lunes, 11 de febrero de 2008

Fines de semana, coches, leones, vampiros y darwinismo social (que trata sobre la teoría de la evolución aplicada al factor personal, entre otros)

Hablo hoy de memoria, o sea que tal vez omita datos o me equivoque en algunos.

Más o menos hasta finales del siglo XIX y principios del XX, el mundo era "fabuloso". Los pensadores se permitían los lujos de pararse a pensar sobre la pureza de las cosas, de las ideas, de la realidad... Sin embargo, llegaron los denominados maestros de la sospecha (Nietzsche, Marx, Freud o incluso Darwin...) que revolucionaron la concepción que antes se tenía de la realidad y, más que enseñarnos algo en lo que pensar a través de dogmas o axiomas, intentaron mostrarnos que todo era criticable desde cierto punto de vista. Todo era susceptible de ponerse en tela de juicio y nada era verdad a priori.

De todos ellos, hoy me apetece más Darwin porque, aunque a menudo no se le incluya dentro de la clasificación de maestro de la sospecha, pocos filósofos han tenido un alcance tan vasto entre público especializado y general por igual. ¿Quién no conoce la teoría de la evolución de Darwin? A partir de él, el mundo dejó de ser un lugar estable y bonito y pasó a ser un lugar despiadado, en el que solamente sobrevivía la especie más fuerte. La naturaleza iba sabiamente eliminando aquello que era más débil comparativamente, incluso entre miembros de una misma especie, para que el remanente fuera alguien más fuerte, más resistente... mejor.

Darwin no tardó en observar cómo el león que hacía suya una manada, aniquilaba los cachorros que no eran suyos para que no compitieran con los futuros hijos de las ahora sus hembras, pero nunca entendió como algunas especies de vampiros - que necesitaban comer la mitad de su peso en sangre y si no comían dos días seguidos morían - eran capaces de regurgitar parte de su propia comida para compartirla con sus congéneres menos afortunados incluso sin esperar que, de darse la situación inversa, también ellos compartieran el botín. Este acto ha recibido muchos nombres a lo largo de la historia.

Sus teorías aplicadas a la antropología tuvieron más éxito, sin embargo, que cuando se llevaron a campos menos científicos. El darwinismo social, aquel en el que las ideas más fuertes perduran sobre aquellas más flojas, se vio claramente superado cuando se demostró que algunas especies - como el ser humano, por ejemplo - son capaces de tomar decisiones que van en contra de sus propios intereses. El hombre es, muchas veces, un animal incomprendido incluso por él mismo capaz de dar infinitos tumbos para acabar en el mismo lugar.

Este fin de semana he tenido tiempo para reflexionar en éstas y otras ideas, incluso hasta el punto de darme cuenta de que banalidades peliculeras o comentarios en un blog sí que son efectivamente el menor de mis problemas y que, independientemente de lo que pueda llegar a dar, siempre acabo siendo aquel animal incomprendido por los de mi misma especie para terminar, en lo que respecta a algunas cosas y tras muchos tumbos, exactamente en el mismo lugar.

Aunque falsada en montones de ocasiones, una muy real teoría del darwinismo (social o no) trata de echar a la cuneta mis ideas como si fueran del rival más débil, aprovechando cualquier pequeño resquicio en mi ego de león más fuerte de la manada, redundantemente egocéntrico, y retroalimentándolo a la menor ocasión. Sin embargo, tampoco el pequeño vampiro que anida en mi interior tiene mejor suerte y se realiza, quitándole el sentido a la comida en este caso también desinteresadamente regurgitada.

Y de este modo, león y vampiro (una suerte de grifo, pero más feo) esperan agazapados a la espera de un momento, de un lugar o de una situación en el que puedan dar sentido y excusa para una mejor existencia. Si cabe.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta sociedad en la que vivimos tan despiadada nos hace ser leones pero pienso que el leon mas fiero siempre tiene un pequeño vampiro en su interior.

Este tema que me ha "jodido" un poco porque me he dado cuenta de que cuando la empresa para la que trabajo era publica, los currantes eramos vampiros y desde que se privatizó ya somos leones la espera de hacernos con la manada.

Sldos. Jordi.

Anónimo dijo...

Sergi, se me olvidaba, porque "coches" en el titulo de la entrada de hoy?

Sldos. Jordi.

Motenai dijo...

Vaya, qué observador :-)

Anónimo dijo...

Es que estoy en uno de esos dias aburrido y lo estudio casi todo, jejeje.

Sldos. Jordi.

Motenai dijo...

Sí, está claro que no se te pasa ni una xD