jueves, 15 de mayo de 2008

La última cuenta atrás (que trata sobre el hecho de cómo se puede utilizar el tiempo, si sabes cuánto te queda)

Es curioso como llegas a ciertas reflexiones. Por un lado, he alcanzado un link de hace unos cuatro años que vale la pena reseñar, y es ESTE. En él se destaca la inclusión de ciertos elementos nuevos para su venta en una cadena de supermercados americana: ataúdes. Es decir, estás comprando el pan, las verduras, la leche, la carne... y dices: "Ostras, mira qué bien de precio está este ataúd! Me lo llevo!" Y además de colorines, que no se diga.

Puede parecer una gilipollez pero tiene su sentido. La mayoría de personas jamás llegan a ver cómo será su ataúd, si es que no deciden ser incinerados; o sea, que no me parece mala idea que en cierto sentido puedas escogerlo, aunque no sepas que te vas a morir pronto. Es como el "por si acaso" de los seguros, ¿no? Y ya puestos, como ví por primera vez en un juego llamado "The Secret of the Monkey Island: Lechuck's Revenge", ¿por qué no una tienda en la que se vendan ataúdes de segunda mano? Al fin y al cabo, una vez hecha la ceremonia y cuando ya se ha ido todo el mundo, al de dentro poco le importa...

El problema es que siempre pensamos que hay tiempo para estas cosas. Yo tengo testamento hecho por si acaso y no creo que me vaya a morir, por ejemplo. Ahora bien... y si realmente supiéramos cuando nos vamos a morir, entonces... ¿qué? Tener una fecha de caducidad... 10 años, 20 años, 2 años, 6 meses... no sé si realmente ayudaría saberlo o por el contrario generaría cierta ansiedad el saberlo.

Creo que uno de los mayores - y mejores - misterios de la vida es no saber cuándo vas a morir. Forma parte del intríngulis de la vida misma, aunque evidentemente a nivel práctico sería más útil saberlo. O sea, si yo me voy a morir a los 30 años... ¿para qué coño estoy trabajando ahora mismo? Claro que tampoco es lo mismo morir a los 30 que a los 50, a los 70 o a los 90. Si todo ocurre por causas naturales, como una bombilla que se apaga poco a poco, creo que más o menos te vas acostumbrando. Pero el carácter de las personas se forja por lo inesperado, por lo "antinatural" (entrecomillado por muy natural que sea la muerte, claro), porque si la vida es un milagro, la muerte también lo es.

Pienso que tener una fecha debe marcar a las personas y que hay varias formas de tomárselo: como una espada de Damocles que cae al sonar la última campanada, como una gran oportunidad para hacer todo aquello que no has hecho aún o como un reto. No estoy seguro, en alguien tan autocompasivo como yo, qué camino tomaría. Igual nunca lo llegas a saber hasta que te encuentras allí...

Y hasta aquí llega la reflexión sobre los temas arriba mencionados; sobre la vida y la muerte, sobre el carácter de las personas y acerca de la forma que cada uno tenemos de enfocarlo.

7 comentarios:

Vander dijo...

Si la gente supiese a ciencia cierta la fecha de su muerte, el mundo se sumiría en un caos. Disturbios, saqueos... vamos el apocalipsis que cita el biblia.


Hablandod e ataudes, en Japón están poniendo de moda un programa informático que se instala en la lápida donde se pueden consultar datos del muerto. Desde la biografía hasta fotos y todo lo que quieras poner.

El coste inicial es de 10.000$, y anualmente un mantenimiento.

Anabel dijo...

¿el apocalipsis de la biblia? no estoy tan de segura...creo que eso sucedería si conociésemos la fecha del final del mundo. La muerte de todos a la vez...pero no de la fecha de caducidad individual.

La verdad es que hay cosas que sé que no necesito hacer o saber, p.e saltar en paracaídas, sumergirme en los océanos y tampoco saber cuándo me voy a morir.

Me estresaría y no disfrutaría el tiempo que me queda, supongo. Así es más divertido e intenso.

Motenai dijo...

Yo sí que sé la fecha en la que va a acabar el mundo. Otra cosa es que os la quiera decir.

Vander dijo...

Yo como soy muy mala persona, si supiese que voy a morir en unas horas, putearía al máximo a todo aquel al que tuviese ganas.

Anabel, multiplícalo por miles que morirían sobre la misma hora y que harían lo mismo que yo y ahí tienes tu apocalipsis.

Anónimo dijo...

Vander, ya no nos creemos tu papel de "malote"...y te queremos igual...no finjas más :-P

Con cariño,

Mònica ;-)

Vander dijo...

Mónica, no es cuestión de ser malote o no, término que no me pga lo más mínimo a mis 25 años. Es simplemente una forma de ser.

La mía es menos bonita cara a la galería, pero también vale.

Motenai dijo...

I feel you, bR0.