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miércoles, 2 de mayo de 2007

No es un trabajo cualquiera (que trata sobre la entrevista de ayer en la Sexta)

Ayer, en un inesperado giro de los acontecimientos, vinieron dos chicos de la Sexta a hacerme una entrevista en motivo del día del trabajador. En realidad lo que buscaban era a gente que tuviera un trabajo que fuera la envidia de los demás, y encontraron por ejemplo a Conrad Son (director y actor de pelis porno), una tía que trabajaba con los delfines y a mi que, en teoría, trabajo de analista de videojuegos.

Lo cierto es que debían ir bastante desconcertados porque arreglaron la entrevista el mismo lunes por la noche y el 1 estaban en casa a las 10:30 de la mañana. A pesar de que dejé claro que no era mi principal trabajo, con que realmente fuera algo remunerado ya les valía; esto me vino debido a que Pep Sánchez, director de la revista MeriStation, les dio mi número.

Así que vinieron a casa, hicieron unas cuantas tomas generales, cuatro preguntas y... listos. Total, para 20 segundos en antena; y me dejaron bastante friki además.

Total, un concurso de verdades a medias y medias verdades que movilizó a Marta desde primera hora de la mañana para que la gente viese, en los escasos sitios en los que se ve la Sexta, que soy un friki y que se crean además que vivo de los videojuegos. Tiene cojones.

lunes, 2 de abril de 2007

Hoy me gané el pan (que trata sobre dos reflexiones sobre la vida en general)

Esta mañana, de camino al aeropuerto para coger un avión a Madrid, me ha vuelto a la mente una reflexión a la que hace tiempo le doy vueltas, y se ha visto complementada con otra.

Resulta que hablando con mi suegro de todo y nada en particular, de que yo viajaba y tal y de que estaba yo un poco cansado me dijo, y sin ninguna maldad por supuesto, que claro, que "había que ganarse el pan". Es cierto, pensé. Hay que ganarse el pan. Pero esta frase, y el hecho mismo de que la consideremos hoy por hoy como una verdad razonable e ineludible, esconde una terrible crueldad: el pan debe ganarse cada día porque al parecer, cuando amanece por la mañana, ya lo hemos perdido. Y entonces nos espera un duro día de lucha, en nuestros trabajos o en lo que sea que hacemos durante nuestra jornada laboral, en que conseguimos el derecho a "recuperar" ese pan y ganarlo. Porque en esta vida, el pan debe sudarse como si los humanos tuviéramos que ganarnos, con muchísimo más trabajo que el resto de animales del mundo (ningún otro animal trabaja 10 horas para comer, por ejemplo, a excepción de aquellos a los que EL HOMBRE hace trabajar 10 horas para que coman), el derecho a ese pan.

Hemos nacido para que durante la mayor porción de nuestras vidas la empleemos precisamente en eso y la primera cuarta parte de ella en prepararnos a poder ganar más y mejor pan.

Hoy se habla, casi siempre con sentido despectivo, del hombre del paleolítico, aquel pseudo-humano que andaba semi-agazapado, con garrote, vivía en una cueva y atizaba porrazos a la mujer que quería que le haría de recolectora de frutos y cuidaría de la prole mientras él iba de caza. Ese hombre involucionado, desactualizado, primitivo.

Pero en realidad hoy salimos a ganarnos el pan para podernos permitir tener una cueva más grande, andamos no ya semi-agazapados sino agazapados del todo por el peso de mil cargas distintas (trabajo, hipoteca, etc. etc.), y en algunos casos seguimos utilizando ese pan para comprar un garrote que impresione a esas hembras para que vengan con nosotros a cuidar de una prole que no vamos a tener gracias a esos maravillosos muros de goma durísimos que hoy ponemos ante nuestro aparato reproductor y que además nos evitan coger estas enfermedades next-gen.

Tanto no hemos cambiado.

Pero hoy me he ganado el pan, he ido a Madrid y me han firmado el pedido de, atención al dato, una "máquina hendedora, encoladora y plegadora para la confección de cubiertas con solapas, dípticos, trípticos y similares, marca Petratto y modelo Cordoba". Eso sí, nueva y de fabricación italiana. Y con bolsa de ventana incluída, ahí es nada. Me he ganado el pan con eso.

Una hendedora marca Petratto, modelo Cordoba

¿Soy el único al que le parece hasta irrisorio el nivel de sofisticación tan absurdo al que ha llegado nuestra sociedad? Una sociedad en la que, para ganarme ese pan, tengo que vender toneladas y toneladas de ese alambre que se usa para la hacer la grapa de esa couché de cotilleos tipo Pronto, Lecturas, Semana o Qué me dices y que tantas satisfacciones les da a ellas... o tal vez con las que se grapan los cientos de miles de revistas porno que tantas satisfacciones y momentos de exploración y conocimiento íntimos les da a ellos. A mi me parece TAN rebuscado, tanto, que doy la razón a los teóricos que dicen que en realidad esto es Matrix y que sólo puede haberlo creado (y mantenerlo) un programa informático que nos usa de alimento para sus propias máquinas.

Estamos en una sociedad en la que para subsistir debemos llegar a estos extremos, porque pensado fríamente son extremos; una sociedad que solamente ella puede dar cabida a toda una histriónica hornada de personajes: representantes, headhunters, guías espirituales tipo Álex Rovira y alimañas de ese estilo. Los nuevos trileros de hoy en día, que en lugar de bolitas jugamos con otras cosas. Representantes (y por ende alimañas) entre los que me incluyo, porque desde el punto de vista más objetivo, no encuentro una justificación al trabajo que yo hago (y muchos otros como yo) que consiste en vender algo... que no tenemos!

Y hoy, a las 21:00 de la noche, me pregunto cómo sería la sociedad si yo no vendiera la necesidad a mi cliente de que realmente necesita esa máquina hendedora marca Petratto, si Marta no se desgañitara en conseguir el mejor impacto de su nueva imagen de empresa para con sus clientes, si Gemma no se esforzara a que sus clientes pensaran que la sopa y pasta deshidratada que vende es la mejor del mercado o si Vander... si Vander... qué coño hace Vander? Bueno, haga lo que haga tampoco debe hacer mucho, o sea que es un mal ejemplo. En cualquier caso, creo que irá al trabajo a "disimular" que hace algo absurdo que debe hacer y que al final de mes le reportará ese pan.

Y aunque hoy por hoy todavía se alimente del pan de sus padres, porque así es la vida, siempre podrá ir a dormir con conciencia tranquila de que hoy se merecía su plato sobre la mesa. Y si no, no. ¿Verdad?

domingo, 18 de febrero de 2007

Graphispag!! (que trata sobre el Graphispag 2007)

Mañana se da el pistoletazo de salida de la feria más importante de mi sector, el de las artes gráficas, en España.

El Graphispag 2007 durará una semana, pero son ya muchos los días de trabajo que nos ha llevado hasta este punto y, como empresa pequeña que somos, el esfuerzo que se realiza para poder tener 200 metros cuadrados de stand no es poco.

Hoy empiezo a ver el final del túnel porque, a menos de 24 horas de la inauguración oficial, esto comienza a tener forma. Siempre parece que no se llega, pero lo cierto es que hay unos cuantos profesionales que me rodean que parecen tenerlo todo controlado. En cualquier caso he perdido la noción del tiempo (hoy es domingo!!) y dudo que pueda mantener el nivel de proliferación blogística de esta semana pasada por lo menos hasta que acabe el domingo 25.

Aunque seguro que encontraré un hueco para escribir mis impresiones :-)