jueves, 26 de abril de 2007

No hay slots, parte 2 de 2 (que trata de lo mismo que la entrada anterior)

Algunos slots, como en el campo de la pareja o los amigos, pueden ser puramente circunstanciales en el tiempo: todos hemos tenido algún novi@ (que ocupó un círculo muy cercano a nosotros) con el que ya no mantenemos relación ninguna (no ocupa ningún círculo más que el del recuerdo). Pueden ser coyunturales en el espacio, como los personajes de Gran Hermano, como cuando fuimos de convivencias con el cole y nos hicimos muy amigos de X... que no recordamos ahora ni su nombre.

El campo de la pareja es tal vez el más delicado, porque los cambios de anillo suelen ser casi siempre dramáticos. "Estamos divorciados, pero seguimos siendo amigos": un gran error, pero una posibilidad. Digo error porque, a menos que haya un conjunto común entre las parejas (hijos, por poner algo) es una tremenda equivocación cambiar de slot a alguien que ha permanecido tan cerca. Progresar hacia el centro siempre es factible, pero hacia afuera lo veo como un fallo terrible que pagaremos muy caro a nivel emocional casi seguro.

Me gustaría poner dos ejemplos, de cómo bajo mi punto de vista se puede hacer bien o mal. Cuando teníamos 16 años, Cristina y yo estuvimos "saliendo". Esta frase no sé si merece el "sic" detrás; la realidad es que éramos unos críos y nos dimos 4 besos de esquina, pero en cualquier caso hubo una pseudo-relación emocional; al "cortar", mi padre me dio un consejo: "olvídala y procura no verla nunca más", que traducido al lenguaje de este blog sería un "elimina cualquier slot que ella pueda ocupar". Como a los 16 años te crees un superhombre (hasta que llegas a los 28 y te das cuenta de que lo eres 8-) ), le respondí a mi padre que no fuera antiguo, que sabría sobreponerme a la situación de tener a Cristina cerca incluso después "de lo que había sucedido entre nosotros". Qué duda cabe de que la cagué, sufrí mucho más de lo que había previsto y me hice mucho daño. A la larga, y visto hoy en día, cuesta valorar los hechos con objetividad pero aunque ahora soltaría desenfadadamente un "valió la pena", recuerdo muy bien aquella sensación de hace no pocos años y... MmMm... no sé qué decir xD Pero, aunque esa decisión no fuera objetivamente la "correcta", ahí está marcada a fuego y ese slot de Cristina, aunque no esté ya en el mismo anillo, perdura.

Sin embargo, a los 19 años tuve mi primera novia seria. Seria me refiero a entrar en su casa a cenar con sus padres y fue la primera vez que una familia ajena me aceptó en su mesa "tal cual". Aquella relación con Mª Eugènia Casanovas duró dos años justos y mi padre, siempre al quite, me volvió a dar ese mismo consejo. Esta vez, sin embargo, decidí seguirle la corriente y efectivamente eliminé a la chica de mi vida por completo, haciendo caso omiso cuando meses más tardes podría haber habido un revival de la situación. Pero ya no podía entrar en mi vida, y no porque hubiese otra que ocupara su espacio, es que ya no tenía cabida en mi vida. No tenía slots.

Hoy en día tengo pocos amigos, tengo pocos slots. La razón principal es que no me gusta la gente, casi nadie me cae bien; la segunda es que no tengo tiempo, ni quiero tenerlo. Pero mis slots los forman la élite, gente de la que estoy orgullosa y que defenderé a capa y espada por el simple hecho de estar ocupando ese sitio. Esos slots, mi posesión más preciada, son casi lo único que tengo. Y no hay más, no puedo coger a nadie más. No necesito a nadie más. No quiero a nadie más.

La única persona para la que eventualmente guardo un slot medianamente libre es Cristian Solà, alguien que se ha esforzado en ser amigo mío y para el que lamentablemente no he sabido estar a la altura. Y aunque sé positivamente que el hecho de escribirlo no mejora en absoluto la situación, espero en MUY breves tener la capacidad de reacción para volver a intentar que forme parte activa de mi vida. Espero que él, para mi, tenga también un slot libre.

7 comentarios:

Cris dijo...

Sergi, veo que has abierto el baúl de los recuerdos...
Primero te diría que, sin lugar a dudas, creo que tu padre tenía toda la razón del mundo; pero también creo que el tiempo lo cura todo. No hay mejor prueba de ello que mi buena relación con Cristian y Abel. Eso sí, siempre es necesario un tiempo de distanciamento para poder reubicar ese "slot". Es más, estoy muy orgullosa de seguir manteniendo una muy buena relación de amistad con ellos. Según tu teoría, siguen estando en un slot cercano y no pago por ello ningún riesgo emocional, sinó todo lo contrario!

Por lo que respecta a tí, lamento que el tiempo nos haya distanciado, pero aún así las últimas veces que te he visto - tu boda y un cumple de la Gemma - estuve muy contenta de volver a charlar y saber de ambos. Ahora, a través de nuestros blogs, volvemos a entrar en contacto, y de algún modo me alegra saber de aquel "slot" que compartió mi adolescencia en Corbera; y es que, a pesar del tiempo y el distanciamento, sigues ocupando un slot dentro de mis distintos anillos concéntricos. Lo que me parece más triste es que digas que no necesitas a nadie más, que no quieres a ningún otro slot. No pretendo con estas palabras que me incluyas en él, pero me ha parecido triste que dijeras eso.

La vida, para bien o para mal, da muchas vueltas... Un beso! :)

Motenai dijo...

Cris, tal vez me equivocara contigo al no hacer caso a mi padre porque la verdad es que sufrí.

Pero al mismo tiempo, por no hacerle caso, siempre tendrás un slot permanente en uno de mis anillos. Eso fue lo que quise decir :-)

Anónimo dijo...

No comparto la opinión de Sergi al 100% al respecto de la capacidad de los slots, pero tampoco comparto la de Cris, no me parece mal en absoluto que Sergi diga que no necesita a nadie más, porque parto de la idea de que él valora tanto a las personas que tiene alrededor que no cree poder permitirse robarles un minuto de su escaso tiempo, por dárselo a alguien que aún no existe en su vida.

Yo nunca le pido nada más a la vida, si no llega nadie más, pues no llega, pero lo que sí que le ruego constantemente es que me deje como está, que no me quite lo que tengo, mis slots, mis amigos, mi familia, las personas a las que quiero, porque son mi único tesoro.

Gemma dijo...

Yo tengo un slot parpadeante para Jacobs (es que pongo muy pocas lavadoras...)

Anónimo dijo...

Gemm, que yo sí que soy llorona... :)

Carme dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Carme dijo...

Sergi, estic una mica desconnectada últimament, o estoy desactualizada com diu la meva germana però vull fer un comentari en aquesta entrada perquè és important aquest tema. No importa si tens molts o pocs amics... o sino en vols tenir més persones al teu cercle... el que importa és que recíprocament estiguis quan has d'estar (con todo lo que eso conlleva). Els bons amics s'han de conservar, per aìxò són bons. Petons!