martes, 22 de abril de 2008

Búhos y animales de mar (que trata sobre lo que ocurre al pedir a ciegas en un restaurante)

No es la primera vez que me pasa, supongo que tampoco va a ser la última. Cuando voy a determinados restaurantes, especialmente en el extranjero y acompañado de un proveedor, no suelo pedir a la carta sino que me dejo aconsejar por mi colega. Esta es una clásica vacilada que me he marcado muchas veces en honor a mi padre, que siempre me recomendó que era la mejor técnica para saber qué es lo típico de cada región o zona. Dados mis gustos particulares con la comida (no favorezco el pescado, por ejemplo), esto me ha llevado más de un disgusto.

Una vez, recuerdo, estaba con Raulillo Konde_K (ya, ok, no viene al caso pero viene al caso) y estábamos charlando animosamente cuando el camarero había venido para tomar nota por lo menos un par de veces; al final, ninguno había mirado todavía la carta y Kondecito ordenó una ensalada caprese. Ni me fijé en lo que pedía, y yo pedí otra. Dada la circunstancia de que no soporto el tomate en rodajas ni la mozarella cruda, la cara que puse cuando me la trajeron... pero como en aquellos momentos no quería rechazar el plato, como un campeón me comí más de la mitad. Cuando Raül supo que no me gustaba ni una cosa ni la otra, debió pensar que era un gilipollas de cuidado xD

El caso es que esta semana pasada en Amsterdam, volví a hacer lo mismo. Cierro la carta (el hecho de que estuviera en holandés también influyó) y le dije a mi interlocutor que me trajera lo que pensara que estaba bien. Era un sitio bastante pijito, sin deconstrucciones sublimadas sobre milhojas de X refrigeradas con nitrógeno, pero pijito.

Total, que para primer plato, a un servidor que no soporta los animales de mar, le traen... langosta! Olé! xD Afortunadamente estaba presentada de tal forma que recordaba a la langosta, no de aquella manera en que parece que te mire con sus ojos y te vaya a hincar las pinzas. Pero langosta, al fin y al cabo. "La langosta... ¿va bien?" - "Estupendamente, uno de mis platos favoritos". Y allí yo, gronf nyam slurp, acuchillando aquel ex-bicho marino con mis herramientas.
Solamente había una cosa que me dejaba tranquilo: no podía haber pescado de segundo. Y efectivamente, me trajeron carne (en holandés keel-owl), dos alas de algo cocinadas distintas pero servidas en un mismo plato alargado. Eran como alas de pollo, la verdad, pero sabían distinto. Una mejor que la otra, que la encontré ligeramente cruda. De repente, mientras me estaba zampando el primer tercio de la segunda ala, me viene a la mente la palabra "owl"... Owl... Owl... BÚHO!! Arrrgh...! Me estaba trincando una lechuza!!

Desde aquel momento, solamente veía dos grandes ojos en el plato que me miraban fijamente... y por la noche, me pareció como si todas las lechuzas hermanas de la que había engullido estuvieran entonando un réquiem en su honor. Nunca veré a los búhos de la misma forma y, cuando me miren, seguro que a partir de ahora lo harán con rencor.

En Kenia, en el Carnivore, comí carne de mucho tipos. Hasta de cocodrilo. Pero por lo menos sabes lo que te ponen y eso es ventajoso. Yo salí de Amsterdam, como dije, sin fumar ni follar, sin diamantes ni tulipanes... pero habiendo traicionado mi pacto de no-intrusión en el mundo marino e incapaz de mirar a los mensajeros de Harry Potter de la misma forma.

Soy un gusano.

5 comentarios:

Anabel dijo...

Sergi! qué entrada más divertida! podía haber sido peor...y haberte traído una selección de quesos típicos del país de postre!

Mensajeros de Harry Potter!!jajaja!!

Anónimo dijo...

los buhos comen gusanos
:)

Anónimo dijo...

No se que es peor, si salir sin follar o sin fumar, tu interlocutor no te quiso introducir bien en la socidad holandesa, jejeje.

Lo del buho me da pena hasta pensarlo, con lo bonitos que son.

Sldos. Jordi.

Laura dijo...

Hacía tiempo que no me reía tanto!

Beren dijo...

Que pena que no estuvieras en Escocia y te pusieran huevos de cordero hummm que rico!!!

Mi consejo es que pidas siempre solomillo xDDD

PD. a menos que estes en Andalucía, ahí pide siempre secreto, presa o pluma ibérica.No te arrepentiras