miércoles, 7 de noviembre de 2007

Malvado, aunque sólo a veces (que trata sobre cómo la manipulación, en ocasiones, puede ser... extraña)

Lo primero es lo primero. EST y basta. MUY EST, con técnicas milenarias que por lo visto son capaces de traspasar pueblos y paredes y que hacen que dos personas completamente distintas se asemejen en ciertos aspectos. ¡Quién lo diría!

El otro día pedí que se adivinaran estas siglas - y además con razonamiento a ser posible - y nadie fue capaz de averiguarlo. El bote está a 100 euros, y yo siempre cumplo mis apuestas.

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Como nunca fuí muy listo ni tuve una grandísima inteligencia práctica, tuve siempre que imaginar sistemas con los cuales poder salirme con la mía. Todo el mundo lo hace, yo también. La mentira es un recurso fácil que no me gusta, así que siempre evito tener que usarla incluso cuando al hacerlo ello me coloque en una situación desfavorable para mis intereses. Y también procuro cumplir con lo que digo en la medida que me es posible, porque retractarme me da una grima terrible.

Al no poder utilizar las técnicas más elementales, he tenido que recurrir a otras artes para flexibilizar el mundo a mi alrededor; tergiversar ligeramente me gusta, aunque no es el santo al que presto mayor devoción. Pero cuando uno está entonado, entra en feeling con la Fuerza (xD), los hilos no tangibles de la realidad se vuelven más densos hasta llegar a un punto en el que parece que puedas moldearlos con los dedos. Un poquito solamente. No mucho, de verdad. Pero cual prestidigitador, manipular conceptos, pensamientos y líneas de actuación se convierten en un malabar básico que se ejecuta de forma muy fluida. Ta-taaa-pum-pum. Malabar con tres pelotas.

Es algo que todos hemos experimentado alguna vez; Hannibal Smith decía que "me encanta que los planes salgan bien" (I love it when all plans come together), y quién más y quién menos - especialmente las mujeres - han jugado a ser Celestina con algún amigo o amiga, buscando cosas donde inicialmente no lashabía. Y tras verlos enrollados en alguna discoteca o saliendo, seguro que un escalofrío de gusto recorre sus espaldas.

A veces tienes esta sensación. Yo la tengo hoy. Y no, no he liado a nadie con nadie ni no, tampoco tiene que ver con M (nota mental: por mucho que parezca lo contrario, yo soy el más fácil de manipular. La diferencia es que me doy cuenta... y a veces me dejo y todo :-) )

2 comentarios:

Anónimo dijo...

quizas modificar levemente la realidad lo hacemos todos o posiblemente interpretar las cosas de otro punto de vista, no creo que sea malo pero puede llevar a equivocos.
Yo pienso que la mente deforma lo real para que muchas cosas nos sean mas gratas.
Bueno, no lo se, estoy confundido con este tema.

Sldos. Jordi.

Motenai dijo...

Es un mecanismo de defensa. Todos lo utilizan, pocos lo admiten ;-)