lunes, 28 de abril de 2008

Inauguración de la cosecha (que trata sobre pasarlo bien en zonas... inesperadas)

Históricamente, la playa y yo no nos llevamos bien. Por varios motivos, pero entre ellos destaca el color de mi piel; Gemma suele decir que soy blanco, heterosexual, empresario... pero la realidad es que lo correcto sería decir MUY blanco, heterosexual... pero sin ninguna connotación racista. Soy una especie de Andrés Iniesta, tengo un tono de piel "aristocrático".

Eso significa que cuando me voy a la playa y me saco la camiseta, al margen de impresionar al público femenino que haya en los alrededores (cof cof), me quemo ipso-facto. Debo ser medio inglés o medio alemán. Con lo poco que me gusta el marisco y es tocarme el sol y me convierto en una gamba. Manda huevos.

Este sábado hubo playa, pero nada de las 12 de la mañana, no. A las 6 de la tarde fue la hora a la que se aparcaba el coche, plantando en la arena una toalla y un pareo que hicieron las veces de mesa para el trivial (derrota inclusive para un servidor). Tuve el valor de quedarme solamente con el bañador para impresionar a las turistas y, tras media hora con el sol de las 6 de la tarde, me tuve que volver a vestir porque ya notaba cierto picor en la espalda. Boh.

Menos mal que por la noche, en una cena informal con unos amigos ajenos, pude recuperar fuerzas a base de degustar una exquisita selección de mis manjares favoritos: sepia, chanquete, escalivada, pescaíto frito y unos buenos quesos para acompañar. Qué delicia. Que al día siguiente estaba que me comía un toro, vamos, con cuernos y todo.

El domingo no fue nada bien, deportivamente hablando. Visto el ayuno involuntario ramadaniense del día anterior, tuve un montón de problemas para mantenerme en pie en un set (J. Cano, al que gané en el Tie-Break O_o). Posteriormente, crédito a Nadal por deshacerse de Federer en straight sets 7-5 / 7-5, demostrando una vez más que es tan injusto que Federer no haya ganado Roland Garros como que Rafa no haya sido número 1 del mundo. El Barça de baloncesto ya había perdido con el Madrid y Alonso, por el que últimamente se me han despertado algunas simpatías (junto con Nadal y Almagro, eso sí que también me sorprende) rompió el motor del Laguna trucado con el que le hacen correr los grandes premios. Y el Betis perdió, chúpate esa, para acabarlo de redondear.

Tuve un finde de pruebas baloncestiles, como dije viernes, de batallas napoleónicas y también de GTA4, el nuevo titulazo de Rockstar, que engancha como pocos. Tengo pendiente acabar mi exposición sobre los EUA, pero hoy estoy muy cansado - apenas dormí 4 horas - y la terminaré mañana. Me apetecería jugar una horita y media a tenis hoy, a ver si recupero sensaciones con mi primer servicio.

Por cierto, ayer pedazo de revival telefónico con Gemma y los BSB. Qué tiempos aquellos! I want it that way!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si señor, lo de Alonso y su R5 fue una pena, claro, era motor de segundo ciclo despues de usarlo en la zona de los arabes, pero bueno, dejando de lado la rotura, el coche ha mejorado notablemente, por lo menos ya no le adelantarán las bicicletas, jejeje.

Sldos. Jordi.