viernes, 20 de junio de 2008

La revolución industrial (que trata sobre el poder de las máquinas, no sobre el acontecimiento histórico)

Es casi increíble la dependencia que tenemos de la maquinaria y, al mismo tiempo, lo gratificante que resulta cuando confías en ella una tarea y la cumple perfectamente. Casi de forma contraproducente, las que mayor satisfacción producen son aquellas que realizan las tareas más banales.

Evidentemente la lavadora o la vitro son herramientas imprescindibles y, como tales, no se entran a valorar. Ahora bien, la sonrisa que se te queda cuando sacas el lavavajillas - lleno - y piensas que esos platos deberías haberlos lavado tu... ohhhh... es casi orgásmico. Muchas veces sin el casi. Es como el anuncio del Mediamarkt.

Ahora se están estrenando las sartenes (lo pongo así porque sucede mientras escribo, lo cual significa que... xD) conseguidas gracias a los puntos de la Caixa, recubiertas con Teflón y todo, qué lujo. Una comida ligera porque mañana por la mañana - glup - en la facultad de física y química toca sociología, psicología y ética, ni más ni menos. Estoy acojonado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Suerte con tu examen.

Tengo tantos aparatos en mi cocina que como un dia cobren vida vamos a salir corriendo, jejeje.

Comprate el robot de cocina Turbo Chef 2000, lo tengo yo, mi mujer está encantada, no tengo ni idea como se utiliza pero lo que se es que habla.

Alguno de vosotros tiene una freidora exclusiva de frankfuts con su consolador correspondiente para el pan?

Me sobran la mitad de los aparatos malditos para cocinar pero bueno.

Sldos. Jordi.