martes, 27 de mayo de 2008

Un día sin sol (que trata de mi partida y llegada a Alemania en vistas de la DRUPA - DRUPA -2)

Acabo de llegar a Alemania. 13 horas y 35 minutos después de salir, en coche - of course, y tras atravesar casi 5 países. Casi porque he salido de España, he pasado por Francia, he atravesado Luxemburgo, he rozado Bélgica y finalmente he llegado a Düsseldorf, la ciudad más cosmopolita a este lado del Rín-tin-tin. La nota más curiosa de hoy es que no he visto el sol en todo el día. Lluvia por doquier.

Al salir a las 7 de la mañana ha empezado a lloviznar. Conste que a las 7:05 tenía unas ganas locas de volver (Gemma, tú que acabas de hablar conmigo por teléfono sabes de lo que te estoy hablando: el efecto Roger Federer). Unos 30 kilómetros antes de Girona ya llovía a raudales, lo que hace muy complicado el conducir. Pues así durante 400 km más, hasta que no podía aguantar la tensión (se fue el coche una vez ligeramente por culpa del aquaplanning) y me paré en una gasolinera. Obviamente, paró de llover. Es curioso porque cuando más llovía, ya en Francia (porque en Francia TODO es más tocapelotas, incluso la lluvia) me ha adelantado un coche con matrícula española y con las letras "DRY" (seco, en inglés), para cachondearse de mí.

En Francia todo es soso, hasta las vacas. No son de ningún color especial: ni blancas, ni marrones, ni con manchas... son como descoloridas. Deben dar leche por aburrimiento. Además, los franceses no saben hablar. Después nos quejamos de los andaluces que dicen "un ojo y dos aojo'", pero los franceses no saben pronunciar ni tan siquiera la más tonta de sus palabras. Se nota que son hijoputas incluso en la lengua, porque te ponen un montón de letras para despistarte: "Travaux", que se debe pronunciar "travó", claro, junto con esas palabrejas que te obligan a poner la boca de forma a priori contraria a la naturaleza humana: boulangerie --- bulangeggggggggguí. Nada nada, la Frgans, tsegó puá. Nominados.

Cuando estaba en Luxemburgo, he adelantado a un Ferrari 355 GTS. 20 segundos después me ha adelantado un 575M. Curioso. Luxemburgo es pequeño y en la frontera no ha nadie para entrar. Eso sí, para salir hay una cola que te cagas. Supongo que como es tan pequeño no querrán que se vaya la gente; deben ser muy pocos porque en la gasolinera le he preguntado su número de carné al que atendía y me ha contestado que el 34... Justo al entrar hay un cartel que te lleva al cementerio militar; no tenía ni idea que tuvieran ejército, pensaba que no había espacio para ambas cosas. Igual no la hay: o tienes ejército o tienes cementerio militar. Depende del número de integrantes del ejército, claro.

En Alemania he entrado bastante corto de gasolina y he tenido que utilizar el viejo truco que leí a Vettel de ponerme a rebufo de un camión durante 20 minutos para poder llegar a una estación de servicio. Además me estaba meando y si adelantaba no llegaba a la gasolinera, me decía el ordenador de abordo. Qué dilema. También podría haber meado en el depósito, claro.

En fin, que ya estoy aquí, en casa de los señores Conejo. Hace un tiempo de mierda, no he conseguido hackear la wifi del vecino y aquí no hay 3G, con lo que voy a la velocidad de la ponzoña. A ver si ahora le doy al click y dentro de 45 minutos ya se ha publicado la entrada. Voy a ver si termino un maravilloso libro de Ulrich Beck, que me causa fuerte ensoñación pero que tengo que terminar. Es lo que hay. Menuda primera semana que me espera, DRUPA y PACs que entregar. En Fin.

Nada más que añadir - básicamente porque no tengo tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En coche a Alemania? eso es pasion por conducir.

Mear en el deposito, eso es reciclaje.

Sldos. Jordi.