jueves, 10 de enero de 2008

Orgullosos de mierda (que trata sobre terroristas, por llamarles algo)

Recientemente es noticia la captura de algunos de los integrantes del comando etarra que atentó contra la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas. Y si lo cito aquí es porque se ha producido un hecho curioso, una anomalía, que solamente nos gustan a House y a mi.

La mayoría de las veces que se captura a un terrorista, lo sientan delante de un juez y le empiezan a llover preguntas. Delante de esa situación, generalmente el cobarde suele negar toda la realidad o repetir hasta la saciedad el contenido que guarda en su cerebro posteriormente a que se lo lavaran. Al final, con las pruebas obtenidas mayormente a través de los registros en domicilios y demás, se les acaban imputando los delitos de X, Y, Z.

Peeeeeeero, ah amigo, eso no ha ocurrido esta vez. Capturaron a los melones estos y a uno de ellos le faltó tiempo para decir que había sido él quién había actuado contra la terminal de Barajas. Psché, oye, no fuéramos a pensar que habría sido otro o que "el punto" se lo anotaran a otro terrorista. No, no, fuí YO. Que lo sepan todos, que soy el más molón, el que puso la bomba de la T-4. Y con una chulería que solamente a ellos les es propia junto con los viejos rancios de Chamberí.

Es inaudito como alguien puede estar orgulloso de semejante acto de cobardía y demuestra la fragilidad mental de una persona que necesita que le consideren autor de un atentado para sentirse reafirmado. Incluso la policía, viendo la rapidez con la que el personaje se colgaba las "medallas", dudó al principio... hasta que el tontopollas les empezó a dar detalles como la marca de la camiseta que llevaba o de dónde se sacó la muleta con la que fingieron una supuesta cojera para escapar.

Si se tuviera que hacer una película de esta gente, probablemente se titularía "La Rebelión de los Cobardes". Seguro que en su signo astral aparece una hiena.

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