jueves, 13 de marzo de 2008

Colores y sexo (que trata sobre cómo no se pueden argumentar verdades fundamentales en público)

Recientemente, una asesora del partido demócrata que apoyaba a Hillary Clinton y que ocupaba un cargo honorífico, ha tenido que renunciar debido a una interpretación que se ha hecho de unas palabras que dijo hace unos días. Concretamente, Geraldine Ferraro precisó que "Obama no estaría en esta posición si fuera un hombre blanco".

La declaración fue tomada, especialmente por la gente que apoya la campaña de ese candidato, como un insulto racista. Prefiero pensar que se trata de una sucia estrategia electoral que no que realmente alguien lo esté pensando así.

Decir que Obama está en el lugar en el que está gracias a que es negro es lo mismo, exactamente lo mismo, que decir que Hillary Clinton está donde está gracias a ser mujer. La campaña la han polarizado dos personas, es cierto, pero una de ellas es negra y la otra es una mujer. Y eso es una obviedad, es tautológico. Una perogrullada como una casa. Es evidente que uno está donde está por ser negro y la otra por ser mujer; ser hombre o ser mujer gustará más o menos a distintos tipos de público y ser blanco o negro gustará más o menos a según qué sectores.

La gente se piensa que por el hecho de ser blanco o negro las propuestas que pueda hacer uno u otro son distintas. Como si un candidato fuera una eminencia en todos los sectores (economía, política social, cultura, deporte, ecología, sanidad, defensa, exteriores, etc.) y no contara con un equipo de asesores que realmente fueran los que redactaran esas propuestas. Como si las propuestas "negras" fueran distintas a las blancas, o las propuestas "masculinas" fueran distintas a las femeninas. Dos candidatos, nada más y nada menos.

Es tan absurdo el nivel de hipocresía de Estados Unidos que a menudo da vergüenza ajena. Geraldine Ferraro utilizó ese argumento seguramente para puntualizar que Obama despertaba simpatías más allá de lo que un hombre blanco "tipo" hubiese despertado... y probablemente sea verdad. Nunca trató de ser racista ni nada por el estilo. Remarcó el estadio excepcional que se produce al encontrar un candidato negro - porque no es blanco, es NEGRO, sin que eso sea un insulto - en la carrera presidencial, y que ese factor movilizaba positivamente a una parte del electorado.

Pues sí, querida Geraldine, es una afirmación tan cierta y tan obvia, que por su certeza y por su obviedad te has quedado compuesta y sin cargo. Y eso que era honorífico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo eso demuestra la hipocresía de la sociedad de Estados Unidos pero aún así tengo envidia del sistema electoral y democrático de ese país, no me gusta el sistema de proteccion social que tienen pero su modelo democratico es envidiable.

Sldos. Jordi.