martes, 27 de noviembre de 2007

Humor y cosas (que trata sobre el sentido del humor y las formas de hacer de mi padre)

Mi padre tiene un sentido del humor que es prácticamente el mismo que he heredado yo. A veces sutil, muchas veces banal y en ocasiones muy inglés. Pero en muy pocas veces grueso. A mi me encanta su forma de entender el chiste y que sea capaz de reirse igual con las tonterías de Mars Attacks, la Pantera Rosa o Agárralo como puedas.

Personalmente adoro el humor absurdo y aunque me descojono con los clásicos que gustan a todo el mundo, mi situación tipo es la de aquella película en la que el policía está registrando todos los armarios y cajones de un despacho sin éxito hasta que al final del todo exclama "Bingo!"... y saca un cartón de bingo. Espectacular.

Ayer, como apuntaba al final de la última entrada, recibí un mail - atención - con el siguiente asunto: "Compra del día" y la frase en la que la lista que estaba a continuación (3 columnas de Word perfectamente detalladas con producto, unidades y comentario) era la lista de la compra que debía proceder a efectuar. Al acabar este mail, el preceptivo "un saludo" y la firma: Josep Blanch. No me hubiese extrañado nada que hubiera empezado con un "Apreciado hijo, me digno turbar la paz de tus quehaceres laborales para...". De estas me ha hecho unas cuantas. Antes, para demostrar que sabía enviar SMS, me enviaba uno que ponía "Hola". Y listos.

Tiene un humor extraño, en ocasiones. Hace poesías sobre la marcha pero solo las revela en ocasiones - ya que, según dice, es de la "poesía secreta" - y siempre contienen versiones con las mismas rimas: amor - calor - color - furor / fin - rintintín - jolín / lastre - desastre, etc. Es la clásica persona que no sabe estar enfadado, no le sale. Le dura poco, porque siempre tiene la broma en la boca y eso no debería salirle a alguien que está cabreado.

La primera vez que ganó un premio en metálico corriendo (30 euros y ha sido la única vez en la vida, creo) me dijo que evidentemente ya podía dedicarse a esto profesionalmente y que, con 70 años, era un atleta con proyección de futuro. Que se iba a poner en el mercado para que lo ficharan.

Quiero dejar esta entrada abierta para ir actualizando a medida que se me ocurran. Tengo miles.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Con esa clase de ocurrencias no podríamos haberle puesto otro apodo que el que efectivamente le adjudicamos ya hace algún tiempo :-)

Anónimo dijo...

Por cierto, qué hay de mi libretita?

Anónimo dijo...

Esa manera de tomarse la vida demuestra que es un hombre inteligente.

Sldos. Jordi.

Motenai dijo...

Como de grande tiene que ser? O como de pequeña tiene que ser?

Y sí, se merece ese apodo, pero yo soy su hijo xD