Hoy ya estamos todos en casa. Ahora procederé a cometer el sacrificio de ver por lo menos media parte del Barça - Manchester con mis padres. En teoría, todo guay. Es decir, mi padre está perfecto, y después de una semana en el hospital vuelve a estar en casa.
El problema es que eso no es garantía de nada. Últimamente, todos los follones han sido en casa. Y tengo miedo de que hoy, a la 1:30 de la mañana, vuelva a sonar el teléfono móvil porque hay algo que no va bien.
En cierto sentido, el hospital es un gran descanso. Es una putada gorda, correcto, porque es incómodo de cojones, agobiante y a nadie le gusta ni estar ni tener que ir. Pero por otro lado... je... ahí tienes cierta sensación de seguridad, de que no va a pasar nada raro. Y ahora, dadas las circunstancias, tengo la sensación de que puede pasar. Y me agarrota los músculos que da gusto.
miércoles, 23 de abril de 2008
Miedo a la incertidumbre (que trata de la intranquilidad de la calma)
Publicado por Motenai a las 20:35
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1 comentario:
No pienses, disfruta al máximo cada minuto y lo que venga habrá que "torearlo" como se sepa.
Sldos. Jordi.
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