jueves, 28 de agosto de 2008

Dolor, S.A. (que trata sobre sentimientos desubicados, brevemente)

Es complicado. Es difícil de describir. En ocasiones, acostumbrado como estás a la forma de ser de alguien, hay situaciones y reacciones que te chocan. Te entristecen, tocan.

Hoy, una parte de mí, está triste por otra parte de mí.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Pistolas y Rosas (que trata sobre uno de mis grandes grupos de la adolescencia)

Una noticia de última hora: un blogger de 27 años ha sido detenido por haber publicado material inédito de la banda californiana Guns n' Roses en una página web. En concreto, más de una decena de temas de un futuro próximo álbum le han llevado a comparecer ante un juez de Los Angeles.

Me ha hecho ilusión volver a leer el nombre de Guns n' Roses, la verdad. Con 13 años descubrí y me hice fan del grupo junto a Josep María, Sergio López y Toni B y compañía. Creo que fue el primero del que me sabía todas las canciones de los cuatro álbumes que había hasta la época (AfD, Lies y el doble LP use your Illusion). Lo que viene después ya no era interesante. Aún hoy me encuentro tarareando de vez en cuando algunas de las más conocidas junto con algunas menos famosas.

Curiosa esta denuncia en California, estado que vivió el caso "napster" propiciado precisamente a raíz de mi grupo de todos los tiempos: Metallica.

martes, 26 de agosto de 2008

The road ahead (que trata sobre una breve reflexión sobre la vuelta a la infancia)

Hay situaciones que te hacen sentir como cuando eras un chaval. Hoy he vivido una de esas situaciones por parte de mis padres, cuando de algún modo me he sentido aleccionado a la vieja usanza. Claro, ya no tengo 15 años.

Sin embargo, en pos de mantener el espíritu autocrítico que prometí mostrar hace un par de entradas (parecía estar hecha aposta) he conseguido separar el grano de la paja y no querer salir victorioso de la conversación amparándome en defectos de forma (que podría haberlo hecho).

Igual, poco a poco, es que maduro.

lunes, 25 de agosto de 2008

Curiosidad olímpica (que trata sobre el porqué de algunos deportes, brevemente)

Una vez terminadas las olimpiadas, de las que no he visto prácticamente nada y una vez que España - ese país de titanes - ha finalizado en decimocuarta posición en el medallero (por detrás de la pontentísima Jamaica), me ha surgido una duda al leer en el periódico que no hemos sido capaces de conseguir ni un solo metal en atletismo. Es decir, que todo lo que engloba eso de correr, saltar cosas y lanzar objetos... nada de nada.

Sinceramente, y digo esto ante el mayor de los desconocimientos y de los respetos, hay deportes que no los acabo de entender. Comprendo la prueba de los 100 metros lisos o la de la maratón, en tanto que suponen el hombre más rápido en corta y larga distancia. Entiendo hasta el salto de longitud y el de altura, entendidos éstos como umbrales de la capacidad humana. Pero, por favor, que alguien me explique el lanzamiento de peso / disco / martillo / jabalina. Que exista uno, para probar lo lejos que somos capaces de lanzar un pedrusco, pase. Pero... tres pruebas? ¿Y el triple salto? ¿Y el salto con pértiga?

También hay disciplinas de la gimnasia que no acabo de comprender: el potro. Las anillas. Que sí, que alucinas con lo fuertes que están los pavos (nota mental: ¿por qué no hay mujeres en potro y anillas?) pero exactamente... ¿para qué sirve? Natación: entiendo que mole saber quien nada más rápido de allá a acá. Ok. Pero... el que nada más rápido... de espalda? ¿mariposa? ¿estilos? Me resulta incomprensible.

Supongo que para un especialista en anillas, el tenis o el baloncesto le representarán la misma estupefacción que a mí me suponen las otras disciplinas. Insisto, no desearía desprestigiar unas a favor de las otras, es que simplemente me resulta extraño que alguien de pequeño quiera dedicarse al potro o a lanzar el martillo. Imagino que me falta conocer a alguien que lo haga, que esa es otra. ¿Algún lanzador de peso en la sala?

viernes, 22 de agosto de 2008

La complacencia por la soledad (que trata sobre el principio autocrítico sobre cosas no evidentes)

Hay básicamente dos tipologías de falta de autocrítica, una peor que la otra: la primera, ante las cosas propias que atañen a la personalidad de cada uno. La otra, respecto a aquellos hechos demostrables empíricamente. Casi siempre, si uno no es capaz de reconocer los errores incluso ante la evidencia más contrastada, generalmente tampoco lo hace con aquellos signos personales indemostrables científicamente. Creo conocer gente de ambos tipos.

Generalmente la falta de principio autocrítico puede deberse no tanto a la incapacidad de objetivar la propia persona y verse como un tercero sino al hecho que generalmente esta opinión - la del tercero - o bien no se obtiene o bien cuando se obtiene, llega con muy poco peso. Los que, por H o por B, hemos pasado mucho tiempo solos (entiéndase aquí también en sentido figurado) tendemos a ser menos autocríticos. Eso es porque no se suelen rebatir nuestros pensamientos y, a falta de posiciones contradictorias, solemos hacernos bastante caso. La opinión da paso rápidamente a la creencia y la creencia al dogma. Solemos ser muy condescendientes con nuestro propia forma de entender las cosas.

En mi caso no creo que trate de imponer el dogma a los demás porque si hay algo que verdaderamente me gusta es discutir, con lo que siempre saco algo positivo de una conversación - hasta de los ataques - para poder utilizarlo después. Recuerdo que hace bastante tiempo inteligentemente (puesto así no por hacerlo de forma inteligente, sino por lo útil de la estrategia) solía utilizar las técnicas griegas de intentar defender a muerte la posición opuesta a nuestro criterio para fundamentar mejor la propia. Ganas algo de agilidad discursiva, la verdad, porque puedes anticipar la respuesta de tu oponente.

Pero la realidad es que, de nuevo, en determinadas ocasiones me encuentro dando demasiadas respuestas. Es una espiral a la que no se le pone fin - y si lo tiene, tarda mucho en encontrarse - y eso no es nada bueno. Tal vez sí que sería bueno no ir siempre tan allá y plantarse un par de respuestas antes para profundizar en el mensaje del interlocutor, antes de buscar otro camino subyacente. Eso es algo que tengo que mejorar.

De todos modos, mi propia moralidad está constituida a base de la condescendencia, a base de una amplísima permisividad en la conducta, con lo que supone un terrible ejercicio a nivel de esfuerzo para mí. No es un problema de no saber escuchar (a otros), es un problema de saber el momento justo para hacerlo, separando el grano de la paja. Porque de paja hay mucha, no nos vamos a engañar.

Y, por supuesto, no escudarse en el "que le dirá la sartén al cazo". Hay buenos y sabios consejos acerca de uno mismo que provienen de gente que te señala como defecto tuyo uno propio que ellos no reconocen. Que la falta de autocrítica de los demás no sirva como excusa para justificar la de uno mismo. Sobrellevar este punto también va a costarme lo mío.

jueves, 21 de agosto de 2008

La pesadilla de Ícaro y el punto de no retorno (que trata sobre el accidente del avión de Spanair en la T4 de Barajas)

Hoy tenía pensado escribir sobre otra cosa, importante para mis intereses y que trata acerca de mi escasa capacidad autocrítica, motivada seguramente por haber pasado demasiado tiempo solo. Es algo a lo que le tengo que dar algunas vueltas y que seguramente traerá consecuencias. Pero eso será otro día.

Ayer saltaba la noticia - me llamaba mi padre al respecto - sobre el accidente sufrido por el avión de Spanair en la pista de la T4 de Barajas. Naturalmente la cifra de muertos fue creciendo a lo largo de las horas hasta estabilizarse en 153 fallecidos y 19 heridos de distinta consideración, la mayoría de pronóstico muy grave, grave o reservado. La más leve tiene una fractura abierta de una pierna. Por lo visto, el reactor izquierdo de la aeronave prendió en llamas al despegar tras explosionar, precipitando de nuevo el aparato al suelo. En teoría, cuando el avión ya ha iniciado el despegue, con la fuerza de un solo motor es capaz de despegar igualmente y permitir un aterrizaje de emergencia; eso significa que la explosión tuvo que ser lo suficientemente fuerte como para descompensar el avión y / o averiar los sistemas de control y de seguridad que evitaron poder controlarlo de nuevo para volver al aeropuerto.

Aparte de la pena y lástima que todo ser humano pueda sentir eventualmente por las víctimas y que se muestran en todos los comentarios de las noticias en los periódicos (una pena y lástima un pelín mediatizadas, pocas veces la sentimos por los accidentes de tráfico que cada fin de semana salen en las noticias) hay un tema subyacente: la fragilidad del hombre volando. Me explico.

El ser humano es una especie arrasadora, devoradora insaciable y envidiosa. Y, además, muy capaz. Observa a los peces y dice: ¡yo también quiero! Y para surcar los mares fabrica barcos, batiscafos y submarinos para ir por debajo de las aguas y se hace submarinista, con todo lo antinatural que eso resulta para el cuerpo (que cualquier submarinista os cuente lo que es la descompresión o la narcosis de nitrógeno). Después, observa las aves y dice: ¡yo también quiero! Y para volar por los cielos fabrica aviones, helicópteros, planeadores y ala deltas y se lanza en paracaídas. Con todo lo antinatural que resulta eso para nuestro cuerpo, claramente.

El hecho de que estadísticamente el avión sea el transporte más seguro se debe a la misma consciencia que tiene el hombre de estar invadiendo un medio, el aire, que no le es propio. Cada uno de los componentes que lo integran obedece a cientos o miles de horas de estudio. Desde los mismos materiales con los que se fabrica un avión hasta la aviónica, el conjunto de elementos electrónicos que hacen posible la navegación del aparato. Y todo por duplicado o triplicado, por si acaso. Y aún así, cuando hay un accidente, siempre es a gran escala. Eso sí, democrático: da igual que vayas en primera clase o en turista. Mueres igual.

Al final de estos días, tras el análisis por parte de los técnicos de las llamadas "cajas negras" y de un montón de suposiciones previas, se encontrará una razón, causa o motivo por el que el accidente se produjo. Seguramente las acciones de Spanair bajarán en picado y se recordará este día como una jornada negra en Barajas y para la aviación en general. Pero, desde otro punto de vista menos pragmático y quizá algo poético, no debería tomarse como un fracaso.

Al contrario: no deja de ser un memorando - macabro - a la raza humana de la vieja fábula mitológica de Ícaro, hijo del famoso arquitecto Dédalo, que al querer imitar a los pájaros y deslumbrado por la belleza del firmamento, acabó muriendo en el mar al derretirse sus alas. Evidentemente que el hombre puede y debe seguir surcando los horizontes, pues tanto el avión ayer al despegar como la humanidad en este momento evolutivo con respecto a la aviación han alcanzado ya el llamado "punto de no retorno", pero no debe sorprendernos que muy de vez en cuando se nos recuerde nuestra propia fragilidad. Aquí en la tierra como en los cielos.

miércoles, 20 de agosto de 2008

El coste de la belleza (que trata sobre modificaciones temporales o permanentes en el cuerpo de uno para "mejorarlo")

Ayer sucedieron dos cosas que me llamaron la atención a colación de lo que la entrada hoy refiere. En primer lugar, una llamada de una amiga mía preguntándome sobre algo que sinceramente no acabé de entender muy bien por dos razones: a) porque era la primera vez que lo escuchaba como tal y b) por de dónde venían las referencias. Como prefieron no citar nombres, diré solamente el pecado: una alargamiento de pestañas. Aún ahora, cuando me leo, alucino.

En primer lugar, esto es una putada. Porque si una tía te pregunta acerca de cambiar una parte de su cuerpo, pues que te pregunte por sus pechos, coño, y así por lo menos te los enseña. Antes y después. las pestañas no tienen gracia ninguna, se observan a simple vista y no tienen morbo ninguno.

En segundo lugar, porque con todos los productos de cosmética que veo anunciados en televisión de esas marcas que necesariamente acaban sus anuncios con "paguí" (Loreal, paguí. Lancome, paguí. Vichy, paguí. Etc.) y que prometen incrementos del 1247835% en tu volumen y longitud de las pestañas, se hiciese imprescindible algo extra.

En tercer lugar, e importante también, que esta es una pregunta que se hace a un amigo... gay. Yo, lo que se dice gay, poco. Hay agujeros en mi cuerpo que son "exit only" y por mucho tiempo.

Cuando era pequeño estaba en contra de cirugías y demás. Lo encontraba algo así como hacer trampa. Hoy en día... oye, la gente que se haga lo que se quiera, me da igual. He visto rinoplastias, mamoplastias, reducciones de pecho, liposucciones, retoques en los labios y pómulos... si queda bien, adelante. Que sí, coñe, que no pasa nada. Si te sirve para eliminarte un complejo, tira millas.

Ahora bien, siempre corres el riesgo de que te pase lo que les pasó a esas más de 90 mujeres, desfiguradas por el médico francés autodenominado "mejor en cirugía estética del mundo" que acaba de ser apresado por los mossos después de haber huído de Francia. Y es que hay veces que es peor el remedio que la enfermedad.

martes, 19 de agosto de 2008

Oda a Meri (que trata sobre la prometida oda pendiente)

Todas mis odas anteriores (Cris, Gemma, Mònica) están hechas a personas que vienen de los tiempos antiguos. Hace más de la mitad de mi vida que conozco a esas personas y siguen siendo mis amigas. Estarán más lejos o estarán más cerca, pero todas siguen ahí y vivieron mi paso de la infancia a la adolescencia y de ahí a la "madurez" (sic). Llevan conmigo el tiempo suficiente como para merecer oda.

Pero sin lugar a dudas, con la mujer con la que he pasado más tiempo en los últimos 10 años (por lo menos se necesitan 10 para que se dedique una entrada de este tipo, qué menos) ha sido Meri. Todavía recuerdo perfectamente el primer día que nos vimos, en la oficina, cuando llegó para el "casting". Era una niña. Y yo, probablemente, un crío. Prácticamente hemos crecido juntos.

El hecho de que conectáramos enseguida es síntoma de que siempre hubo algo afín entre nosotros, por mucho que somos dos personas completamente distintas. Hemos desarrollado una relación casi exclusivamente entre estas cuatro paredes, es cierto, pero nadie dudaría que se ha reído, se ha llorado y se ha hablado mucho más allá de los lindes de la profesionalidad.

Existen muy pocas personas con las que yo, hoy y sobre el papel, creo que podría vivir. Evidentemente que cada uno tiene sus cosas y que en todas partes cuecen habas, pero Meri tiene una cantidad de atributos indispensables para hacer felices a la mayoría de los hombres. Eminentemente es muy mujer - muy femenina - en todos los sentidos, es muy vital, sencilla, con una enorme capacidad para reírse de sí misma (esto es tan terriblemente importante...) y, por qué negar una evidencia como la copa de un pino, está buena.

A lo largo de los años, ambos hemos ido progresando en nuestras historias particulares, yendo de aquí hacia allá. He visto como su família crecía junto a su novio / marido de toda la vida (no como otros xD), nos hemos peleado en... no sé... 2381095248756 ocasiones, nos hemos reconciliado en 2381095248756 ocasiones y si no fuera porque faltaban algunos detalles ciertamente importantes (xD), se podría decir que ha sido como una esposa para mí. Y cuando digo esto me refiero a casi siempre en el buen sentido de la palabra: un apoyo, un pilar, un Pepito Grillo, un observador interesado pero muchas veces objetivo... Claro que también a veces en sentido negativo, que a veces también he pensado que tenía todo lo malo y nada de lo bueno de tener pareja (durante muchos años una constante en mi vida, mira por donde...)

Pero la clave es que, con sus cosas buenas y con sus cosas malas, siempre ha estado ahí. Por supuesto con todo el respeto hacia su marido (kudos por casarse con ella, que nadie se me enfade por esta entrada porque está hecha con la mejor de las intenciones), conocerla ha hecho mejor mi vida, la vida es mejor simplemente porque ella existe y, para hacerlo sencillo, es una persona que vale la pena conocer. Si hay muchas vidas, por lo menos una yo querría pasarla con ella.

Por todo ello y porque hace dos semanas que fue su cumpleaños, se la felicita y se le dedica esta oda. Te quiero.

lunes, 18 de agosto de 2008

Los últimos serán los primeros (que trata sobre la magia de Turre, entre otras cosas)

Vuelta a la actualidad / normalidad bitacoril. Después de unos días de descanso de los ordenadores y mientras se descargan los más de 3700 (sic) mails en mi portátil, he decidido hacer la ronda para ver qué hay de nuevo por la blogosfera. Menos mal que Vander se ha puesto las pilas y por lo menos ha hecho mi primera mañana en la oficina después de las vacaciones un poco más amena.

La realidad es que necesitaba esta pausa. Y la realidad es que me ha venido muy bien, en todos los sentidos. Evidentemente he podido disfrutar del relax de las playas - calitas - desiertas y de unas siestas que no se las salta un galgo, pero es menester decir - y por mucho que pese se debe decir - que especialmente han sido VACACIONES por lo agradable de la compañía. No se puede negar que en algún momento me han preguntado si era musulmán y que si había llegado con mi harén particular, por lo que sobreentiendo que he sido envidiado a más no poder. Y lo que mola.

Básicamente me he divertido mucho, he aprendido mucho, he flipado mucho - es lo que tienen las penalistas, que explican unas historias que alucinas O_o - y vuelvo, a casa, renovado. Por fuera y por dentro.

Seguramente sea por la influencia del Indalo que tanto cacarea mi progenitor, pero difícilmente llegue a olvidar nunca estas vacaciones, las primeras en mucho tiempo. Han tardado en arribar pero, como muchas otras cosas en la vida, la espera ha merecido ampliamente la pena. Probablemente haya sido el último en llegar - contrariamente a la creencia popular, en esencia el último es siempre más importante - pero yo me siento como un medallista de oro. De oro puro. Como el de Nadal. Como el de Federer.

Es difícil ponderar las cosas en su justa medida sin la suficiente perspectiva pero, en mi opinión personal de hoy, creo que he empezado a vivir. Porque vivir es lo de ahora y sobrevivir era lo de ayer.

Por lo pronto, para hacer feliz a mi padre mientras canta a Antonio Machín (xD), diremos que será por la "magia de Turre".

martes, 5 de agosto de 2008

Una playa especial (que trata de una sensación poco habitual en la playa y lo que es necesario para subsistir en ella y un par de añadidos)

Después demi primerdía intensivo de playa hay dos cosas que no entiendo:

- Cómo es posible que haya tan poca gente aquí con lo bien que se llega a estar. Lo de la primera playa en la que hemos estado lo entiendo - no hay servicios tipo chiringuito o duchas, llegas en coche hasta la arena y la playa es de pedruscos. Pero lo de la segunda playa, espectacular en casi todo, es incomprensible. Buen rollo, porque elimina uno de los handicaps que a mi gusto tiene el mar: la aglomeración de gente.

- Lo segundo es lo siguiente: teniendo la familia de Anabel un hotel en Ibiza, ¿por qué no he sido invitado todavía a ir? Tampoco alcanzo a entenderlo. Tendré que presentarme allí por las buenas.

Estoy rojo. Me empiezo a poner gamba y, para celebrarlo, hemos ido a comer a un chiringuito (chiringuito es el diminutivo de chiringo, supongo) inglés, en el que no desentono. Para hacer más amenami estancia playil hemos comprado palas de tenis (xD), un par de churros y una colchoneta. Yo quería comprarme el cocodrilo o el tiburón-ballena peeeeero...

Hace calor, mucho calor.

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Por cierto, hoy hay dos personas que celebran cumpleaños, ambas muy importantes para mí. Estoy de vacaciones y ahora mismo me es imposible dedicar esa oda prometida pero mañana, si Dios quiere, se hará. Felicidades Meri. Felicidades Rosa. Os quiero.

lunes, 4 de agosto de 2008

La prueba del centro comercial y Turre (que trata sobre los pequeños detalles y el desplazamiento)

Hoy es lunes. Peeeeeero no estoy en la oficina - aunque ya he hablado con dos clientes - sino que estoy en Turre, Almería, probablemente el pueblo más feo de España (con el permiso de los ofendidísimos turreros, claro). Pero cuidado, que ahora ya es más bonito. Porque hemos llegado, claro está. Nunca me acostumbraré a entrar en el estanco y ver que todos los libros, sin embargo, están en inglés y no hay ninguno en castellano. Es lo que tiene, supongo. Y el calor, que acojona.

En otro orden de cosas, el sábado superé la prueba del centro comercial. Algunos que me conocen saben lo que significa eso; para otros sería tal vez una tontería, para mí es importante. La superé ampliamente, sería falsa modestia decir lo contrario, y eso implica muchas cosas. Y buenas.

En fin, que me he levantado a las 10:45 de la mañana, hemos ido a desayunar como reyes, hemos hecho un mini-tour por el pueblo (mi padre me ha asignado deberes aquí de saludar a X y a Y en una magnífica lista hecha con el Word) y ahora, que no sé ni la hora que es, no tengo nada que hacer.

Ole.

viernes, 1 de agosto de 2008

Vacaciones y Bécquer (que trata sobre una reflexión breve acerca de las vacaciones)

El otro día citaba a Calderón y hoy me permito el lujo de inspirarme en Gustavo, concretamente en una de sus más conocidas rimas. Que por cansina y repetida por millones de adolescentes no se convierte en menos bonita.

El caso es que hoy empiezo las vacaciones. Ahora bien, ¿qué se entiende por vacaciones?

- Si realmente es un período sin tener que ir a trabajar, tenemos períodos de esos todos los fines de semana. No, vacaciones no es eso.

- Si realmente es tomarnos unos días de descanso sin hacer nada, muchos tienen curros de esos - cof cof Vander - contínuamente. No, vacaciones no puede ser eso. Vacaciones no puede ser convertirse en Vander.

- Si vacaciones es viajar a un lugar distinto del habitual y pasar allí unas cuantas jornadas, mi estancia en la DRUPA durante dos semanas y media podría considerarse como tal. Y no, vacaciones no puede ser eso.

Lo más cercano a las vacaciones es similar al estar en "casa" o la poesía de Bécquer. Pero no es un complemento circunstancial de tiempo o de lugar o de modo. Es más un objeto directo. Vacaciones es algo mucho más personal... aunque de este modo tampoco es 100% correcto, porque entonces yo tengo ratos de vacaciones casi todos los días.

Pero si sumamos los anteriores factores a razón de porcentajes del 3 + 3 + 4 + 90 respectivamente, damos con la clave. Y a partir de ya, me voy de vacaciones.

Que me voy (pero escribiré).