miércoles, 26 de septiembre de 2007

Mi casa, teléfono (que trata sobre cómo se relacionan sin querer distintos conceptos desde la infancia hasta la madurez)

Hacía tiempo que no tenía una sensación semejante. Para aquellos que pasamos una moderada cantidad de noches fuera de casa - en mi caso unas 12 semanas de lunes a viernes al año - siempre es agradable pensar que después de tener que forzosamente abandonar tu hogar, al final vuelves. Y eso es siempre lo mejor de los viajes de trabajo: el momento del regreso.

Siempre he tenido un concepto de "casa" como si fuera una sancta sanctorum, un lugar en el que estás a cubierto de todos los males del exterior. Puede derrumbarse el mundo ahí afuera, pero nada te puede pasar porque ya estas en casa. Recuerdo de pequeño cuando en las noches de verano que pasábamos en el camping empezaba a caer una de aquellas tormentas clásicas estivales y lo bien que te sentías al sentirte resguardado dentro de la caravana, o incluso cuando tenías 18 años y estabas con tu chica dentro del coche. Estabas en "casa". Nada te podía ocurrir. Eras invulnerable.

El binomio casa - seguridad se remonta por lo menos a mis primeros años de vida, donde es una frase habitual de los padres el prohibirte una cosa peligrosa y ofreciéndote a cambio el cobijo: "no vayas a la carretera, entra en casa". Pero es que incluso en el colegio, cuando el fútbol dejaba paso a escondites, "xarrancas", cromos y canicas, uno de los habituales juegos con los que se disfrutaba era el pilla - pilla o el tu-la-llevas, como también se le conocía. En ambos casos, un perseguidor empezaba la carrera en pos de conseguir alcanzar a los perseguidos, los cuales debían huir a toda costa; todo valía, a excepción de un lugar en el que, a pesar de ser alcanzados, no se les consideraba capturados: ese lugar se conocía como "casa!"

"Casa" es el premio por el duro día de trabajo, por correr más que tu perseguidor o el comodín que usas cuando el mundo te ataca y necesitas un respiro. Cuando esa "casa" la compartes además con alguien, es el paradigma de la vida. Porque, bajo mi humilde punto de vista, una "casa" está más completa cuando no estás solo en ella. De hecho, creo que una buena demostración de que una relación está acabada es cuando pierdes ese concepto de hogar y haces todo lo posible por llegar lo más tarde posible allí. Si ni tu caparazón ni su inquilino son motivo suficiente para volver, algo falla. Obviamente no digo que SIEMPRE tenga que ser así, pero "casa!" y ese alguien deberían siempre sumar y no restar.

Hoy, por primera vez en mucho tiempo, nadie me espera en mi regreso. Está bien, OK, no es una lamentación por mucho que pueda parecerlo; en realidad, no es una sensación realmente nueva. Lo que de verdad sí me aterra es que, empezando por mañana y tras muchos años sin ser así, pueda perder la sensación de tener una sancta sanctorum en la que cobijarme de la lluvia, y me da la impresión que me tocará correr un poco más mientras huyo de esos perseguidores que todos tenemos.

Por eso no comprendo por qué mucha gente no entiende la prisa que tengo por acabar la ampli ni lo importante que es para mí. Desde allí puedo repostar, rearmarme y, una vez reconstruida la base sobre la que poner mis pies en el suelo, empezar a poder proyectar sobre la realidad los sueños que - por ahora - solo han podido vagar por mi mente durante tantos años. Necesito una nueva "casa". Y ya.

6 comentarios:

Gemma dijo...

Me encanta este post. Es tan cierto como emotivo.

El concepto de casa transgrede las paredes del lugar que habitas. Así, estar con tus amigos, es estar en casa.

Así que mañana vente a casa, que te haré una fideuá ;-)

Vander dijo...

Joer, se me ha adelantado miss nutella... -_- ¿por qué me levanto tan tarde de la cama? xD

Bueno, a lo que iba, que por fin entiendo lo que quieres decir en una entrada tuya (xD) y además es una verdad universal, por mucho que algunos jamás lo hayamos visto o pensado tan extensamente (sic)

Cris dijo...

Bienvenido a la república independiente de tu casa! Molta sort i ànims! :)

Anónimo dijo...

OOHHH Touché! dicho esto...todo lo demás puede esperar...;-)

Anónimo dijo...

En palabras de un viejo amigo mio:

"Donde guardo mis calzoncillos, alli esta mi hogar".

Motenai dijo...

Yo no tengo calzoncillos xD