lunes, 29 de diciembre de 2008

La boda Real (que trata sobre realeza y, en cierta medida, sobre mí, brevemente)

El día de ayer fue muy completo. Haré una entrada para cada cosa, porque lo merece y porque necesito ordenar un poco las ideas.

Ayer era un día importante, porque bajamos a ayudar al Príncipe Roger y a mi yo-ella en su mudanza. También estaban las infantas con sus respectivos consortes, muy majas y muy majos todos.

Es guay. Me hacen sentir muy bien estas cosas, sin importar la carga de trabajo que pueda tener en un momento dado. Contribuir, aunque sea en una pequeña medida, a la creación de algo que se pueda llamar "casa" es algo que, en palabras conocidas por todos, "me llena de orgullo y honda satisfacción". Me sucedió hace algunos fines de semana estando todavía mi padre en el hospital y volvió a sucederme este fin de semana. Una pena que no pudiese contribuir más, las circuntancias - últimament confabuladas en mi contra - son las que son. Pero fue muy guay.

Guay porque, aparte del yo-que-sé que me producen estas situaciones, en cierta medida se completa un ciclo. Mi yo-ella era el último bastión - si bien no el último, sí el más importante por lo menos - con bandera adolescente (con el perdón de la expresión, tómese en sentido figurado) que quedaba en mi círculo y ahora, como toda princesa que se precie, ya tiene un castillo propio que compartir con un príncipe (y no con otras princesitas). Ahora solamente queda uno, pero desconocemos si decidirá quedarse en los peligrosos barrios de nuestras tierras o querrá optar por la emigración a otros continentes y hacerse futbolista, psicólogo o humorista, que por esos lares no hay más que esas tres opciones. Chévere.

Siento que, como conjunto, ya hemos pasado a otra fase. Si irá bien o no irá bien es otra cosa, por supuesto, pero se ha dado un paso muy importante sin lugar a dudas. Y en este caso, por ser quien es y lo que representa para mí, doblemente importante.

Así que, sin más, felicitar... al Príncep, por supuesto.

1 comentario:

Cris dijo...

Estoy segura que tu yo-ella es MUY FELIZ en esta nueva fase! Sin olvidar el castillo, un gran sitio en el que empezar ese reinado! ;-)

Petons i bon any!