lunes, 7 de abril de 2008

Oh Capitán, mi Capitán! (que trata sobre el fin de semana, a partir del enunciado de un poema)

En el año 1860, Walt Whitman publicó este poema, que se dio a conocer al gran público (entre ellos, a mí) en la película "El club de los poetas muertos". En ella se utiliza de vehículo en muchas ocasiones, y de forma especialmente emotiva hacia el final.

Pero nada tiene que ver con Whitman la entrada de hoy. Este fin de semana he estrenado capitanía en el interclub y debo decir que no puedo estar más orgulloso de los resultados obtenidos. El sábado ganamos al RCTB, que son tan pijos a la par que impresentables, y espero que el walk-over y con el 5-0 a nuestro favor, alguien les ponga en su lugar. En fin.

El domingo era el día clave, porque jugábamos en casa de un rival directo y yo, que soy el jugador de mens ránking del equipo, ejercía las funciones de líder. Empecé jugando y ganando mi partido, 6-1 / 6-3 en menos de una hora. Simultáneamente jugaba Ferràn contra Mundi, un partido que yo ya daba por perdido al inicio, dado el bajo estado de forma de Ferràn (sin ganar un partido oficial desde hacía 2 años por lo menos) y el hecho de que Mundi, dos semanas atrás, se había cargado a nuestro teórico número 1 en tres sets. Y ayer jugaba de número 3. Mientras, Manel entraba en la pista que yo dejaba y perdía rápido, 6-2 / 6-0, vapuleado por un Mosso d'Esquadra que jugaba muy bien y dejando la eliminatoria igualada en 1-1.

Entonces llegaba la gesta. Ferràn, que había empezado perdiendo 5-0, acabó cediendo el primer set 6-4, pero entre Manel y yo lo amarramos a la pista y se sacó un gran partido, con paciencia más que con tenis, aprovechando la primera bola de partido de la que dispuso en el tercer set y estableciendo una ventaja temporal para nosotros (2-1) que duraría poco, ya que nuestro número uno perdió 6-1 / 6-1 en 45 minutos. Empate a 2 puntos. Se tenía que jugar, pues, el doble decisivo: lo jugaban su número 1, Carmelo, y un zurdo argentino que ya ganó el doble la última vez que vinimos.

Había que decidir quién haría pareja con nuestro doblista J.L. Cano y la responsabilidad, obviamente, recaía en el Capitán. EL CAPITÁN tenía que asumir sus funciones. Así que jugué... e hicimos un partido estupendo. Se nota que vamos cogiendo ritmo y que vamos disputando partidos juntos. Nos salió todo redondo y ganamos 6-4 / 6-4 en una hora y 20 minutos, no sin poca tensión, la verdad. Salí hinchadísimo de ese club, estaba orgulloso de mis jugadores.

La verdad, es una puta mierda de campeonato y una puta mierda de nivel el que tenemos, pero aún en nuestra miseria, lo hicimos de puta madre. Me siento como un barco pirata que acaba de concluir exitosamente un abordaje. No hay botín, mis marineros no me aclaman, pero me siento igual de bien.

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Además, ya que el fin de semana empezó magnificus maximus (por cierto, casi olvido la mini-sesión Ikeil del sábado tarde - saludos a Sweet Carmine 'Mistress of the Dark' desde aquí), ayer tarde - noche estuvimos en la playuqui de Vilanova. Que pegaba un viento y un frío que te cagas, sí, vale. Pero hay que admitir que tiene sus compensaciones, que yo ya me entiendo.

P.S. Los vampiros muerden menos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicidades por tu partido.

Yo el sábado y ayer domingo tambien estuve por la zona de Vilanova y Cunit, el tiempo era mas que correcta para la epoca en la que estamos.

Sldos. Jordi.