo necesitaba de verdad, expresar ante millones de espectadores lo que lleva dentro y aprovechando que era la última gala y no habría opción de réplica. Menos mal que rápidamente una de las concursantes, curiosamente la que interpretará el papel de María Magdalena en un musical (papel que, dicen, lo debe llevar muy interiorizado porque le sale muy natural), le dio la razón al presentador acto seguido para que no se sintiera tan solo ante esta proclamación de tanta verdad junta y sentimientos encontrados. Si es que, en el fondo, es demasiado buena persona.

La calidad humana del equipo OT al completo se observó poco después. Solamente Mónica Naranjo abrazaba a la victoriosa, mientras las caras de los otros concursantes (especialmente la del patético-histriónico Iván Santos) eran un poema. Nadie fue a felicitarla, NADIE, contrariamente a lo que había ocurrido en anteriores ediciones. Los profesores tampoco. El jurado, con Risto ausente, tampoco. Plas plas y basta, que se note que gana y que unos la envidiamos, a otros nos parece injusta la sobreanía audiencil y al resto nos jode. Qué majos y qué buen rollo. Paradigmático.

Estoy contentísimo por esta edición de OT no tanto por el concurso en sí, una mediocridad salvo honrosas excepciones, sino por el experimento social que pudo verse ayer. Pudo apreciarse mucho la verdadera pasta de la que están hechos todos sus integrantes, especialmente los colegas de Virginia que no tuvieron ni la más mínima muestra de compañerismo ante lo que es una legitimisimísima victoria, que diría Papuchi Iglesias, por encima del resto. Sí, por encima tuyo, Iván Santos, y de tu queridísimo Pablo. Ante esta grave muestra de falta de calidad humana, tantos de unos como de otros, solamente queda decirles una cosa:

Chicos, que os den!

4 comentarios:

Anabel dijo...

Mi preferido también era Chipper...pero qué le vamos a hacer!

Motenai dijo...

No es cuestión de preferidos, era el mejor ampliamente. Pero vamos, que contentísimo de que ganara Virginia!

Anónimo dijo...

Mhh... No soy del tipo de gente que se congratula y se siente importante y diferente por no ver OT, pero sinceramente, nunca he podido ver mas de 5 minutos seguidos sin sufrir verdaderos ataques de vergüenza ajena xD, así que no sabria que decir. De todos modos tampoco soy mucho de los cantantes pop del estilo que sigue OT, y menos aun de los prefabricados. Donde esté una buena orquesta o un buen grupo de rock o metal, que se aparte lo demás XD.

Carme dijo...

Doncs jo no estic gens contenta. La nena aquesta només destaca pels seus ulls i per arritmica, pava, gelosa, hieràtica... en fin una joya.