jueves, 30 de agosto de 2007

Paperboy (que trata sobre los repartidores de periódicos)

Hoy me he levantado bastante Flex (a por hoy, a por hoy, a por hoy estoy Flex); he dormido bien, me he despertado mejor y me he levantado de escándalo. El pintor sigue a lo suyo y lo está dejando bastante bien, con lo que después de la excursión a Ikea de ayer a última hora de la tarde en la que ya decidí el color del parquet y el sofá (ueeeeee), la rueda sigue su curso. La semana que viene vendrán los de Ikea a mirar cómo coñe solucionar el tema de la cocina y calcular el coste total de colocar la madera sintética en mi casa.

El del aluminio me está pasando ahora un fax con el presupuesto de las ventanas. Update en unos minutos. Listo, 2000 euros más IVA por 4 ventanas. Quiero ser aluminista.

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El caso es que esta mañana salgo de casa (de mis padres) y, una vez más, me pongo a buscar el periódico. Resulta que mi padre es viejo suscriptor de La Vanguardia y como es natural cada día sobre las 6 de la mañana tiene el diario en su jardín. La figura del que trae los periódicos a las casas la aprendí cuando estudiaba inglés (el inglés de Muzzy, Big Muzzy) en clases extraescolares. No era un oficio de los de la cancioncilla - alguien se acuerda? Tinker - Tailor - Soldier - Sailor - Richman - Poorman - Beggarman - Thief.

Este estaba en el grupo de los oficios simpáticos: el milkman (claro, aquí no tenemos lechero), el postman o mailman... y el paperboy. El del Paperboy algo distinto porque mientras que en los dibujos el lechero y el cartero siempre tienen una sonrisa en la cara, el del chico de los periódicos siempre era un gamberro con bici que repartía la prensa sin mirar. Éste es probablemente uno de los primeros oficios que tiene la juventud en ciertas zonas de USA o GB, con lo que te pilla en una edad que se presta a la travesura.

Pues bien, el paperboy de casa de mis padres es de este estilo. Tiene la increíble habilidad de lanzar el diario en las zonas más inverosímiles del jardín hasta tal punto que, o bien puedes no encontrarlo por la mañana o tal vez haya acabado en lo alto de la palmera, demasiado cerca de los rosales o justo entre el maldito cactus y esas plantas de hojas puntiagudas como alfileres que se te mete en los ojos.

No se puede tener este talento de forma natural, es imposible. Yo creo que deliberadamente se para cada mañana a colocar el periódico en el lugar más complicado únicamente para joder. A menudo no lo encuentro y el jardinero, más dotado que yo en el arte floral y machete en mano, acaba encontrando ediciones antiguas, cubiertas de tierra y empapadas por el riego automático, que me deja delante de la puerta con gran cariño.

Quiero conocer al Paperboy de mi casa. Hasta tal punto que estoy pensando, y en serio lo digo, permanecer despierto más o menos a la hora que viene para tener un cambio de impresiones con él (o con ella, vete a saber). Que igual tiene 50 años y me mata el verlo, pero creo que también puede ser interesante conocer a ese personaje con alma de niño.

Para que veáis que no miento, abajo os dejo una fotografía en la que podréis comprobar que existe una mancha blanca en el centro (entre todo lo verde). ESO es el periódico.


Sin comentarios xD

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En otro orden de cosas, resumen US Open. Nadal ganó pero no fácil, con problemas en su rodilla izquierda que le hicieron perder un set contra un australiano que se dedica a la cría de canguros y trabaja a tiempo parcial en una fábrica de boomerangs. Henman ganó (ueeeeeeeeeeee) derrotando a un cabeza de serie y aunque su siguiente ronda es asequible, en la próxima estará seguramente Nadal, que son palabras muy mayores incluso medio lesionado. Federer arrasó a un pobre chileno y ya está en tercera ronda, que la jugará contra el americano Isner. Moyá y Robredo también pasaron ronda.

3 comentarios:

Carme dijo...

ajjajajaj pobre paperboy. Ay cuando te lo encuentres de cara! La veritat és que "tiene delito". Quina risa!

Motenai dijo...

Paperboy r00lz.

Gemma dijo...

Paperboy: bici, gorra y pecas.