viernes, 24 de octubre de 2008

Religiones a la carta (que trata sobre el Mediamarkt aplicado a la fe)

Como complemento a lo publicado estos dos días pasados, tengo una ocurrencia. Si yo quiero comprarme una tele de 42 pulgadas porque me interesa, suelo ir a aquel lugar en el que la oferta sea mejor. Muchas veces el precio, la garantía, las facilidades de pago, acceso al lugar, etc. Cuando quiero algo, busco lo que más me conviene. Es lo normal. Ahora bien: por qué no ocurre lo mismo con las religiones?

Me explico: hay mucha gente católica o musulmana, religiones que, para llevarlas bien, te exigen ciertos sacrificios. ¿Por qué tienen tantos adeptos? Es absurdo. Para ser buen cristiano te obligan a ir a misa, a rezar, a portarte de cierta manera... bueno, además la católica asusta porque si eres malo te envía al infierno, que nadie sabe cómo es pero todo el mundo asegura que es una porquería de lugar en la que te están dando por el culo para toda la eternidad. Y eso es mucho tiempo.

Visto que las religiones son actos de fe, cada uno debería poder escoger en la que quisiera. Y para eso debería haber una oferta más competente. De nada me sirven aquellas sectas en las que tienes que pagar una cantidad de dinero, o como los Testigos de Jehová que tienes que hacer deberes en casa, ir a predicar y asistir a la comunidad un par de veces por semana. Qué palo.

No, las religiones deberían cumplir su función moral - con matices - y además pelear por los fieles. Para ello se podrían establecer ofertas, bonuses, packs:

- Doble espacio en el cielo para los 1000 primeros fieles.
- 40 vírgenes A ESCOGER si eres uno de los 100000 primeros en morirte.
- Tarifa plana de pecados. Más de un número al mes, el resto no computan.
- Si te toca infierno, no tener que pasar toda la eternidad sino poder pasarla en cómodos plazos mensuales.
- Poder rezar en la dirección que te dé la gana, no necesariamente de cara a ninguna parte.
- Poder escoger el Dios y cambiarlo un número indeterminado de veces sin ofensa. Y que pueda ser hembra y escoger su aspecto (siempre es más fácil rezarle a Jessica Alba que a Carmen de Mairena)
- Poder establecer tu propio credo y tus mandamientos.
- Hacer una campaña de selección para las fieles femeninas. Esto puedo hacerlo personalmente.

No sé, se me ocurren un montón de cosas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estaría bien que nos llamaran teleoperadores ofertandonos packs de asitencia y de ventajas en el mas allá. Yo sin duda me quedaría posiblemente en el infierno donde la juerga es continua, el sexo desbordado y diversión segura, en el cielo tiene que ser todo muy aburrido todo el día tocando el arpa y escuchando musica celestial (todos mis respetos hacia los musicos que tocan el arpa y a los asiduos de la musica celestial).
En definitiva pienso que todavía ese negocio no está explotado a nivel de nuestras religiones más comunes aqui en nuestro pais.

Sldos. Jordi.

Anónimo dijo...

Perdona, pero si resulta casi imposible cambiar de compañía de telefonía móvil, ¿por qué iba a ser diferente con la religión?

Motenai dijo...

Claro, tiene sentido. Pero hasta en eso innovo. Múltiples facilidades!

Anónimo dijo...

Es que lo de la telefonica movil no tiene perdon de Dios, además son intocables.

Sldos. Jordi.