martes, 18 de marzo de 2008

Último hombre en el universo (que trata sobre una sensación extraña que llevo varios días madurando)

Esta mañana íbamos a una TC al ICO, para descartar que lo que últimamente padece mi padre fueran otra cosa que no los síntomas propios de varias sesiones de oxiplatino. Salió limpio, de momento, aunque no por ello significa que vaya a estar mejor. Simplemente es una cuestión de tranquilidad.

Esta mañana, sin embargo, lo que me ha despertado no ha sido la alarma. Ha sido un dolor intenso, pero no agudo ni punzante, sino constante en mi zona abdominal derecha. Fue como si tuviera apendicitis. Estuve durante una hora probando distintas posturas para ver si se calmaba, me levanté y fue todavía peor. El dolor era fuerte, lo suficientemente como para estar preocupado y además sin causa aparente - no era un traumatismo ni estaba en una zona antes reconocible por mí - lo que me llevó a pensar que debería ir al hospital. Y con esto, para el que me conozca, sabe que me tenía que doler.

Incluso me mareé, tuve arcadas durante unos 10 minutos pero como ayer no tenía ganas de cenar, afortunadamente no había nada que echar. No me podía sacar de la cabeza el pensamiento de que ahora, precisamente ahora, no puedo ponerme enfermo. Hay demasiado que, desgraciadamente, depende de mí. Mi padre no se encuentra bien; como ya expliqué en su momento, mi madre tampoco es un delirio de facultades... y mi familia termina ahí. No puedo, literalmente, estar mal.

Con ese pensamiento, me senté y junté los brazos uniendo las palmas de las manos, como antaño cuando meditaba a diario.

Parece de cine pero el dolor fue pasando poco a poco... de dolor intenso a dolor moderado, de dolor moderado a dolor leve, de dolor leve a simple molestia. Cuando alcanzó ese estatus, me levanté y me vestí. Había llegado el momento de recoger a mis padres e irnos al hospital.

Puede que mi cuerpo sea vulnerable pero, por el momento, mi mente aguantará un poco más.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Algunos expertos dicen que todo reside en nuestro cerebro, supongo que tienen razon en parte.

Espero que mejores y que no aflojes porque estar fuerte es importante para ti y para los que te rodean.

Si necesitas algo ya sabes que estamos por aqui para ayudarte.

Sldos. Jordi.

Anónimo dijo...

Tu familia biológica termina ahí, pero luego, para lo que sea, estamos yo y los míos. Ya lo sabes.

Mònica

Motenai dijo...

Y qué bueno que sea así, la verdad. Aunque ya sabes que me siento una carga para tus aspiraciones, y eso me da una rabia que no puedo disimular.

Pero Gracias, ya lo sabes.

Anabel dijo...

Sergi, estás soportando mucha presión, a veces el cuerpo dice "basta!"...no está de más ir al médico cuando nos encontramos así...aunque sólo sea para descartar!

ánimo