viernes, 25 de abril de 2008

Formas, empatía, salidas nocturnas e ilusión aplicada al entretenimiento (que trata sobre... buff... muchas cosas)

Tarde-noche de un viernes y aquí estoy, delante de un ordenador y escribiendo la entrada de hoy, que en principio había pensado versar sobre algo completamente distinto de lo que en realidad va a tratar esta. Dejo a la mitad, y lo retomaré apenas termine de escribir y tras engullir cualquier sub-producto a modo de cena, la apasionante historia de los Estados Unidos de América, sobre los cuales estoy confeccionando una breve síntesis que abarcará buena parte del siglo XIX. Muy interesante, el profundizar sobre el por qué los USA son hoy lo que son, pero alguien podría pensar que sin llegar a tener 30 años, debería estar en otra parte en lugar de donde estoy aquí y ahora.

No puedo decir que no haya recibido invitación al respecto, que he declinado con la mejor de mis sonrisas. Aunque históricamente en singulares ocasiones he sido tachado de falta de empatía, lo cierto es que una de las pocas cosas de las que me jacto (en público, en privado me jacto de muchas más) es de comprender el mensaje. El análisis de las formas, el saber lo que se dice más por la situación en la que se dice que por el contenido en sí mismo, ha sido siempre objeto de mi estudio y en demasiadas ocasiones, lo admito, mi obsesión.

Decía, pues, que he recibido una invitación que me sonó demasiado a coyuntural, a relleno. No es que yo pretenda ser el alma de todas las fiestas, pero como tampoco es que necesite hoy por hoy de nadie, si no me entusiasman pues paso.

La gente no estudia las formas, el lenguaje dentro del lenguaje, pero son importantes. Creo que en la vida, a grandes rasgos y muy brevemente, se dan 4 posibilidades: a) que quieras / necesites de algo o b) que NO quieras ni necesites de algo. Dentro de estas, las dos que abarcan la neutralidad: c) que te dé igual pero prefieras positivamente algo o bien d) que te dé igual pero prefieras negativamente algo. Como hoy me he sentido en esta última, mejor no asistir. Y como, por múltiples razones inherentes a tantas cosas que no me da tiempo ni tengo ganas de relatar hoy, ni hago muchas llamadas ni recibo muchas... pues aquí estamos.

Putada, pero, porque hoy apetecía ir a alguna parte. No hay mal que por bien no venga, que dicen los amargados, y lo cierto es que tengo muchas cosas que hacer. Por supuesto está la historia de nuestros amigos americanos, qué duda cabe, pero también tengo un par de análisis dela revista que cumplir.

Uno de ellos vale la pena mencionarlo. Estoy ante un título llamado Pro Basket Manager, opera prima de una compañía catalana de reciente creación que en principio salia a finales del año pasado y se ha ido retrasando. Es difícil, aunque es menester, valorar con el mismo rasero un juego de estas características (un simulador de gestión deportiva, más que un juego deportivo en sí) que otras superproducciones triple A. Desde la misma presentación del producto al analista (en este caso un servidor) existe una gran diferencia con otras productoras / desarrolladoras (en mis manos tengo un título de Nobilis, por poner un ejemplo) y el hecho de que nadie haya valorado el juego de forma oficial hace que el texto que saquemos en Meri dentro de unos días pueda tener un valor especial.

El título tiene algunos problemas y carencias importantes, empezando por la escasa originalidad y terminando por sus limitaciones de tipo técnico y jugable. Yo diría que al juego le falta mucho cuerpo pero, sin embargo, tiene algo de alma. Me da la impresión de que está realizado por gente que le gusta este tipo de juegos, que sabe que el producto final está lejos de ser su videojuego favorito pero que, sin embargo, no son simples mercenarios programando por un tanto cada línea de código. No sé si es así, pero parece que hay hasta cariño metido en el juego.

Honestamente, si finalmente no reconvertimos el texto a otra cosa que no sea análisis, todavía no he decidido la nota que le voy a poner. Un colega mío le está echando un vistazo también para compartir impresiones (de baloncesto, tras más de mil partidos arbitrados, se podría decir que algo sé... de manejar un equipo no diría yo tanto xD) y, más que nada, saber si las sensaciones que tenemos son las mismas. De todos modos, creo que el juego es un "work in progress" y que le queda mucho para alcanzar la potencia y la profundidad de otros homólogos de otras disciplinas deportivas. Me parece correcto que se simplifique para alcanzar un público mayor, pero eso no debería ir en detrimento de ignorar todo lo demás: se podría haber creado una versión normal y otra "avanzada", por ejemplo.

En fin, que podría ser que la nota que yo le ponga sea el primer "examen" que pase la joven compañía. Y aunque he aprobado y suspendido muchos juegos (llevo ya... buff... cientos de análisis), siempre hay cierta responsabilidad cuando resumes el trabajo de tanta gente a una sola cifra. Especialmente cuando no es exageradamente buena.

En fin, esta noche seguiré sobre el tema (después de los USA, que no me olvido) y ya veremos. Tal vez no es la mejor forma de empezar el fin de semana pero oye... es una como cualquier otra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo tampoco soy un fanatico de las fiestas, solo voy a las que me apectecen, bueno claro, ahora tengo que pedir permiso a la autoridad domestica, pero es que hay algunas fiestas que tienen tela, tela de verdad, que son estupidas desde el principio al final, además en alguna me he sentido hasta viejo, joder, quien me lo iba a decir.

Sldos. Jordi.